Mujer, hoy también es mi día

Que sí, que lo sabemos. El día de la mujer. El mío, en teoría, vamos. Que yo es que sigo, excepcionalmente, pensando que lo soy desde los pies a la cabeza, respetando por supuesto a quien crea no serlo.
Seguramente no me creerán, pero yo soy totalmente feminista. De las de siempre, de cómo ya era mi madre, que nos educó para que fuéramos independientes, para que cada una de sus cuatro hijas hicieran lo que quizás ella, por los tiempos en los que vivió, no había podido hacer. Ella nos inculcó, por supuesto, que todos éramos iguales. La que me animó a irme a Madrid a comenzar mi sueño, mi carrera. Y estoy hablando de hace mucho, más de 50 años. Igualdad de salarios, de oportunidades, de vida… También derecho a elegir lo que una quiera hacer, no permitir que nadie se crea superior a ti, en ningún aspecto. Eso, señores, no tiene género, porque hay muchos hombres oprimidos por mujeres, o por jefas, hay de todo en la viña del Señor, pero ellos no se atreven a denunciar, ni siquiera el acoso sexual, que también existe. Es evidente que es mayor el de las mujeres, pero depende de a qué llamen ustedes acoso, etc.
No puedo fiarme de lo que me dicen unas feministas que lo único que han hecho es tapar en su casa a asquerosos babosos, a gente que utilizaba a las mujeres por su poder, es algo que me da náuseas. A ministras que han dejado, por su total ignorancia, a violadores en la calle, que han jugado con muchas mujeres de buena fe, que se han unido a ellas en su lucha pensando que sus intenciones eran realmente sanas, y no. No lo eran. Sólo querían evitar manchas en sus partidos para poder seguir viviendo de todas las demás mujeres que les pagamos sus supersueldos, sus chiringuitos y los puestos para sus amistades, que colocan como si no hubiera mañana. De verdad. Han dividido lo que era el feminismo en mi juventud.
El feminismo no tenía que ver con ir contra los hombres, sino siempre con ellos, junto a ellos, en igualdad, y sintiéndonos dueñas de nuestro cuerpo y de nuestro espíritu. Supongo que he tenido suerte desde los 16 años, o que nadie se fijó en mí, en la vida, algo que puede ser más que probable. pero jamás me he sentido inferior, ni molestada, ni menospreciada por ser mujer. Sí les puedo decir que lo he sido por ser de derechas. Eso sí. Muchas de ellas, que pueden ser tan crueles con las mujeres como lo son ahora con las víctimas de sus jefazos, cuando no les han echado a patadas, aunque se hubiera denunciado. Todo me da mucho pero mucho asco. El sábado fue su día, no el mío. El mío lo es todos los días, desde que tuve uso de razón. Ahí queda.
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