El retiro de los primeros ‘baby boomers’ dispara las jubilaciones en Canarias
Los primeros baby boomers, esa nutrida generación que en España aglutina a los nacidos entre 1958 y 1975, empiezan a retirarse. Y ya se nota en los registros de la Seguridad Social. Los boomers que vinieron al mundo en 1958, los de la primera hornada de aquellos años de explosión de la natalidad, han cumplido los 66, y quienes nacieron en 1959 ya han llegado a los 65. Un abandono incipiente y masivo del mercado laboral que está detrás del notable incremento que las altas de jubilación experimentaron el año pasado en Canarias.
A lo largo de 2024, según los datos que acaba de publicar el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), un total de 12.317 isleños se incorporó a la población jubilada, 6.282 en la provincia de Las Palmas y 6.035 en la demarcación de Santa Cruz de Tenerife. La cifra por sí sola no dice gran cosa, pero en 2023 solo se contabilizaron 10.938 nuevos jubilados, con lo que el aumento interanual es de un 12,6%. Un incremento que, además, se produjo en ambas provincias. En la de Las Palmas se había registrado en 2023 un total de 5.512 altas, con lo que crecieron el año pasado un 14%. Mientras, en la de Santa Cruz de Tenerife se pasó de las 5.426 de hace dos ejercicios a esas 6.035 de 2024, una subida algo inferior a la de la demarcación oriental, de un 11,2%, pero también considerable. Con todo, lo que más llama la atención y evidencia hasta qué punto el retiro de los primeros baby boomers ha disparado el contador de nuevos jubilados es que esas 12.317 altas de 2024 son la mayor cantidad de, como poco, el último lustro.
Los trabajadores de la región abandonan la vida laboral activa tres meses más tarde que los del resto de España
Como poco porque el INSS solo desglosa las altas de jubilación entre las comunidades autónomas a partir de 2020, y desde entonces nunca se había llegado, ni de lejos, a los 12.000 retiros que el año pasado se superaron con creces. En 2020 se contabilizaron 8.814; en 2021, un total de 10.599; en 2022, hasta 10.883; en 2023, los susodichos 10.938; y el último año, con el adiós de los boomers de más edad, esos 12.317. La evolución de los nuevos jubilados, con pequeños incrementos interanuales justo hasta que los nacidos en 1958 y 1959 comienzan a dar carpetazo a sus carreras, da una idea de lo que está por venir: un aluvión de salidas del mercado laboral que no tendrá fácil reemplazo. Máxime en un contexto en el que este masivo trasvase de trabajadores, o potenciales trabajadores, de la vida activa a la población jubilada coincide con una falta de mano de obra generalizada.
La estadística del INSS muestra también que los canarios, en general, pasan a formar parte del colectivo de pensionistas –ya sea como perceptores de prestaciones contributivas o como beneficiarios de pagas no contributivas, que es el caso de quienes no cotizaron el tiempo suficiente (15 años) para ganarse el derecho a cobrar una pensión ordinaria o contributiva– algo más tarde que el resto de españoles. Esos más de 12.300 isleños que se estrenaron como jubilados a lo largo de 2024 lo hicieron con una edad media de 65,5 años, es decir, con 65 años y medio, mientras que los otros 355.748 españoles que también dejaron la vida laboral activa en el último ejercicio se despidieron de sus empresas con 65,2 años, esto es, con 65 años, dos meses y 12 días. Hay que precisar, eso sí, que la incorporación a la población jubilada en la provincia de Las Palmas se produce, siempre en cifras promedio, con 65,4 años, mientras que en la de Santa Cruz de Tenerife no llega hasta un poquito más tarde, hasta los 65,6 años.
Los nuevos pensionistas del Archipiélago aún cobran un 9,3% menos que la media nacional
La cuantía de las pensiones de los nuevos jubilados también crece de forma notable, algo lógico por cuanto los integrantes de la generación del baby boom disfrutaron y disfrutan de carreras laborales más largas y, sobre todo, mejor retribuidas que las de sus progenitores. No obstante, también entre quienes se estrenan como pensionistas tras finalizar su vida activa se observa esa persistente brecha entre lo que cobra el español medio y lo que cobra –menos y hasta mucho menos– el canario tipo. No en vano, los más bajos sueldos que en general se pagan en el Archipiélago se trasladan luego a la cuantía de la pensión. El caso es que esos cerca de 356.000 españoles –españoles no canarios– que se convirtieron en jubilados durante 2024 perciben una media de 1.566,37 euros mensuales, mientras que los 12.317 isleños que hicieron lo propio apenas ingresan 1.433,26 euros al mes. En definitiva, el nuevo jubilado medio español cobra un 9,3% más que el nuevo jubilado canario. Una brecha que también se observa, y conviene puntualizarlo, entre lo que reciben quienes se incorporan a la población jubilada en la provincia de Las Palmas y quienes lo hacen en la de Santa Cruz de Tenerife.
En las islas orientales –Gran Canaria, Lanzarote, Fuerteventura y La Graciosa–, los 6.282 trabajadores que pusieron punto final a sus carreras en 2024 perciben una pensión media de 1.478,41 euros mensuales, mientras que los 6.035 que hicieron lo mismo en las islas occidentales –Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro– ingresan un promedio de 1.388,12 euros al mes. Los nuevos jubilados de la provincia de Las Palmas ganan así un 6,5% más –90 euros y 29 céntimos más cada mes– que los de la demarcación tinerfeña.
Suscríbete para continuar leyendo
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí