pasa en dos años de perder habitantes con 48 provincias a ganarlos con 41
Salvo en cuatro años de la década pasada, muy influidos por los rescoldos de la crisis económica de 2008, Asturias siempre había salido ganadora del intercambio migratorio, pero nunca hasta ahora la ganancia había alcanzado un nivel suficiente para hacer crecer la cifra total de población, compensando la hemorragia incesante de pérdidas que sigue generando el descenso de la natalidad. De pronto, y de momento, la pata de los movimientos migratorios es lo suficientemente sólida para sostener la demografía de una región a la que le sigue fallando el soporte de la natalidad, pero que en los últimos recuentos ha vuelto a crecer al ritmo que marcan las llegadas de habitantes importados del resto de España y del mundo. La diferencia entre las entradas y las salidas tocó techo en 2023, con 9.172 personas a favor de Asturias en sus intercambios con el extranjero, 2.814 con el resto de España y un total de casi 12.000 personas de saldo positivo que da para escarbar en los últimos números que ha publicado el Instituto Nacional de Estadística (INE) y encontrar las claves de un cambio de tendencia que pudo haber empezado a operarse en torno al corte de la pandemia.
Puede que sea pronto para sacar conclusiones, pero el rastreo estadístico de los investigadores del Observatorio del Territorio, perteneciente al departamento de Geografía de la Universidad de Oviedo, destapa datos llamativos en la comparación a dos años vista de 2023 con 2021, el primero de la nueva metodología del INE para calcular los saldos de las migraciones. Se comparan dos años de ganancia en términos globales y se observa, por ejemplo, que tras el paréntesis del covid sale de Asturias un contingente más o menos estable de población–16.000 personas en 2021, casi 15.000 en 2023– y se disparan las llegadas, sobre todo desde el extranjero. El bienio de 2021 a 2023 casi ha duplicado los ingresos de población procedentes de otros países –de 7.566 a 14.403 en dos años– mientras ampliaba en un 26 por ciento los del resto de España, cambiando 9.892 por 12.489.
Por procedencias y destinos, sorprende comprobar que Asturias ha pasado en dos años de perder a ganar en casi todos sus intercambios con el resto de España. En 2021, el saldo sólo era ganador con dos provincias, significativamente las más grandes, Barcelona y Madrid; dos años más tarde, el Principado ha pasado a salir vencedor con 41 de las cincuenta, todas excepto nueve con las que presenta pérdidas en general mínimas, de menos de cincuenta personas en la mayor parte de los casos. A saber, Álava, Vizcaya, Castellón, La Coruña, Huelva, Lugo, Navarra, Segovia y Soria. Procede singularizar por su volumen el ascenso de la ganancia con Madrid, que sigue siendo el principal mercado emisor y receptor de población dentro de España. Con la capital, destino migratorio tradicional con el que Asturias cambió justo en 2020 una tendencia de once ejercicios consecutivos de pérdidas, el saldo positivo del Principado se ha multiplicado por más de tres en estos dos últimos años, pasando de 252 a 858 personas entre 2021 y 2023.
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En los destinos y procedencias del extranjero, por lo demás, ha subido del cuarenta a casi el cincuenta por ciento la proporción de emigrantes que viene de Sudamérica y aunque los países que proporcionan un saldo más favorable a la región siguen siendo los mismos que dos años antes, Colombia y Venezuela, su capacidad emisora se ha disparado, llevando el balance en dos años de 549 a 1.956 y de 440 a 1.427 habitantes, respectivamente. Ahora Asturias sale ganando en los flujos con todos los países de América, Estados Unidos incluido, y eso es algo que no pasaba en 2021.
Han progresado igualmente en el periodo seleccionado las entradas desde Europa, pero el peso del viejo continente como procedencia de los emigrantes que eligen como destino Asturias se ha contraído levemente, pasando del 24,3 al 22,5 por ciento. El Principado, por lo demás, también ha pasado en estos dos años de tener un saldo negativo en sus intercambios con casi todos los grandes países de Europa en 2021 –salvo con Países Bajos, Finlandia, Irlanda, Ucrania y Rusia– a perder en 2023 únicamente con siete y sólo con el Reino Unido en cantidades significativas (149 habitantes). La coyuntura bélica hace que de pronto, en 2023, sean Ucrania y Rusia las naciones con las que Asturias presenta un balance más favorable, con ganancias de 387 y 252 personas, respectivamente. Ucrania, de hecho, ha relevado a Rumanía como el principal país europeo de origen de los inmigrantes que se instalan en Asturias.
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En la clasificación de las salidas por destinos, Rumanía es el segundo país con más presencia tras Colombia, y aunque el INE no ofrece el dato completamente desagregado, un vistazo al resumen de nacionalidades hace intuir en esta cifra un cierto protagonismo de emigrantes que retornan a sus países de origen. Sí puede ser más significativo, al tratar de calibrar los rumbos de los habitantes que salen de Asturias, que el Reino Unido y Estados Unidos sean el tercer y cuarto países de destino de las salidas registradas en 2023.
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El fenómeno migratorio está muy vinculado, dicen los expertos, a la motivación económica y Asturias cobra su cuota de un saldo al alza que se da en el conjunto del país. Y aunque de todas formas es pronto para elevar lo sucedido a una pauta, o una tendencia, emerge otro punto de interés en la radiografía de los nuevos habitantes asturianos en lo que atañe a su distribución por edades. Cuando la pregunta se cuestiona sobre qué tipo de población gana Asturias con las migraciones, la respuesta de la estadística ofrece una pirámide que alienta alguna esperanza de rejuvenecimiento para la sociedad más envejecida de España. El reparto etario del saldo favorable habla de ganancias en prácticamente todas las franjas de edad y concluye que apenas un 6,2 por ciento de los casi 12.000 habitantes que la región sumó gracias a los intercambios migratorios en 2023 tiene más de 65 años. El grueso se concentra en un porcentaje próximo a la mitad en las bandas que van de los 20 a los 44, por definición el tipo de población más propenso al cambio de residencia, y sólo se observan pérdidas numéricamente residuales en el saldo con el resto de España de los tramos comprendidos entre los 20 y los 29 años.
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