ESTADOS UNIDOS | El abandono de Trump de las instituciones internacionales amenaza el orden global
Las primeras horas del segundo mandato de Donald Trump no han decepcionado a sus seguidores y han atemorizado al resto. El presidente ha ordenado sacar a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud, poner fin a la participación de la primera potencia de los Acuerdos de París contra el cambio climático y desoír el acuerdo dentro de la OCDE por el que se exige una tributación mínima del 15% a las empresas multinacionales.
[–>[–>[–>[–>Los movimientos han provocado la reacción de las organizaciones. La OMS ha pedido a Trump que reconsidere su salida. La Unión Europea ha advertido de que seguirá luchando contra el calentamiento global sin Estados Unidos. La pregunta en el aire es si las instituciones internacionales aguantarán los cuatro años de la era Trump o su degradación será irreversible.
[–>“¿Van a morir estas instituciones? No inmediatamente. Los movimientos son relevantes entre otras cosas porque Estados Unidos suele ser el mayor financiador de estos organismos, pero se puede funcionar sin ellos”, opina Ángel Saz-Carranza, director de EsadeGeo. “Pero lo que yo creo que está muerto en general es el sistema internacional creado tras la segunda guerra mundial, con un modelo de gobernanza que favorecía a Estados Unidos pero que daba al resto un espacio de certidumbre para resolver mecanismos de disputa. Ahora, quien ideó este sistema, Estados Unidos, ha cogido un martillo y lo está destrozando. Lo que algunos llaman orden internacional liberal está muerto. Algunas partes siguen funcionando, pero no las que tratan de los temas más relevantes: el Consejo de Seguridad para las guerras, la OMC para el comercio o los Acuerdos de París para el Cambio Climático”.
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Este proceso de salida de Estados Unidos del orden internacional no comenzó estrictamente con la investidura de Donald Trump de este lunes; simplemente se ha acelerado con su llegada. Joe Biden respetaba a sus aliados y volvió a meter a su país en el Acuerdo de París después de que Trump lo sacara. Aunque también el demócrata ha puesto clavos en el ataúd de las normas internacionales. Mermó el poder de la Organización Mundial del Comercio como garante de las reglas comerciales. Apoyó al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu durante los 15 meses de guerra en Gaza, a pesar de que la ofensiva violaba el derecho internacional humanitario, según Naciones Unidas y la mayoría de las ONG sobre el terreno. Permitió que Israel atacara sin piedad a la ONU y a su secretario general, António Guterres, o a agencias como la UNRWA. La Administración Biden también desacreditó a los tribunales internacionales de La Haya cuando ordenaron la detención de Netanyahu por presuntos crímenes de guerra.
[–>[–>[–>[–>¿Hacia un nuevo sistema de impuestos?
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Trump ha ordenado dejar sin efecto cualquier compromiso del país con el Acuerdo Fiscal Global de 2021, por el que se fijaba un gravamen mínimo del 15% a nivel global para aquellas empresas con una cifra de negocio superior a los 750 millones de euros. El tratado, impulsado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, la OCDE, estaba en vigor en 104 países, entre ellos los de la Unión Europea y Reino Unido. El Congreso de Estados Unidos no lo había ratificado. Se hizo para evitar que hubiera compañías globales pagaran poco o nada de impuestos usando esquemas fiscales complejos. Trump dice querer romper con todo lo que limite a las compañías de su país. Las tecnológicas que le respaldaron en su investidura, como Amazon, Google o Meta, usan estos esquemas de forma eficiente para evitar ser gravadas. El Acuerdo Fiscal Global “limita la capacidad de nuestra nación para promulgar políticas fiscales que sirvan a los intereses de las empresas y los trabajadores estadounidenses», según Trump.
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“Es difícil saber lo que va a ocurrir ahora, pero no es muy realista que la Unión Europea siga aplicándoselo a sus multinacionales, que además son más pequeñas que las de Estados Unidos y tienen menos músculo”, expresa Violeta Ruiz Almendral, profesora de Derecho Tributario de la Universidad Carlos III de Madrid.
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La experta no descarta que este sea el primer cambio de un sistema fiscal nuevo, impulsado desde Estados Unidos. Trump ya ha cargado, por ejemplo, contra que el impuesto sobre la renta a las personas físicas sea diferente del que se aplica a las empresas. Todo se puede modificar. Ruiz Almendral pone como ejemplo la revolución que supuso el IVA, que fue una idea de un inspector de Hacienda francés en los años 50 y que ha acabado convirtiéndose en una de las bases del Estado de bienestar en Europa, al ser el segundo impuesto por recaudación.
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Golpe al sistema mundial de salud
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Trump ha ordenado también la salida de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud. Es un duro golpe financiero para la OMS: el país contribuye con 1.284 millones de dólares, lo que supone un 18% del total de su presupuesto. Podrá sobrevivir sin ese dinero, gracias a otros donantes como Alemania (856 millones) o de actores no estatales como la Fundación Bill & Melinda Gates (830 millones de dólares) y la Alianza para las Vacunas GAVI (481 millones de dólares).
[–>[–>[–>[–>El republicano ya había apuntado a la salida de la OMS durante su primer mandato. La organización fue clave en la gestión de la crisis del covid, que él ignoró primero y gestionó de forma reprochable después. 1,2 millones de estadounidenses murieron por la pandemia de covid.
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La decisión llega en un momento malo para la salud pública en Estados Unidos, que fue el pasado año el país del mundo con más casos registrados de gripe aviar. El virus H5N1 que la provoca es uno de los patógenos que los expertos ven como máximo candidato a protagonizar futuras epidemias si logra mutar para poder transmitirse entre humanos, informa EFE.
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La OMS ya ha pedido a Donald Trump que reconsidere su decisión, que es en realidad un preaviso y se hará efectivo dentro de un año.
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Salida de los Acuerdos de París
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Trump también ha firmado una orden ejecutiva para sacar al país del Acuerdo de París de control de emisiones, como ya hizo en 2016. Ese pacto, firmado en 2015 en la capital francesa y del que son depositarias las Naciones Unidas, pretende limitar el incremento de la temperatura durante este siglo a +1,5 o +2 grados respecto a los niveles preindustriales.
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Estados Unidos, segundo mayor contaminante tras China, revocará inmediatamente cualquier compromiso financiero asumido en virtud del Acuerdo de París. Rescinde inmediatamente también la participación en el Plan Internacional de Financiamiento Climático. Mientras, Trump promete que va a extraer del suelo más combustibles fósiles que nunca, va a quitar las restricciones a la extracción de carbón y gas y que va a eliminar los incentivos para los coches eléctricos.
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La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha asegurado que Europa “mantendrá el rumbo” y seguirá trabajando “con las naciones que quieran proteger la naturaleza y detener el calentamiento global”. Pero la UE sola no puede frenar el calentamiento global. El objetivo de 1,5ºC ya se incumplió el año pasado y, sin Estados Unidos, lo previsible es que vaya a peor.
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