Trump suspende las labores de inteligencia que impedían sabotajes y ciberataques de Rusia, según Reuters

El acercamiento de la administración Trump con el Gobierno de Vladimir Putin se deja notar también en el ámbito de la inteligencia. Varias agencias de seguridad nacional de EEUU han suspendido sus labores de contrarrestar el sabotaje, la desinformación y los ciberataques rusos.
Según informa Reuters citando a once oficiales de inteligencia en activo y de la administración Biden, siete agencias de seguridad nacional estadounidenses habían establecido desde 2024 grupos de trabajo para hacer seguimiento de los posibles ataques de Rusia contra las naciones occidentales a través de complots y ataques cibernéticos. Una labor que se ha detenido con la llegada de Trump a la Casa Blanca.
El plan fue liderado por el Consejo de Seguridad Nacional (NSC) del presidente e involucró al menos a siete agencias de seguridad nacional que trabajaban con aliados europeos para desmantelar complots contra Europa y Estados Unidos, según informaron a Reuters siete exfuncionarios que participaron en los grupos de trabajo.
Antes de la investidura del presidente Donald Trump, funcionarios de Biden informaron a la administración entrante sobre los esfuerzos y la instaron a continuar monitoreando la campaña de guerra híbrida de Rusia, pero no se ha hecho así.
Las reuniones regulares entre el Consejo de Seguridad Nacional (NSC) y los funcionarios europeos de seguridad nacional no se han programado, y el NSC también ha dejado de coordinar formalmente los esfuerzos entre las agencias estadounidenses, incluyendo el FBI, el Departamento de Seguridad Nacional y el Departamento de Estado, según informaron los funcionarios y exfuncionarios.
Cercanía a Rusia
Algunos funcionarios involucrados en los grupos de trabajo expresaron su preocupación por que la administración Trump esté restando prioridad al tema a pesar de las advertencias de inteligencia. El cambio se produce tras desmantelar otros proyectos centrados en Rusia lanzados por la administración Biden.
El mes pasado, el FBI puso fin a un esfuerzo para contrarrestar la interferencia en las elecciones estadounidenses por parte de adversarios extranjeros, incluida Rusia, y suspendió al personal del Departamento de Seguridad Nacional que trabajaba en el tema. El Departamento de Justicia también disolvió un equipo que confiscó los bienes de oligarcas rusos.
Según los oficiales estadounidenses actualmente en ejercicio, la Casa Blanca no ha informado a los funcionarios de carrera que participaron previamente en el esfuerzo si volverá a crear los grupos de trabajo interinstitucionales.
No está claro hasta qué punto Estados Unidos sigue compartiendo inteligencia relacionada con la campaña de sabotaje con sus aliados europeos. Funcionarios del gobierno del Reino Unido afirmaron que continúa el intercambio rutinario de inteligencia entre Estados Unidos y el gobierno británico.
«Respuesta desproporcionada»
Al solicitarle comentarios sobre la suspensión de los esfuerzos coordinados, la Casa Blanca remitió la cuestión al NSC.
Brian Hughes, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional (NSC), afirmó que se coordina con las agencias pertinentes para evaluar y contrarrestar las amenazas que se plantean a los estadounidenses.
«El presidente Trump ha dejado muy claro que cualquier ataque contra Estados Unidos se enfrentará a una respuesta desproporcionada», declaró.
Un alto funcionario estadounidense de la OTAN afirmó que Estados Unidos seguía coordinando con sus aliados sobre el asunto, pero se negó a ofrecer más detalles. La CIA, el FBI y el Departamento de Estado se negaron a hacer comentarios.
Anitta Hipper, portavoz de Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la UE, afirmó no tener información específica que compartir cuando se le preguntó sobre la suspensión de algunas reuniones de intercambio de inteligencia. Añadió que la UE se estaba coordinando con la OTAN para contrarrestar las amenazas híbridas, que abarcan desde el sabotaje físico de infraestructuras críticas hasta las campañas de desinformación.
Nueva política hacia Europa
La pausa en el esfuerzo interinstitucional se produce cuando Trump modifica drásticamente la política estadounidense hacia Europa y Ucrania, lo que genera temores entre las agencias de inteligencia estadounidenses y europeos de que Ucrania pueda verse obligada a aceptar una tregua favorable a Rusia.
En las últimas semanas, Trump ha hecho declaraciones y adoptado medidas políticas que parecen favorecer a Rusia, las cuales han suscitado críticas tanto de demócratas como de algunos republicanos. Sin embargo, el presidente ha argumentado que el conflicto en Ucrania tiene el potencial de derivar en una Tercera Guerra Mundial y que mejorar las relaciones con Rusia redunda en el interés estratégico de Estados Unidos.
