PLANTACIÓN MINIBOSQUE GIJÓN | Un minibosque en El Lauredal levantado con la ayuda de los vecinos: «Trabajo en equipo y aprender cosas nuevas»
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Los vecinos de la zona Oeste de Gijón se han lanzado a la calle para colaborar en la segunda fase de la iniciativa «Gijón Ecoresiliente», en donde han comenzado con la plantación de un minibosque en el cruce de la avenida de El Lauredal con el camino de Rubín. La actividad ha estado coordinada por un equipo del Jardín Botánico Atlántico y ha contado con el apoyo de jardineros municipales y diferentes grupos y asociaciones de los barrios próximos.
La participación era libre y desde las 10.00 horas que se dio comienzo la actividad, miembros de la asociación cultural «Cilúrnigos», de El Lauredal, o de la asociación de vecinos de La Calzada «Alfonso Camín», se pusieron manos a la obra, o en este caso a la tierra, para plantar los primeros tallos de lo que se espera que en unos años sea una zona de vegetación y hábitat para animales.
«Todo lo que sea concienciar a la gente sobre la conservación de los espacios naturales y medioambiente es bienvenido, en especial si se enfoca en la gente joven», expuso Carlos Arias, presidente de la «Alfonso Camín», que estuvo colaborando con la iniciativa. Al igual que estas asociaciones, la organización «Mar de Niebla» quiso también participar a través de los jóvenes que están dentro de su proyecto y que se mostraron muy satisfechos por aportar en la labor de crear este bosque urbano.
Escarbando en el estrato, Carlos García destacaba el trabajo realizado, algo muy gratificante para él. «Me parece una cosa muy guapa. Estoy muy orgulloso de haber venido hoy aquí». El joven también valoró de manera positiva que puedan ir más adelante para realizar tareas de mantenimiento, como se ha pedido desde la «Alfonso Camín». «Que se haga esto al lado de la organización es una gozada y muy agradecido de que me hayan invitado. Para mí es ocio, me lo paso genial y me parecería perfecto poder venir más veces».
Al lado de García, Álvaro Ardura le ayudaba con las herramientas. En su caso, la jardinería le era familiar y le ha parecido una actividad muy “productiva”. «Está bastante bien, puedes colaborar con todos y haces trabajo en equipo. También te enseñan cosas nuevas». Como su compañero Joan Pineda, Ardura puede ver esta iniciativa como un futuro laboral «Me llama más el mundo de la informática, pero si tengo que trabajar de esto no me importaría», expuso Pineda.
Al frente de la organización ha estado Zuzana Ferencova, bióloga del Jardín Botánico, que junto a su equipo se ha encargado de gestionar los materiales y la formación. «Por un lado estamos recreando un pequeño bosque urbano denso y, aparte, trabajar con la ciudadanía e implicarlos concienciándoles sobre la importancia de estas actividades de renaturalización».
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