El pelligro de los asesores científicos de Donald Trump
Los nuevos asesores de Trump prometen innovación en Estados Unidos, especialmente en inteligencia artificial, pero el impacto en otras áreas científicas genera incertidumbre
El papel de los asesores científicos de un presidente estadounidense es crucial para influir en las políticas públicas. Estos expertos no sólo brindan recomendaciones, sino que también coordinan esfuerzos de investigación a nivel nacional. La Oficina de Política Científica y Tecnológica (OSTP) es clave en este sentido, ya que supervisa iniciativas que van desde la inteligencia artificial hasta los estudios del cerebro humano. La acompaña el Consejo Presidencial de Asesores en Ciencia y Tecnología (PCAST), que reúne a especialistas para asesorar sobre políticas científicas complejas.
Donald Trump, que asumirá su segundo mandato presidencial el 20 de enero de 2025, parece decidido a priorizar la ciencia, o al menos ciertos aspectos de ella. A diferencia de su primer mandato, en el que no nombró a un asesor científico oficial hasta casi dos años después, esta vez ha realizado nombramientos clave antes de asumir el cargo. Sin embargo, su enfoque en la inteligencia artificial (IA) ha generado esperanza y preocupación entre expertos y científicos. La revista Nature ha publicado un artículo de opinión enfatizando los riesgos que estos asesores, algunos de los cuales tienen credenciales dudosas, pueden representar para el futuro de la ciencia en Estados Unidos y el mundo.
Michael Kratsios, quien fue director de tecnología durante el primer mandato de Trump, ha sido nominado para dirigir OSTP y también se desempeñará como asesor científico del presidente. El inversor en tecnología David Sacks ha sido nombrado «zar de la IA y las criptomonedas», liderando PCAST, mientras que la experta en robótica Lynne Parker desempeñará un papel de apoyo para Kratsios y Sacks. Este equipo, según Trump, tiene como objetivo «liberar avances científicos y tecnológicos» para mantener el liderazgo de Estados Unidos en innovación.
La influencia del asesoramiento científico en las políticas
Los asesores científicos pueden tener un impacto significativo en las políticas presidenciales. Un ejemplo icónico es John Holdren, físico y asesor científico de Barack Obama, cuyas contribuciones fueron fundamentales para dar forma a las políticas climáticas de su administración. En contraste, el asesor científico de Trump durante su primer mandato, Kelvin Droegemeier, carecía de acceso directo al presidente, lo que limitaba su influencia en la toma de decisiones. Este nuevo mandato podría ser diferente, ya que Trump le ha dado a Kratsios el rango de «asistente del presidente», aumentando su proximidad al poder ejecutivo.
A pesar de esto, el historial científico de Trump sigue siendo controvertido. Durante su primer mandato, el expresidente fue ampliamente criticado por restar importancia a los riesgos de la COVID-19 y tomar decisiones consideradas anticientíficas, como restringir la investigación sobre tejidos fetales y desmantelar las políticas climáticas.
Inteligencia artificial y tensiones con China
El énfasis de Trump en la inteligencia artificial está en línea con su visión de mantener el «dominio tecnológico» de Estados Unidos. Sin embargo, su enfoque contrasta con las políticas actuales, ya que ha prometido eliminar las regulaciones sobre IA implementadas durante la administración Biden, que considera «obstáculos a la innovación». Kratsios, por su parte, ha señalado que el liderazgo estadounidense en IA dependerá de la creación de estándares para evaluar los modelos lingüísticos y otras tecnologías emergentes.
Otro desafío clave será gestionar las tensiones con China. Durante su primer mandato, Trump implementó la controvertida Iniciativa China, destinada a evitar el robo de investigaciones por parte del gigante asiático. Sin embargo, este programa fue criticado por prejuicios raciales y desmantelado por Biden en 2022. Ahora, con el aumento de las tensiones geopolíticas, se espera que la administración Trump 2.0 adopte una postura más restrictiva sobre la colaboración científica internacional.
Presupuesto y prioridades inciertas
La financiación para la investigación básica y aplicada podría enfrentar recortes significativos, especialmente si las propuestas de Elon Musk, uno de los aliados más cercanos de Trump, tienen éxito. Musk, junto con el empresario Vivek Ramaswamy, ha sugerido reducir el gasto federal en 2 billones de dólares, lo que inevitablemente afectaría la financiación de la ciencia. Aunque Trump intentó recortar los presupuestos científicos en su primer mandato, el Congreso bloqueó estas medidas y la financiación de la investigación aumentó un 10% durante su presidencia.
El impacto a largo plazo de los asesores científicos de Trump dependerá de cómo sus recomendaciones se traduzcan en políticas concretas. Hasta ahora, los expertos se muestran cautelosos y señalan la imprevisibilidad del ex presidente. «Trump es tan impredecible que es difícil anticipar lo que realmente hará», dice John Holdren.
Al comenzar esta nueva etapa, la ciencia estadounidense parece encaminarse hacia un rumbo incierto, en el que la IA y la tecnología serán protagonistas, pero las implicaciones para otras áreas de investigación siguen siendo ambiguas.
REFERENCIA
Los asesores científicos de Trump: cómo podrían influir en su segunda presidencia
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