Putin aceptó el martes una propuesta de Trump para que Rusia y Ucrania dejen de atacarse mutuamente sus infraestructuras energéticas durante 30 días, según informó el Kremlin tras una larga conversación telefónica entre los líderes.
Peligro para EEUU
Algunos analistas indicaron a Reuters que reducir el trabajo para contrarrestar las tácticas de guerra híbrida de Moscú resultaría peligroso para Estados Unidos.
«Estamos optando por ignorar posibles actos de guerra contra nosotros«, declaró Kori Schake, directora de estudios de política exterior y de defensa del American Enterprise Institute, un centro de estudios con sede en Washington, quien ha criticado la relación de Trump con Putin.
En los últimos tres años, Rusia ha reclutado a delincuentes en países europeos para operaciones de sabotaje en todo el continente, incluyendo incendios provocados, intentos de asesinato y la colocación de bombas en aviones de carga. Rusia también ha utilizado campañas de influencia y operaciones cibernéticas para erosionar el apoyo a Ucrania, según informaron a Reuters funcionarios de inteligencia occidentales.
Los oficiales de inteligencia afirmaron que el número de actos de sabotaje por parte de Rusia disminuyó a finales de 2024, pero advirtieron que esperan que Moscú continúe con su guerra híbrida mientras persista el apoyo occidental a Ucrania.
Al ser preguntado sobre la pausa en parte del trabajo de Washington para rastrear su campaña de guerra híbrida, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, afirmó que la administración Trump estaba tratando de eliminar «todo lo ineficaz, corrupto e inverosímil», algo que, según él, era «comprensible».
Añadió que las acusaciones occidentales de que Rusia comete sabotaje en Estados Unidos y Europa son «huecas y efímeras» y no han sido probadas.
Guerra en la sombra
Tras el avance de las fuerzas rusas por la frontera con Ucrania hace tres años, las agencias de inteligencia de Moscú lanzaron una guerra en la sombra con el objetivo de socavar el esfuerzo liderado por Estados Unidos para reforzar la resistencia de Kiev, según informaron a Reuters seis funcionarios occidentales de inteligencia y seguridad nacional. El Congreso ha aprobado 175.000 millones de dólares en asistencia a Ucrania desde que Rusia lanzó su invasión a gran escala hace tres años.
Los esfuerzos de Moscú para tomar represalias contra Occidente se intensificaron en la primavera de 2024 con ataques incendiarios en toda Europa, incluido uno en un almacén de Londres vinculado a un empresario ucraniano. Seis personas fueron acusadas de incendio provocado con agravantes por ese ataque ante un tribunal británico en noviembre; al menos dos de ellas se declararon culpables de aceptar pagos de un servicio de inteligencia extranjero. El juicio comenzará en junio.
En respuesta al repunte, Biden ordenó a sus agencias de seguridad nacional que aumentaran el intercambio de inteligencia con Europa y crearan grupos de trabajo para combatir las operaciones rusas y garantizar que no se produjeran ataques en Estados Unidos, según informaron los exfuncionarios estadounidenses.
Los funcionarios de inteligencia estadounidenses, en colaboración con las fuerzas del orden nacionales, evaluaron que Moscú pretendía atacar no solo a los disidentes rusos en todo el mundo, sino también a otros civiles, incluidos aquellos que colaboraban en los esfuerzos bélicos de Ucrania.
Estados Unidos alertó a Alemania de que Rusia intentaba asesinar al director ejecutivo de Rheinmetall, un fabricante alemán cuyas armas estaban siendo utilizadas por Ucrania, según informaron dos exfuncionarios estadounidenses de alto rango. Las fuerzas del orden alemanas evitaron el plan.
A finales del verano, el Consejo de Seguridad Nacional organizó reuniones presenciales y virtuales con funcionarios de seguridad nacional europeos para compartir información sobre complots en Europa y coordinar investigaciones, según informaron cuatro exfuncionarios estadounidenses de alto rango.
Esto dio lugar a planes conjuntos para abordar los sabotajes, incluyendo procedimientos para arrestos y una propuesta de penas de prisión más largas para los condenados, según informaron cuatro exaltos funcionarios estadounidenses.
Un memorando redactado por Estados Unidos y el Reino Unido a finales de 2024 proponía, entre otras medidas, que las fuerzas del orden de los países europeos colaboraran más estrechamente para rastrear las redes criminales que llevan a cabo el sabotaje. También proponía que los gobiernos europeos redujeran su presencia diplomática en Moscú para obligar a Rusia a reducir su personal en las embajadas europeas, según informaron dos altos funcionarios estadounidenses.
