MINISTERIO DE EXTERIORES | La asociación de diplomáticos pide por carta a Albares transparencia en los nombramientos
La asignación de embajadas siempre ha sido un motivo de conflicto dentro del Ministerio de Exteriores, pero en los últimos tiempos las quejas de diplomáticos con experiencia se amontonan y apuntan a una auténtica tormenta interna para el ministro José Manuel Albares. Especialmente después de que a las protestas anónimas se haya sumado la Asociación de Diplomáticos de España (ADE), la organización mayoritaria que engloba al 70% de los casi 1.000 diplomáticos de carrera españoles.
“Estimado Ministro: La ADE viene interesándose desde hace tiempo por el procedimiento de selección de las personas que van a ocupar las jefaturas de misión. Es una cuestión que nos afecta profesionalmente de una manera muy directa e importante para la acción exterior del Estado”, se lee en una carta dirigida de este jueves a José Manuel Albares, adelantada por el diario ABC y a la que ha tenido acceso este diario. Reprochan indirectamente la falta de objetividad y transparencia en los nombramientos de embajadores. “Desde la ADE no nos pronunciamos, obviamente, sobre la valía profesional de los candidatos seleccionados en la convocatoria de este año, cuya resolución no se publica formalmente. Pero entendemos que las críticas al desarrollo de este proceso, y el sentimiento de frustración personal y profesional que algunos de nuestros asociados nos han hecho llegar por la ausencia de valoración objetiva de sus méritos no serían tales si existiera un procedimiento más reglado que el que existe en la actualidad”, añade la carta.
Piden poder contar con un sistema que regule este tipo de nombramientos como el que tiene el Servicio Europeo de Acción Exterior, por ejemplo. «Todo está centralizado y va mucho más allá de una situación de discrecionalidad que nosotros como funcionarios públicos asumimos como normal: lo que nos encontramos es una situación de arbitrariedad«, dice en conversación con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, Alberto Virella, nuevo presidente desde el pasado mes de diciembre de la ADE. «A mí no me gusta hablar de concepto de terror dentro de la carrera, porque me recuerda a la guillotina y además sirve para provocar el silencio de los diplomáticos. Lo que sí hay es miedo. Miedo muy profundo«.
La mayoría de los subdirectores no consiguieron una jefatura de misión el año pasado, explica Virella: «Y estábamos viendo por la información que se ha ido filtrando a la prensa de relevos en las embajadas que este año podía suceder lo mismo. No tenemos una lista pública y oficial de quénes van a ser los nuevos embajadores, pero era el momento de trasladar al ministro que así no creemos que esté funcionando de manera racional esta organización».
El Ministerio de Exteriores ha rechazado hacer comentarios a este diario sobre este asunto.
Un Reglamento de la Carrera que nunca llega
La ADE pone el foco en el Reglamento de la carrera, que sigue sin ser aprobado una década después de que empezara a ser tramitado. Continúa en “fase de estudio” y sin fecha estimada de aprobación, como publicó EL PERIÓDICO DE ESPAÑA el pasado mes de junio. A pesar de haber una propuesta ya aprobada por el Miisterio, se está “a la espera de conocer mejor los cambios concretos de la Ley de Función Pública, que entró en vigor el 21 de diciembre de 2023”, según la Oficina de Información Diplomática del Ministerio de Exteriores. “Por esta razón, no hay fecha estimada para su aprobación”.
“En nuestra opinión, el proceso de selección que se viene aplicando en estos últimos años está lastrado por la inexistencia de un Reglamento actualizado que lo regule detalladamente”, se lee en la misiva de la ADE al ministro. “No contamos con normas precisas en vigor sobre clasificación de las categorías de las misiones diplomáticas, duración previsible del desempeño del puesto, méritos concretos a evaluar para cada una de ellas, relieve que se da al desempeño previo de puestos directivos en el Ministerio, procedimiento de consulta y participación de los principales responsables del Ministerio en el proceso de selección de candidatos, elaboración de ternas de candidatos, o la realización de entrevistas para su selección, entre otros aspectos”.
Frenesí de nombramientos de Albares
La potestad final para nombrar a un diplomático a una misión en el extranjero recae en el ministro, previa aprobación del Consejo de Ministros. Hay nombramientos «políticos», decididos por el ministro o el presidente del Gobierno con gente de fuera de la Carrera. Otros son a voluntad del ministro pero con personal de dentro del ministerio. Y también hay un sistema interno de méritos, llamado “embabombo”, en el que los diplomáticos pueden presentarse y pedir plazas. Se presenta al ministro una terna de candidatos, y él tiene la última palabra.
El embabombo del año pasado ya quedó muy mermado porque Albares nombró muchos embajadores “a dedo”, fuera de ese sistema algo más objetivo. El comienzo de la legislatura vivió un auténtico frenesí de nombramientos. En los primeros dos meses y medio, el ministro de Exteriores designó a 27 jefes de misión fuera del embabombo, como contabilizó este periódico.
Desde entonces, la situación interna ha empeorado, con destituciones que han provocado dudas dentro de la carrera. La última ha sido el presunto cese de Alberto Antón, embajador de España en Bruselas, adelantada por The Objective pero no confirmada por el ministerio. Anteriormente, fue el cese de Juan González-Barba como embajador en Croacia tras solo tres años en el puesto y justo después de publicar una carta en El Confidencial sobre el papel del rey Felipe VI en la política exterior española. O la salida de Javier Benosa como jefe de la oficina para Gibraltar tras otra tribuna en El Mundo criticando el “silencio diplomático” sobre la amnistía a los líderes catalanes.
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