El Alimerka Oviedo Baloncesto emula al mito de Sísifo y cae en la cancha del Monbus Obradoiro (76-65)
El Alimerka Oviedo perdió ante el Monbus Obradoiro un partido en el que, cada vez que tuvo la oportunidad de ponerse por delante, la desperdició errando tiros. Como en el mito de Sísifo, la piedra que el OCB trataba de llevar a la cima de la montaña se le escapaba de las manos siempre que empezaba a otearla. Los errores en los tiros libres y los bajos porcentajes en el lanzamiento exterior fueron una rémora demasiado grande ante un rival, el Obradoiro, también fallón, pero que sacó adelante el partido aprovechándose de su superioridad por dentro y, sobre todo, teniendo más acierto en los momentos importantes, con gente como Sergi Quintela y Álvaro Muñoz, dos ilustres veteranos, acudiendo al rescate.
Los exiguos 65 puntos con los que el Alimerka acabó el partido explican casi por completo la derrota. El equipo no estuvo mal en defensa, sobre todo en algunas fases del partido, en las que cerraron las líneas de pase a Balvin y en las que taparon muy bien las penetraciones. Pero todo ese trabajo se desperdició en ataque, errando bandejas, tiros liberados y lanzamientos libres, muchos tiros libres. Y eso que el equipo de Oviedo comenzó como un avión, con un Langarita en estado de gracia que llevó al equipo a coger una renta de seis puntos (3-9) cuando aún no se habían disputado tres minutos.
Tras el tiempo muerto de Félix Alonso, el partido se fue igualando y solo un triple de Devin Hutchinson permitió al OCB irse por delante (17-19) al segundo cuarto. En ese segundo parcial las cosas se empezaron a torcer para el equipo que entrena Javi Rodríguez, solo sostenido en ataque por Langarita y pagando su desacierto desde la línea de personal. Un momento de explosión de Quintela disparó la renta del Obradoiro a ocho puntos (36-28) a 2.25 del descanso, distancia que se mantuvo (42-34) cuando se fueron a vestuarios.
El dibujo había cambiado por completo y el OCB estaba obligado a meterle ritmo al partido, pero sin anotar es muy complicado. A pesar de todo, cuando vieron a Obradoiro en la distancia los azules se volvieron a enchufar, con un parcial de 0-9 en el inicio del tercer cuarto que les puso otra vez por delante (42-43). Además, se vio a un Lobaco fantástico en defensa y con acierto en el lanzamiento. Un triple suyo elevó la ventaja a dos puntos (44-46) y ahí, cuando de nuevo se oteaba la cima de la montaña, la piedra se les volvió a caer. En un visto y no visto, entre Muñoz y Quintela devolvieron la iniciativa a Obradoiro (52-46). Y otra vez había que llevar la pesada piedra a la cima de la montaña.
En el último cuarto estuvo cerca el Obradoiro de sentenciar el encuentro, pero una cosa buena que tiene este OCB es que no se suele rendir con facilidad, aunque se equivoque intentándolo. El Obra se fue diez arriba (61-51) a 9.20 del final, Langarita falló dos triples y, aún así, entre un tiro libre anotado por Valinotti (errando otro), una canasta de Cosialls y otras dos de Ike Nweke, el OCB se volvió a meterse (61-58) a 5.35 del final. Pero de nuevo la piedra se les escapó y comenzó a rodar montaña abajo.
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Siguió intentándolo hasta el final el Oviedo Baloncesto, ya sin Langarita, lastrado por un golpe que le dejó en el banquillo casi todo el último cuarto, pero la improductividad ofensiva del equipo fue excesiva frente a un Obradoiro que, sin estar en su mejor momento, tiene suficientes argumentos como para imponerse a cualquier rival que no pase de los 65 puntos en el Fontes do Sar.
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