Algunas de estas medidas aún se están debatiendo entre los países europeos, afirmó un exalto funcionario estadounidense. La embajada británica en Washington no respondió a una solicitud de comentarios.
A diferencia de sus aliados occidentales, la administración Trump está actualmente en conversaciones con Moscú para aumentar la presencia diplomática rusa en Washington, según declaró un alto funcionario estadounidense. La Casa Blanca no respondió a las preguntas sobre el memorando ni sobre la posible medida de aumentar la presencia diplomática rusa.
Las agencias estadounidenses, incluida la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA), han rastreado durante años las operaciones de influencia rusa y los ataques de ransomware contra infraestructura crítica estadounidense. Bajo la administración Biden, altos funcionarios de ciberseguridad lideraron un equipo interinstitucional para compartir con los países europeos los intentos de Rusia de influir en las elecciones locales y cómo disuadir los ataques de Moscú a los sistemas de seguridad nacional, según declaró un exalto funcionario estadounidense.
La victoria del candidato de extrema derecha y partidario de Putin, Calin Georgescu, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales rumanas de noviembre fue anulada por el tribunal constitucional del país después de que informes de inteligencia rumanos desclasificados indicaran una posible interferencia rusa, una decisión criticada por el vicepresidente de Trump, J. D. Vance. Georgescu y Moscú han negado cualquier intromisión.
La subsecretaria adjunta de la CISA, Tricia McLaughlin, declaró a Reuters que la agencia había suspendido administrativamente al personal de su equipo de seguridad electoral que trabajaba en el área de desinformación, sin dar más detalles.
McLaughlin afirmó que CISA «sigue comprometida a abordar todas las amenazas cibernéticas a la infraestructura crítica de Estados Unidos, incluidas las provenientes de Rusia».
Amenaza a la patria
En otro ejemplo de cooperación bajo el gobierno de Biden, el gobierno envió equipos del Departamento de Estado y otras agencias para ayudar a los países europeos a investigar los daños a varios cables submarinos esenciales.
Uno de los equipos viajó a Copenhague para ayudar en diciembre después de que Finlandia incautara un petrolero sospechoso de arrastrar su ancla en el lecho del mar Báltico para dañar deliberadamente las redes de cable, según informaron un exfuncionario y otro alto funcionario estadounidense.
Funcionarios de inteligencia occidentales creen que el petrolero, el Eagle S, pertenece a una flota fantasma de barcos que Rusia utiliza para evadir las sanciones petroleras. Rusia ha negado su participación en una serie de incidentes relacionados con cables. Algunos funcionarios occidentales de inteligencia y seguridad nacional advierten que no hay pruebas irrefutables que indiquen la responsabilidad directa de Moscú en todos los recientes incidentes de corte de cables.
A mediados de 2024, agencias estadounidenses recopilaron información de inteligencia que sugería que Rusia podría detonar un dispositivo incendiario en un avión de carga o de pasajeros sobre el espacio aéreo estadounidense, lo que provocó alarma en Estados Unidos.
«Esa era una amenaza muy diferente a las operaciones de sabotaje en Europa que dañaban propiedades», declaró un ex alto funcionario estadounidense. «Derribar aviones es una categoría completamente distinta».
Si bien no había pruebas claras de que Moscú formulara un plan para atacar dentro de EEUU, el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional elaboraron estrategias para que las agencias nacionales intensificaran la inspección de la carga que entraba en el país.
Los funcionarios estadounidenses estaban tan preocupados que Biden ordenó a Jake Sullivan, su asesor de seguridad nacional, y al director de la CIA, Bill Burns, que advirtieran a Putin y a sus principales asesores que, si la campaña continuaba, especialmente dentro de EEUU, Washington podría incluir a Rusia en la lista de estados patrocinadores del terrorismo, una designación que aislaría aún más su economía del mundo.
El New York Times fue el primero en informar sobre las reuniones entre los funcionarios de Biden y el Kremlin.
Desde entonces, no se ha producido ningún ataque dentro de EEUU y el número de sabotajes en Europa disminuyó a finales de 2024, según tres funcionarios de inteligencia occidentales, quienes atribuyeron el cambio, al menos en parte, a la vigilancia de los gobiernos occidentales y a la coordinación entre Europa y EEUU
Aun así, varios funcionarios de inteligencia occidentales afirmaron que consideran que Rusia continuará su campaña mientras EEUU y Europa sigan apoyando a Ucrania.
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