URGENCIAS ASTURIAS | Cómo se estiran hasta el límite las Urgencias en los hospitales asturianos: una presión creciente
En una época histórica caracterizada por la cultura del aquí y del ahora, los servicios de urgencias hospitalarias se convierten en un objeto de deseo prioritario. Si se analizan las cosas, se observa que estos dispositivos ofrecen todo lo que un ciudadano de a pie puede desear: acceso inmediato sin presentar volante ni justificante alguno, atención rápida las 24 horas, altas prestaciones tecnológicas, un diagnóstico que de otra manera tarda en llegar, un cambio en un tratamiento que no acaba de funcionar… En algunos casos, hasta resulta fácil encontrar aparcamiento…
[–>[–>[–>[–>Algo de esto es lo que puede explicar el desmesurado aumento del volumen de pacientes del área de Urgencias del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). El año pasado atendió a un total de 137.074 usuarios, lo que significa 374 de promedio diario (14 más que en 2023). Analizando la evolución histórica, el incremento de actividad es apabullante. Ese servicio del centro sanitario ovetense recibió a 259 pacientes diarios en 2013, año anterior al traslado del hospital desde el barrio de El Cristo al actual emplazamiento de La Cadellada. En once años la presión asistencial se ha incrementado en un 44% ¿Qué está sucediendo?
[–>[–>[–>[–>Esta pregunta raramente recibe una respuesta clara por parte de los médicos y gestores afectados. En general, son reacios a contestarla porque hacerlo implica airear algunas deficiencias de la red sanitaria pública.
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La realidad es que los ciudadanos recurren a las urgencias hospitalarias cuando realmente lo necesitan. Y que estas situaciones aumentan conforme una población envejece. Y luego está la presión de una sociedad que reclama soluciones inmediatas, en la salud y en todo. Todo esto está claro y explica una parte del aumento de la demanda.
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Pero después hay otra parte de la respuesta que cuesta más exponerla porque supone desvelar fallos de otros eslabones de la cadena sanitaria de la región. ¿Y cuáles son estos fallos? Al menos, dos: una falta de respuesta de la red de atención primaria, ya sea por los horarios, ya sea por la capacidad de resolución; y, seguramente más importante, unos tiempos de espera para consultas con el especialista, cirugías y pruebas diagnósticas que exasperan a numerosos usuarios. Al no hallar soluciones a sus problemas por las vías convencionales, optan por atajos que acorten y alivien sus padecimientos.
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Lo bueno de los servicios de urgencias hospitalarias es que parecen poder con todo lo que se les echa encima. Si no resuelven con más profundidad, al menos ponen un parche. Si no es en menos tiempo, es en un poco más. Algunos pacientes se quejan de la lentitud, pero una mayoría asume que, aunque tengan que esperar, es la vía más rápida que tienen disponible.
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Ante esta evolución, cabe preguntarse si la curva de pacientes atendidos continuará ascendiendo. Por lo pronto, el año 2025 ha comenzado con un récord absoluto en el área de Urgencias del HUCA: 511 usuarios en una sola jornada, el pasado día 2. En este mes de enero de infecciones respiratorias y gripes, los servicios de atención emergente vuelven a estar a prueba. ¿Hasta dónde darán de sí?
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