El temor inflacionista que genera Trump y el frenazo de Alemania hacen repensar la estrategia del BCE y la Reserva Federal
Los principales bancos centrales del mundo separan sus caminos en este comienzo de año. El Banco Central Europeo (BCE) bajará los tipos de interés este jueves hasta el 2,75% mientras que la Reserva Federal estadounidense optará por mantenerlos en el 4,25%-4,50%. Hasta no hace mucho, los expertos sostenían que ambas autoridades monetarias seguirían recortando sin pausa los tipos. ¿El motivo de este cambio de estrategia, más visible en la Fed? Cada región monetaria opta por dar prioridad a diferentes cuestiones: en la eurozona preocupa la recesión de su principal economía, la de Alemania, y el frenazo de Francia; en Estados Unidos preocupa que las medidas proteccionistas de Donald Trump hagan repuntar la inflación. Mientras, en Japón, que ha decidido subir tipos, buscan contener el alza de los precios.
Esta desconexión entre los principales bancos centrales del mundo coincide con la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump. El consenso espera que la Reserva Federal solo haga dos bajadas de tipos de interés a lo largo del año y que el coste del dinero se sitúe a final de año en el 4%. «La actuación de la Fed va a venir muy marcada por los efectos que tanto a nivel de crecimiento como de empleo y sobre todo inflación tengan las medidas de la nueva administración», explica Cristina Gavín, directora de renta fija y gestora de fondos de Ibercaja Gestión.
«Los datos de precios en EEUU que conocíamos hace unos días, aunque sorprendían positivamente, al situarse la inflación subyacente en el +0,2% (frente al +0,3% esperado), lo cierto es que dejan un sabor agridulce. Analizando los diferentes componentes, las presiones en servicios se mantienen. Si a esto unimos unos indicadores de actividad robustos, la Reserva Federal tiene argumentos para justificar esa ‘pausa’ en su proceso de relajación de tipos», añade.
En el primer semestre de 2025, apenas se espera un recorte de tipos por parte del organismo que lidera Jerome Powell, mientras que el BCE tiene previsto al menos tres recortes en el mismo período. Esta valoración parece razonable dado el panorama actual de crecimiento e inflación en ambas economías. En Estados Unidos, además, del temor a que los aranceles de Trump generen mayor inflación tampoco hay motivos macroeconómicos que empujen a la Fed a bajar el coste del dinero: la tasa de desempleo del 4,1% y las perspectivas para este año apuntan a un crecimiento del 2,2% frente al 2,8% en 2024.
«En cuanto a la inflación, el panorama es más desigual. Aunque las presiones inflacionarias están disminuyendo, el indicador preferido por la Fed, el Índice de Precios de Consumo Personal (PCE), sigue por encima del objetivo, situándose en un 2,8% interanual», sostiene Michael Krautzberger, director de inversiones de renta fija de Allianz Global Investors.
El BCE: reunión a reunión
La situación económica en la zona euro es diferente, donde se prevé que la región crezca solo un 1% en 2025 frente al 0,7% en 2024. «Las economías principales del euro continúan enfrentándose a desafíos tanto cíclicos como estructurales, mientras que la incertidumbre comercial y los riesgos relacionados con los aranceles también representan amenazas a la baja para el crecimiento de la región», valora Krautzberger.
Con una inflación general del IPC en la zona euro del 2,4% interanual y una inflación subyacente del 2,7% interanual, el organismo que lidera Christine Lagarde cree que la subida de precios está controlada y ahora debe reactivar a las principales economías de la región, Alemania y Francia. El BCE espera que tras las elecciones de Alemania se apruebe una reforma para que Alemania pueda endeudarse más y con ello reactive su economía.
«La elevada incertidumbre que hay sobre la economía, así como determinados componentes de inflación que siguen siendo altos, invitan a seguir con el enfoque dependiente de los datos y reunión a reunión que sigue teniendo el BCE. Será interesante ver si Lagarde aporta más detalles sobre el nivel de tipos de interés neutrales -esto es, mantenerlos estables-, para determinar el nivel de llegada en este ciclo de bajadas siempre que la economía no se deteriore», comenta Germán García Mellado, director general de A&G Global Investors.
«Un escenario central podría ser llevarse los tipos de intervención en torno al 2% en los meses de verano, para luego mantenerlos o reducirlos en función de los datos de crecimiento que se publiquen, en un momento en el que tendrán más visibilidad sobre el impacto de las medidas tomadas por el Gobierno de EEUU», sentencia.
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