Por qué la amistad es tan complicada cuando pasan los años
Tener más o menos amigos depende de innumerables factores. Nuestra personalidad, nuestras experiencias y nuestro entorno son tres pilares fundamentales, a lo que le sumamos que con el tiempo es más complejo desarrollar amistades profundas. Durante nuestros años de estudiantes, compartimos aulas con amigos potenciales, por lo que las cosas son relativamente simples. Especialmente si tiendes a ser extrovertido y tu pasatiempos o los gustos son compartidos por una mayoría. Por supuesto, cuando dejamos atrás estas etapas y damos paso a nuestra vida “adulta”, Todo parece dar un giro de 180 grados: la amistad en general ya no tiene esta prioridad, lo que ganan la familia y el trabajo, y se nota..
Más allá de las implicaciones emocionales de la amistad, también existe una extraña relación entre la amistad y la microbiota, ya que un estudio demuestra que la vida social tiene un fuerte impacto en la salud intestinal. Además, los tres tipos de amigos que necesitas tener en la vida para ser feliz según los expertos de Harvard, como los amigos útiles o los amigos perfectos, tienen su lugar en todas las etapas, pero son especialmente imprescindibles a la hora de crecer.
La psicóloga Dra. Kimberly Horn es autora de un interesante análisis publicado en Psycholy Today llamado «A medida que la vida evoluciona, el poder de la amistad perdura, en español». En este artículo, La experta destaca que la amistad es fundamental para la salud y el bienestar en todas las etapas de la vida, aunque no es fácil crear y mantener estos vínculos en todas las etapas.. De hecho, según Horn, las transiciones en la vida ponen a prueba las amistades, pero las conexiones intencionales traen satisfacción a largo plazo.
El concepto de amistad en cada etapa de la vida, la visión de un psicólogo
Basándose en varios estudios científicos, Horn enfatiza que las amistades evolucionan con el tiempo, adaptándose a las necesidades y circunstancias cambiantes. Esto puede parecer obvio, pero a veces no somos conscientes de esta evolución natural. El profesional precisa que invertir en la amistad a cualquier edad mejora la felicidad, el propósito en la vida y la resiliencia.. Entonces, si estás pensando en llamar a ese amigo que no ves desde hace tiempo, esta podría ser una señal para hacerlo.
De 35 a 49 años: el reparto de roles
Con un punto de partida a los 35 años, cuando la madurez ya está establecida, Horn señala que las responsabilidades laborales, familiares y comunitarias tienden a relegar las amistades. Muchas personas experimentan una “fatiga amistosa” debido a las constantes exigencias de la vida. Como leemos en el estudio “Beneficios de tener amigos en edades mayores: Efectos diferenciales de las actividades sociales informales en el bienestar de los adultos de mediana edad y mayores”, en español) por los investigadores Oliver Huxhold, Martina Miche y Benjamin Schüz, Mantener amistades puede resultar agotador en esta etapa de la vida..
Sin embargo, las transiciones como cambios de trabajo o mudanzas brindan oportunidades para ampliar los círculos sociales. Los compañeros de trabajo, las redes profesionales y los intereses compartidos son fuentes clave de nuevas conexiones, como se destaca en el estudio “El papel de la conexión social en el lugar de trabajo: fomentar el bienestar y la productividad en el lugar de trabajo: promover el bienestar y la productividad”. en español. . Amistades funcionales Basados en necesidades prácticas como cuidado de niños o asesoramiento profesional, combinan ayuda práctica y conexión emocional.. Pequeños esfuerzos constantes, como mensajes grupales rápidos -para esto WhatsApp es un gran paso adelante- o reuniones breves, fortalecen los vínculos.
De 50 a 64 años: amistades redescubiertas
Con la partida de los hijos (los que pueden independizarse), cambios en la vida profesional o incluso planes de divorcio, esta etapa ofrece espacio para redescubrir intereses y priorizar relaciones significativas. Según el estudio de Oliver Huxhold, Martina Miche y Benjamin Schüz, las amistades adquieren un nuevo significado y se centran en el apoyo mutuo y en intereses comunes, como proyectos comunitarios o pasatiempos creativos.. La resiliencia emocional fomentada por las amistades ayuda a gestionar cambios como el cuidado de padres ancianos o la viudez..
De 65 a 74 años: las amistades se adaptan a los entornos cambiantes
En esta etapa, las amistades proporcionan Resiliencia ante desafíos como pérdidas personales o problemas de salud.. Actividades como el aprendizaje permanente o los viajes, cuando es posible, fortalecen las conexiones sociales, como detallan los investigadores Catherine Haslam, Jolanda Jetten, Tegan Cruwys, Genevieve Dingle y Alexander Haslam en el libro «The New Psychology of Health, Unlocking the Social Cure» («La nueva psicología de la salud, desbloqueando la cura social»). La nueva psicología de la salud, desbloqueando la cura social” (“La nueva psicología de la salud: desbloqueando la cura social”, en español). Conexiones flexibles, como visitas cortas. o interacciones virtuales (cada vez más comunes entre las personas mayores), adaptarse a las necesidades cambiantes.
75 años o más: adiós a la soledad
En la vejez, las amistades son esenciales para combatir la soledad, proporcionar estimulación cognitiva y ofrecer continuidad emocional después de los obstáculos que la vida ha puesto en el camino. Con los problemas de salud en aumento, las amistades son esenciales para disfrutar lo que queda de vida. Además, en esta etapa también cobran importancia las amistades intergeneracionales, que ofrecen perspectivas nuevas y enriquecedoras, como se destaca en el último trabajo citado. Sí, querido lector, las amistades siempre son importantes, pero más aún cuando el reloj de la vida corre.
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