ESTADOS UNIDOS | Trump se presenta como un “pacificador” pero amenaza al mundo con cobrarle impuestos
“No dejaremos que otras naciones se aprovechen de nosotros”, ha dicho nada más arrancar su discurso de investidura el 47º presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Establecía el tono de lo que espera del resto del mundo: que contribuyan a la riqueza de Estados Unidos, reduciendo la suya. Porque para el magnate la economía es un juego de suma cero.
[–>[–>[–>[–>El nuevo líder estadounidense ha prometido lanzar un nuevo sistema para recaudar impuestos a los países extranjeros “para llenar los bolsillos” de sus compatriotas. Según su visión, Estados Unidos aporta prosperidad al mundo y el mundo se la arrebata. Es hora de cobrar por esa presunta bonanza. Esta intención caerá en el mismo saco que su promesa de la primera legislatura de hacer a México pagar por el muro de separación entre ambos.
[–>Lo que sí va a poder hacer, y ha vuelto a anunciar en su discurso, es imponer aranceles a los productos de otras naciones, para convertir a Estados Unidos “en la nación más rica” del mundo. Con ese dinero, y el petróleo que brotará de su subsuelo gracias a una oleada de perforación sin límite, Estados Unidos volverá a ser “una nación manufacturera” que competirá con el resto del mundo. Entre otras cosas, fabricando vehículos, que no tendrán por qué ser eléctricos porque va a eliminar la ley que los prima sobre los impulsados por combustibles fósiles.
[–>[–>[–>
La principal amenaza de Trump para con el mundo en el largo plazo es, así, sus arrebatos contra la descarbonización. “Drill, baby, drill”, «perfora, cariño, perfora», ha espetado en un tono que desentonaba con la sobriedad del Capitolio. El discurso se produce tan solo unos días después de que se confirmara que el aumento de la temperatura global del planeta ha aumentado más de lo previsto.
[–>[–>[–>[–>Un presidente «pacificador»
[–>[–>[–>
Trump se ha presentado como un presidente para la paz internacional. «Mediremos nuestro éxito en base a las guerras que acabamos y, más importante, aquellas en las que no nos involucramos”, ha añadido. “Quiero ser un pacificador y un unificador”, ha afirmado antes de jactarse de que “un día antes” de su investidura, “los rehenes” retenidos por Hamás habían sido liberados. Muchos analistas apuntan a que Israel por fin ha aceptado un alto el fuego tras quince meses de bombardeos sobre Gaza por la llegada de Trump a la Casa Blanca. Ha sido ese el único momento en el que el presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris se han levantado para aplaudir. El resto del tiempo han permanecido sentados a pocos centímetros de Trump y con cara circunspecta, mientras el nuevo presidente humillaba y denigraba a la anterior administración por haber provocado todo tipo de “eventos catastróficos” y la “decadencia” del país.
[–>[–>[–>
El discurso pacifista ha durado poco. Enseguida ha advertido de que EEUU “recuperará” el Canal de Panamá. Asegura que en su construcción murieron 38.000 estadounidenses y que cuando se le “regaló” a Panamá la infraestructura no era para que cayera en manos chinas como, dice, está ocurriendo de facto: “A barcos estadounidenses se les cobra mucho. China se aprovecha. Se lo dimos a Panamá, no a China, y lo vamos a recuperar”.
[–>[–>
«Hablando de los rehenes [de Hamás]»Esos son hechos y no palabras», dijo en otra aparición después de su discurso formal de toma de posesión, en referencia a la incapacidad de Joe Biden para lograr un alto el fuego en Gaza. «Y pronto veremos mucha acción».
[–>[–>[–>
“Acabar” con los enemigos de Estados Unidos
[–>[–>[–>
Dice Trump que decretará la existencia exclusiva de dos sexos biológicos, hombre y mujer. Y, en la misma línea argumental, ha advertido de que no permitirá que se adoctrine en «teorías políticas radicales» a los soldados de las Fuerzas Armadas. Estas están, ha dicho, para “acabar” con los enemigos de Estados Unidos y para nada más. “No seremos intimidados. Seremos una nación desde hoy libre y soberana. Nada se pondrá en nuestro camino”.
[–>
[–>[–>[–>[–>Promete que Estados Unidos será “más grande y más excepcional que nunca antes» e que su llegada a la Casa Blanca inaugura una nueva “era de éxito nacional”. Y, por si todo va mal en la Tierra, se atreve con la colonización más allá. “Mandaremos a astronautas de Estados Unidos a poner las barras y las estrellas de la bandera en el planeta Marte”, ha dicho. El magnate tecnológico de Space X, Elon Musk, promotor de ese viaje espacial, no ha podido contenerse y se ha puesto a saltar y a estirar los brazos de alegría, rompiendo el tono solemne de la ceremonia.
[–>[–>[–>
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí