La mejor coyuntura en años para los beneficios bancarios
Los resultados de los bancos españoles del último trimestre de 2024 están siendo muy positivos tanto en el negocio doméstico como internacional. Por ejemplo, los dos grandes grupos cuya cuenta de resultados depende fundamentalmente del exterior (Santander y BBVA) han superado los 10.000 millones de euros de resultado neto y han cumplido prácticamente todos los objetivos que se habían marcado en sus respectivos planes estratégicos. En conjunto, la gran banca ha sobrepasado los 31.000 millones de euros en beneficios en 2024, el 21% más. Un entorno macroeconómico favorable, unas bajadas menores de las esperadas de los tipos de interés y la continuidad en el saneamiento de los balances para limpiarlos de activos improductivos han mejorado significativamente la rentabilidad.
Con los datos conocidos hasta la fecha, el cierre más positivo de lo esperado de 2024 asienta unas expectativas alcistas para 2025 en lo que a resultados bancarios se refiere. A pesar del ruido arancelario, posibles eventos geopolíticos negativos o sustos políticos diversos, el escenario macroeconómico sigue siendo el mismo. Con un crecimiento de la economía global en el entorno del 3,5% y con prácticamente el mismo modelo de crecimiento en economías como Estados Unidos, España, el Reino Unido y Alemania, muy dependientes del consumo tanto público como privado, y con un escenario prudente de política monetaria, como ha dibujado recientemente la Reserva Federal (Fed) los márgenes de las entidades financieras crecerán, aunque con tasas de crecimiento más moderadas.
Expectativas de beneficios
Ahora está la asignatura pendiente de que estos resultados se reflejen en expectativas de beneficios crecientes para 2025-2026 y queden reflejados en unas valoraciones bursátiles que siguen siendo en media muy bajas: los PER de los bancos cotizados en el Ibex 35 están entre cinco y siete veces. Los principales grupos bancarios españoles están ante la gran oportunidad de subir en bolsa. Es, quizá, la mejor coyuntura de los últimos años para poder hacerlo por dos razones: una, los mejores resultados obtenidos que no estaban descontados en la valoración previa de los bancos; la otra: en plena fase de desaceleración del ciclo económico en la mayor parte de las economías occidentales, el sector bancario es, tradicionalmente, uno de los objetivos de los inversores porque ofrece retornos atractivos con una volatilidad baja. Se buscan inversiones con menor volatilidad que el mercado, como ocurre con sectores como el consumo defensivo. Un factor que puede contribuir a animar a los inversores es hacer recompras de acciones (así se lo tomó el mercado con el anuncio del Santander) pero con cuidado debido a los efectos negativos que tiene sobre las ratios de capital y solvencia.
Tanto en las recompras de acciones como en el reparto de dividendos, el discurso del Banco Central Europeo (BCE) siempre es el mismo: prudencia. Es necesario conseguir que los accionistas de los bancos tengan un efecto positivo duradero en el tiempo con las recompras y que la revalorización de las acciones compense la reducción del valor de los fondos propios que precisamente generan las recompras (contabilizan con signo negativo).
Un factor que puede animar a los inversores es hacer más recompras de acciones
Tras más de una década de tipos de interés prácticamente nulos y con rentabilidades muy bajas por debajo del coste de capital (lo cual implica destrucción de valor para el accionista), la banca española remonta el vuelo. A falta de que se publique la totalidad de los resultados del sector, los datos que ofrece el Banco de España en su Boletín económico son instructivos a este respecto. Al cierre del tercer trimestre de 2024 y en términos acumulados anuales, la rentabilidad bruta vía margen de intereses (el negocio bancario tradicional de crédito y depósitos) se situó en el 1,5% sobre activos cuando apenas hace tres años era la mitad.
Estoc de crédito
En el caso del margen bruto, la rentabilidad sube al 2,87%. Por su parte, el retorno medio sobre recursos propios (ROE) ha experimentado una fuerte subida hasta el 15,8% cuando también hace tres años era menos de la mitad. Por su parte, los créditos dudosos siguen bajando hasta llegar prácticamente al límite de los 42.000 millones (-3,8% interanual a noviembre) y la tasa de morosidad (ahora llamada dudosidad) ha caído al 3,38% también en noviembre (-0,16pp respecto al mismo mes de 2023).
Gracias a la subida de los tipos de interés y el control de los costes, la banca española ha consolidado una línea de ingresos más alta y una línea de costes más baja que ayuda a amortiguar el efecto de las bajadas del precio de mercado del dinero en los próximos trimestres. Un elemento fundamental a este respecto es si en 2025 el estoc de crédito crecerá, algo a lo que se resiste desde 2010. En noviembre, según los datos del Banco de España, el crédito total al sector privado registró un crecimiento interanual del 0,52%. Veremos si este dato no es aislado y termina por consolidarse.
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