NUEVA PRESIDENTA DE EL MUSEL
Su «vista de pájaro», es decir, su capacidad para contemplar lo que para otros pasa desapercibido, la convirtió durante su etapa investigadora en un valioso activo de la Universidad de Oviedo. Pero, si por algo destaca Nieves Roqueñí (Riotuerto, Cantabria, 1964), es por su «enorme lealtad, su carácter cercano y su facilidad» para trasmitir a todo aquel que la quiera escuchar los muchos conocimientos adquiridos a base de horas y horas en los despachos de la institución académica. La futura presidenta de la Autoridad Portuaria de Gijón no solo es «accesible», como destaca su entorno, sino que puede presumir de tener una «gran capacidad de trabajo». Una cualidad fundamental para el reto que le espera por delante.
Aunque atendiendo a su más que avalada trayectoria, Roqueñí no parecer ser una mujer que tenga miedo a afrontar responsabilidades. Solo hace falta echar un vistazo a su curriculum. En 2004, fue nombrada subdirectora del Departamento de Explotación y Prospección de Minas, puesto en el que tan solo estuvo un año, pues pronto dio el salto como directora de área de Gestión de la Investigación y directora de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación. Su trayectoria política comenzó en la Oficina para la Sostenibilidad, el Cambio Climático y la Participación, aunque fue una llamada de Juan Cofiño la que marcaría un antes y un después. «Me habían hablado muy bien de ella y después de una conversación logré convencerla para que me acompañara como viceconsejera de Medio Ambiente y Cambio Climático», recuerda el presidente de la Junta General y exvicepresidente del Principado.
De esos cuatro años, solo tiene Cofiño buenos recuerdos. «Nieves es una persona de diez en todos los sentidos. Trabajadora, sensata y honesta. Con paciencia, tesón, cariñosa y con buen talante», resalta. Su buen trabajo a la sombra del socialista fue clave para que, en 2023, Adrián Barbón apostara por ella para liderar la Consejería de Transición Ecológica, Industria y Desarrollo Económico.
Ese paso adelante ha ido acompañado estos años de grandes proyectos y, también, de enormes rompecabezas. «Cree en lo que hace. Y, muchas veces, defender esas creencias en este mundo de la política, que es tan complejo, le ha costado más de un disgusto», reconoce Carlos Paniceres. Lo dijo el presidente del Principado el día que anunció su traslado a El Musel: «Le ha tocado gestionar situaciones muy difíciles». Pero la cántabra no se amedrenta y ahora ha decidido aceptar un reto aún mayor. «Si la dejan trabajar fuera del ruido mediático no tengo duda que hará un buen papel», afirma, contundente, el presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo.
Para desconectar de estas pesadas cuestiones, Roqueñí se arropa en su familia. Conoció a su marido en la Escuela de Minas de Oviedo y, juntos, han tenido tres hijos, dos de los cuales han seguido sus pasos profesionales. Además, cada vez que puede se escapa a Cantabria. «Siempre que se iba a la casa familiar volvía con una sonrisa enorme, aunque después de tantos años ya se considera más asturiana que cántabra», cuenta su buen amigo Efrén García. Tanto es así que tanto sus padres como su hermana residen actualmente en la región.
García fue en un primer alumno de Roqueñí, aunque con los años acabaron forjando una relación de amistad. «Siento gran admiración por ella, me ha apoyado muchísimo», reconoce. Juntos colaboraron en una veintena de publicaciones, lo que les obligó a dejar el despachó con la noche ya bien entrada. Porque la todavía consejera de Transición Ecológica tiene muchas cualidades, pero la de madrugar no es una de ellas. «Puede escribirte correos a las dos de la madrugada, pero luego si tiene que levantarse pronto para hacer un viaje te dice que aún no están las calles puestas», cuenta.
Con quien también se reúne de vez en cuando para tomar un café es con Javier de Cos, catedrático del departamento de Prospección de Minas y director del Instituto Universitario de Ciencias y Tecnologías Espaciales de Asturias (ICTEA). El madrileño aún recuerda un viaje a Zaragoza para acudir a un congreso en el que fueron «riendo desde que salimos». «Siempre tiene una sonrisa para ti», dice. De ella destaca su dimensión humana, así como su capacidad de gestión. Dos cualidades fundamentales para el reto que enfrenta, uno más en su larga trayectoria profesional.
Suscríbete para continuar leyendo
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí