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Siete ocasiones en las que Windows me ha desquiciado

Siete ocasiones en las que Windows me ha desquiciado
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  • Publishedenero 19, 2025



Windows es un sistema operativo muy maduro que normalmente funciona bastante bien. Siendo justos hay que reconocer que en general su evolución en los últimos cuarenta años ha sido positiva, pero esto no quiere que todo haya sido perfecto, nada más lejos de la realidad.

A lo largo de su historia Microsoft ha cometido errores importantes con las diferentes versiones de Windows, y estos han acabado afectando en mayor o menor medida a los usuarios. Yo he sido uno de ellos, ya que utilizo este sistema operativo desde principios de los años noventa, y por tanto he tenido casi todas sus versiones.

Tras la enorme cantidad de problemas que ha sufrido la actualización Windows 11 24H2 me ha parecido interesante dar forma a este artículo especial, donde voy a compartir con vosotros siete momentos en los que Windows, en sus diferentes versiones, me ha sacado totalmente de quicio por los problemas que me ha dado.

Muchos de estos errores que sufrí se produjeron también de forma generalizada, y algunos fueron provocados por un mal que se ha convertido en una constante en el universo Windows tras la apuesta de Microsoft por el modelo de servicio, las actualizaciones que cambian la versión, amplían el plazo de soporte e introducen nuevas funciones, y que acaban llegando en mal estado.

Para facilitar la lectura del artículo y darle una buena estructura he ordenado cada caso por la antigüedad del sistema operativo, así que empezaré con todo un veterano, Windows 95, que fue el sucesor de Windows 3.1.

1.- Pantallazo azul y muerte de Windows 95 tras lanzar un juego

Windows 95 no fue el primer sistema operativo que utilicé, pero sí el que tuve instalado en mi primer PC propio. Recuerdo mi primer contacto con él a la perfección, me sorprendió muchísimo por la interfaz gráfica y lo bien que funcionaba en general, algo lógico ya que venía de utilizar MS-DOS en el PC de un amigo.

Los primeros días con este sistema operativo pasaron sin ningún tipo de percance. Recuerdo que juegos como DOOM, Quake y Heroes of Might and Magic funcionaban a la perfección, pero los problemas empezaron cuando quise instalar juegos más antiguos que tenía en disquetes. Muchos no funcionaban, y algunos lo hacían con errores (sin sonido, por ejemplo).

No me rendía, siempre intentaba encontrar la manera de hacer que funcionasen, aunque no siempre lo conseguía. El problema vino cuando intenté mover Double Dragon II, un juego que tenía también en un disquete, y que nada más entrar al primer nivel se acabó cerrando con un pantallazo azul que hizo que Windows 95 dejase de funcionar.

El sistema operativo no pudo recuperarse, y en aquella época no tuve más remedio que llevar el PC a la tienda para que me reinstalasen el sistema operativo. Por suerte lo consideraron en garantía y me lo hicieron gratis, aunque creo que esto fue más por el hecho de que nos habían instalado Windows 95 en versión pirata que por otra cosa.

Desde ese momento no volví a jugármela con juegos antiguos, aunque esto no me libró de volver a sufrir varios pantallazos azules con otros títulos. Fue un mal sistema operativo en general, a pesar del enorme éxito que tuvo, y podía dar serios problemas con ciertos juegos. Lo mejor que te podía pasar era que no funcionasen, y lo peor un pantallazo azul mortal para tu equipo.

2.- Aceleración 3D con DirectX y Windows 95, un calvario

Como he dicho anteriormente Windows 95 era una caja de sorpresas. Lo mismo ofrecía una experiencia sobresaliente con juegos que lo mismo te daba un pantallazo azul que te dejaba el PC inutilizado. Ideal para los amantes del riesgo y la aventura, pero un calvario para un chaval muy joven que solo quería poder disfrutar de unas partidas tras terminar de estudiar.

En su momento pude actualizar mi PC con una tarjeta gráfica S3 Virge 3D, un modelo económico que contaba con funciones de aceleración básicas bajo Direct3D, pero que por desgracia se veía bastante limitada en algunos juegos por lo  inmadura que estaba este tipo de aceleración en aquel momento bajo Direct3D.

