Los científicos del MIT recrean la gripe de 1918 que mató a 50 millones
Crear un virus letal como la “gripe española” de 1918 ahora es posible e incluso fácil, lo que plantea preguntas inquietantes sobre los riesgos del bioterrorismo.
La llamada «gripe española» de 1918 fue una de las pandemias más mortíferas de la historia, infectando a un tercio de la población mundial y provocando la muerte de aproximadamente 50 millones de personas. El virus responsable, un subtipo de gripe A (H1N1), ha sido objeto de investigación durante décadas. Gracias a la biología sintética, los científicos pueden reconstruir virus a partir de su material genético, pero esta capacidad también plantea serias preocupaciones de seguridad. La biología sintética, una rama de la ciencia que permite diseñar y fabricar organismos vivos mediante la manipulación del ADN, podría utilizarse con fines perversos, como la creación de armas biológicas.
Un experimento reciente realizado por un profesor del MIT y dos estudiantes de posgrado ha sacudido a la comunidad científica y de seguridad internacional. En esta prueba supervisada por el FBI lograron recrear un virus idéntico a la gripe española utilizando técnicas estándar de biología sintética. Según el profesor Kevin Esvelt, líder del proyecto, este experimento expone las vulnerabilidades de los protocolos de bioseguridad actuales. los estudiantes demostró que era sorprendentemente fácil obtener fragmentos de ADN necesarios para reconstruir el virusa pesar de los sistemas de detección implementados por las empresas de síntesis genética.
Comprar los ingredientes de un virus
«Debería ser difícil, muy difícil, obtener sin permiso el ADN sintético necesario para recrear el virus que causó la mortal pandemia de gripe de 1918. Pero mi laboratorio ha descubierto que es sorprendentemente fácil, incluso cuando se encargan fragmentos de genes a empresas que Pruebe las solicitudes de los clientes para detectar secuencias peligrosas”, explica Esvelt en un artículo.
El proceso comenzó con la compra de fragmentos de ADN a proveedores comerciales. Aunque estos proveedores deben verificar que las secuencias de ADN no son peligrosas, sólo 1 de cada 38 empresas dejó de enviar fragmentos relacionados con el virus. Lo más alarmante es que 12 de las 13 empresas que pertenecen al Consorcio Internacional de Síntesis Genética (IGSC), un grupo comprometido con mantener los estándares de bioseguridad, también procesaron los pedidos sin cuestionar.
Este experimento no sólo reveló lagunas en los sistemas de detección, sino que también mostró cómo estas técnicas podrían ser utilizadas por actores maliciosos. Los terroristas u organizaciones estatales hostiles podrían utilizar estrategias similares para sintetizar virus letales o incluso modificar patógenos existentes para escapar de la inmunidad inducida por las vacunas, como podría suceder con las variantes del virus COVID-19.
El profesor Esvelt señaló que el problema no reside sólo en los proveedores de ADN, que a menudo realizan estos controles de forma voluntaria y por su propia cuenta, sino también en la falta de regulaciones gubernamentales obligatorias. Actualmente, es ilegal enviar todo el material genético necesario para ensamblar un virus peligroso, pero no existen restricciones para enviar fragmentos individuales, lo que permite eludir las leyes.
El papel de los gobiernos y las empresas privadas
El año 2023 marcó un gran avance con la Orden Ejecutiva 14110, firmada en Estados Unidos, que exige que las entidades financiadas con fondos federales compren ADN sintético únicamente de proveedores que realicen controles de bioseguridad. Sin embargo, esta medida es insuficiente para detectar tácticas evasivas como las utilizadas en el experimento del MIT. Además, actores internacionales como Rusia, China o Corea del Norte podrían utilizar organizaciones fachada para adquirir ADN sintético con fines hostiles.
Por otro lado, los tratados internacionales, como la Convención sobre Armas Biológicas (BWC), ofrecen poca protección contra estas amenazas. Este tratado carece de mecanismos efectivos de verificación o aplicación, y su enfoque en las acciones estatales no se extiende a los terroristas no patrocinados por el gobierno.
Existen herramientas que podrían cerrar estas brechas. Por ejemplo, ya se encuentran disponibles sistemas de detección avanzados que identifican estrategias de camuflaje en órdenes de ADN sintético y podrían adoptarse ampliamente. Sin embargo, los expertos coinciden en que es necesaria una combinación de regulaciones más estrictas, incentivos comerciales y una mayor cooperación internacional.
La amenaza del bioterrorismo es tangible y está creciendo con los avances de la biología sintética. Los gobiernos y el sector privado deben actuar con urgencia para implementar medidas de seguridad efectivas antes de que ocurra una tragedia. Como señala el profesor Esvelt, la tecnología que podría salvar vidas también puede utilizarse para destruirlas.
REFERENCIA
Evaluación de la solidez del cribado actual de síntesis de ácidos nucleicos
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