Más de la mitad de los nuevos contratados es despedido o dimite antes de cumplir un año
Si 100 personas firman hoy un contrato indefinido y entran a trabajar en una empresa, solo 48 de ellas seguirán en la misma el año que viene. La reforma laboral cumple este 2025 cuatro años de vigencia, un tiempo en el que ha logrado imprimir estabilidad a las relaciones de trabajo en España y reducir los niveles de eventualidad a estándares europeos. Sin embargo, todavía le queda camino por recorrer para hacer más duraderas las trayectorias profesionales.
Estas son las principales conclusiones de un estudio elaborado por los economistas Nuria Bustamante y Sergio Díaz, de CaixaBank Research. Su nada críptico título ya avanza las conclusiones del estudio: «La estabilidad del empleo mejora en España«. Según su veredicto, la norma diseñada por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y acordada con patronal y sindicatos ha cumplido su principal objetivo, si bien ha sido más efectiva en estabilizar la fórmula de los contratos y algo menos en el fondo de los mismos.
A nivel de fórmula contractual, el impacto de la reforma es contundente. La supresión del contrato de obra y servicio, un mecanismo utilizado hasta entonces por muchas empresas para perpetuar a empleados bajo ese régimen que les permitía cesarlos en cualquier momento a bajo coste, ha provocado que el número de contratos indefinidos se haya multiplicado. Según los datos analizados por CaixaBank Research, antes de la reforma era habitual que en España, a lo largo de un año, se firmaran unos dos millones de contratos indefinidos. En 2024 se firmaron algo más de seis millones, tres veces más. Parte de los mismos son fijos discontinuos (que se clasifican como indefinidos), pero son una minoría.
El número de contratos indefinidos firmados en España se ha triplicado desde que aplica la reforma laboral
Se firman más contratos indefinidos, menos temporales y, en general, menos contratos. Lo que se traduce también en una menor rotación entre las plantillas. «La tasa de rotación se ha reducido en los últimos años, desde el 1,30% en el promedio de 2014-2019 (es decir, de cada 100 trabajadores, 1,30 se daban de alta o de baja mensualmente) hasta el 1,10% en 2024″, analizan los autores del estudio.
Más mirada a medio plazo
Los efectos de una planificación a más largo plazo, en general positivos, ya han sido analizados por distintos estudios. El Banco de España, por ejemplo, constató que el hecho de que hubiera más gente con contratos indefinidos provocaba un aumento del consumo e inyectaba más dinero en la economía. Y es que en tanto que los trabajadores indefinidos tienen una mayor sensación de seguridad, ahorran de manera preventiva menos y emplean ese dinero para adquirir bienes y servicios, lo que impulsa la actividad económica.
Los autores de CaixaBank Research han detectado que la reforma laboral, en el actual contexto de crecimiento económico, ha incicido en dos aspectos sobre la planificación de las empresas. El punto positivo es que hay una mayor proporción que mira a largo plazo. Como muestra, el aumento del número de empleados que llevan más de dos años en la misma compañía. «El 16% de los contratos firmados en marzo de 2022 seguían en vigor un año después, frente al 11% en el caso de los contratos firmados en el mismo mes de 2017 y 2018″, apuntan los autores.
El punto negativo es que, mientras que la durabilidad contractual a medio plazo ha aumentado, la del corto plazo ha disminuido. «La supervivencia en el caso de los contratos indefinidos, excluidos los fijos discontinuos, se reduce del 52,5% al 48%, lo que vendría a confirmar que una parte de la inestabilidad inherente a los contratos temporales se ha trasladado a los contratos indefinidos», añaden.
Es decir, hoy en día hay empresas que antes tiraban de contratos temporales y hoy tiran de contratos indefinidos, pero ya con la previsión de que despedirán a sus empleados al cabo de unos meses. Lo que, a efectos prácticos, les encarece un poco el coste laboral, pero no estabiliza al trabajador.
Pendientes del despido
Con permiso de la ley para reducir la jornada a 37,5 horas semanales, la otra gran reforma que tiene pendiente abordar el Gobierno en materia laboral es la reforma de la indemnización por despido. En aras de cumplir con el veredicto de las instituciones europeas, que han censurado a España por no proteger debidamente a los empleados cesados de manera improcedente, el Ministerio de Trabajo tiene pendiente abordar con patronal y sindicatos cómo reforma el sistema indemnizatorio. Lo que presumiblemente impactará directamente en los costes laborales de las empresas y que puede repercutir directamente en la durabilidad de los contratos en España.
Y es que con los actuales baremos, de 33 días por año trabajado en el caso de improcedencia, las cuantías que perciben los trabajadores con poca antigüedad son exiguas. Alguien que sea cesado antes de cumplir el año puede acabar llevándose menos de un mes de sueldo. Lo que no desincentiva a las empresas a recurrir al despido y alimenta esa cifra constatada en el informe de CaixaBank Research de que más de la mitad de las relaciones laborales teóricamente indefinidas no superan el año.
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