Las tarjetas gráficas aceleradoras Voodoo de 3DFX funcionaban de maravilla y ofrecían un rendimiento excelente sin ningún tipo de problemas, pero esto se debía sobre todo a que tenían su propia API, Glide, que estaba perfectamente optimizada y preparada para ofrecer un soporte pleno de los juegos que se habían programado para ser compatibles con ella.

Sí, ya sé que la S3 Virge 3D no era ninguna maravilla, pero recuerdo perfectamente que había juegos en los que funcionaba realmente bien y otros en los que directamente a veces funcionaba y a veces no. El soporte de aceleración 3D en general fue muy pobre en Windows 95, aunque era lógico, ya que en aquél momento era una tecnología emergente que estaba empezando a despegar.

3.- Periféricos y Windows 98, un dúo complicado



Cuando Microsoft lanzó Windows 98 la compañía presumía de haber mejorado mucho el soporte de periféricos y accesorios diversos, como impresoras y escáneres, pero la verdad es que dicho sistema operativo todavía tenía mucho que mejorar en este sentido, y no era raro encontrarse con pantallazos azules al conectar un nuevo periférico.

Al conectar una nueva impresora o un escáner Windows 98 podía detectarlo e intentaba instalar el controlador adecuado de forma automática, pero esto no siempre funcionaba correctamente y era común encontrarnos con problemas y errores que, en última instancia, podían llevarnos a sufrir un pantallazo de la muerte.

Incluso utilizando los controladores oficiales podíamos acabar teniendo problemas, y estos no siempre garantizaban que todo funcionase correctamente. En aquella época Internet era todavía una rareza, así que si teníamos un problema en este sentido conseguir soporte era toda una odisea, ya que en la mayoría de los casos la tienda donde habíamos comprado el periférico tampoco era capaz de darnos una solución, más allá de contactar con el fabricante.

Fueron años complicados, en los que la mayoría de los periféricos y componentes que utilizábamos solo recibían un driver durante toda su vida útil, lo que hacía que si teníamos problemas de cualquier tipo con este al final fuese más recomendable devolverlo y comprar otro que intentar hacer que funcionase. Eso tuve que hacer yo precisamente con una impresora y una webcam.

4.-Windows XP y el «DRIVER_IRQL_NOT_LESS_OR_EQUAL»

Windows XP pantallazo azul

Seamos sinceros, Windows XP no fue desde el principio esa maravilla que todos recordamos. Microsoft necesitó tres actualizaciones grandes, conocidas como Service Pack, para convertirlo en ese sistema operativo mítico que se ganó el cariño de cientos de millones de usuarios.

En su primera etapa fue considerado como un sistema operativo con unos requisitos elevados, sobre todo si queríamos llegar al nivel óptimo, y tenía problemas y cosas muy mejorables que fueron precisamente las que llevaron a Microsoft a desarrollar y lanzar esos tres Service Pack.

Recuerdo que la seguridad y la tolerancia de Windows XP a virus y malware en general era uno de sus grandes puntos flacos, y también tengo un recuerdo muy vivo de los problemas que me dio el error «DRIVER_IRQL_NOT_LESS_OR_EQUAL», un pantallazo azul de la muerte que estaba relacionado con un problema a nivel de drivers, aunque la culpa no siempre era de estos.

Había casos en los que este error realmente tenía sentido y podía apuntar a un driver defectuoso o incluso a un hardware que ya no funcionaba correctamente, pero en mi caso lo sufrí en numerosas ocasiones con una GeForce FX 5200 Ultra, y de una manera tan aleatoria que estaba claro que Windows XP era el culpable.

Dicha tarjeta gráfica me funcionó sin ningún problema en juegos, y siguió funcionando cuando la regalé a un amigo después de cambiarla por otro modelo. Solo sufría ese pantallazo azul de forma aleatoria en el escritorio, y no se resolvió ni siquiera cuando la cambié por una GeForce 6600 GT. Al reinstalar Windows XP y actualizar dicho sistema operativo con un nuevo Service Pack dejé de tener que lidiar con este error, algo que agradecí muchísimo, porque podía llegar a ser desesperante.

5.- Sin sonido tras una actualización de Windows 10

Ha sido uno de los problemas que más he sufrido con Windows 10, y siempre tenía el mismo modus operandi. Windows Update me avisaba de una nueva actualización semestral, la instalaba, y todo parecía ir bien hasta que me daba cuenta de que el sonido no funcionaba bien, o de que directamente había dejado de funcionar por completo.

