Madrid, que era tan afable
En declaraciones recientes, el presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno, proclamó como su mayor orgullo que no hayan llegado hasta allí "la virulencia, las formas que se ven en otros espacios, especialmente en Madrid, ese enfrentamiento, esos bloqueos, ese nivel de tensión". Ahora bien, lo que dice Moreno lo podrían decir de su respectiva comunidad la mayoría de presidentes regionales de España, del partido que sea, ya que hoy Madrid es el espacio político en el que se concentran la discordia, las divisiones cainitas y la pérdida del respeto básico. al adversario que envenena la vida de instituciones, grupos de amigos e incluso muchas familias. Con el agravante de que, como allí también se concentran las principales potencias, incluidos los medios de comunicación, la capital es una caja de resonancia que proyecta su ruido ensordecedor de trifulcas y esparce una nube de toxicidad por toda España.
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