Tuve tantas malas experiencias que ya me acostumbre a este problema. Cada vez que venía una nueva actualización sabía que me iba a quedar sin sonido o con fallos en el mismo, y nunca me equivocaba. Por suerte había encontrado una solución que siempre funcionaba, reinstalar un controlador de sonido relativamente antiguo para el chip RealTek de mi placa base.

Sé que este problema afectó también a muchísima gente, y que ni siquiera aquellos que tenían tarjetas de sonido dedicadas se libraban del todo de sufrirlo. Al final resultó que todo se debía a que las actualizaciones de Windows 10 instalaban de forma automática nuevos controladores de sonido sin asegurarse de que estos eran totalmente compatibles.

Estas actualizaciones no se limitaban a instalar nuevos drivers para dispositivos de sonido, también podían actualizar otros controladores que tenían un mayor impacto en la estabilidad y en el correcto funcionamiento del sistema, y precisamente por esto tuve que sufrir el error más grave que me ha dado nunca un Windows.

6.- Windows 10 hizo desaparecer mis SSDs

Windows 10

Ha sido el error más grave que me ha dado cualquier versión de Windows hasta la fecha, tanto que decidí documentarlo y os lo conté en su momento en este artículo. Estaba muy contento con mi PC y con mi instalación de Windows 10 Pro, un sistema operativo que, salvo por los problemas de sonido tras las actualizaciones semestrales, me había funcionado casi a la perfección durante cinco años.

Precisamente con una actualización Microsoft forzó la instalación del driver «Advanced Micro Devices, Inc. – SCSIAdapter – 9.3.0.221» a través de Windows Update. Esto hizo que todas mis unidades SSD NVMe desaparecieran, solo seguían funcionando en Windows las unidades que tenía conectadas vía SATA, un SSD y un SSHD.

Por suerte estas unidades sí aparecían reconocidas en la BIOS, así que pude descartar un problema a nivel de hardware, pero fue ahí cuando comenzó la odisea, ya que nada de lo que hacía para solucionarlo funcionaba. Desinstalé la actualización y nada, abrí el PC, limpié las unidades SSD y los conectores, actualicé la BIOS y al final tras casi dos días perdidos decidí formatear y reinstalar Windows 10  Pro.

Perdí muchos archivos y mi copia de seguridad, fue un auténtico caos y la peor experiencia que he tenido con Windows hasta la fecha. También aprendí una valiosa lección, y desde entonces siempre pospongo la instalación de actualizaciones lo máximo posible para evitar que pueda volver a ocurrirme algo de la misma o de mayor gravedad.

7.- Windows 11 y las actualizaciones de baja calidad

Windows 11 Update

Microsoft ha logrado con las actualizaciones de Windows 11 lo que parecía imposible, llegar a un nivel de calidad aún peor de lo que vimos en Windows 10. La última actualización, la 24H2, ha dado tantos problemas que su despliegue se ha tenido que paralizar en varias ocasiones, y todavía hoy hay fallos que no se han resuelto y juegos que siguen sin funcionar.

Dicha actualización ha hecho estragos y ha afectado a muchos usuarios. En esta ocasión por suerte pude librarme porque, como os conté en el punto número seis, aprendí una valiosa lección con Windows 10 y sus actualizaciones defectuosas. Hace poco Windows Update me avisó de que la actualización 24H2 ya estaba disponible, pero no pienso instalarla, lo tengo muy claro.

He escrito tanto sobre sus problemas, y he visto a tantos usuarios afectados, que si puedo prefiero pasar directamente de ella y saltar a la próxima actualización anual, si es que esta cumple con los mínimos de calidad y de estabilidad que cabe esperar de una compañía que genera miles de millones de dólares al año.

Personalmente creo que Windows lleva mucho tiempo enfermo. El virus que provoca esa enfermedad son las actualizaciones defectuosas y de baja calidad, y el culpable es Microsoft, sin ningún tipo de duda. Ojalá algún día la compañía se ponga las pilas y empiece a resolver de verdad este problema, porque no es de recibido que los usuarios tengamos que echarnos a temblar cada vez que se anuncia una nueva actualización por miedo a lo que van a romper.

Imagen de portada generada con IA.



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