La primera planta de producción de algas en Catalunya planea su expansión

Microalgae Lab se dedica desde 2021 a la producción de espirulina en Tarragona. “Fue la primera planta de producción de algas en crearse en Catalunya. Lograr los permisos me costó dos años”, explica su CEO, Mario Muñoz.
La planta consiste en unas piscinas con agua en las que se cultivan las microalgas y unos laboratorios para procesarlas. El emprendedor destaca que se trata de una actividad, ante todo, sostenible: “Cada kilo de microalgas secas que se obtiene ha consumido dos kilos de CO2, sin contaminar nada. El agua no se descarta: después de recolectar, se filtra y se devuelve a la piscina”.
Después de cultivarla y tras su secado, Microalgae Lab la comercializa en tres formatos: en fideos, en polvo y en comprimidos. También extrae el pigmento azul de la espirulina. Se trata del 15% de la microalga, que concentra buena parte de las propiedades. La empresa se propone dedicar el 85% restante de la espirulina a producir pienso para peces.
Mario Muñoz, CEO de Microalgae Lab, Spirulina Company en Tarragona que planea expandir su licencia para la producción de más algas. / Juan Revillas
Un superalimento
“La espirulina contiene un 65% de proteína, mucho hierro, más que las lentejas, y vitaminas. Protege el sistema inmune, y va muy bien para regular el colesterol y el azúcar en la sangre”, resalta el emprendedor, que trabaja con el departamento de Biología de la Universitat de Barcelona, con el de ingeniería Química de la Universitat Rovira i Virgili, con el departamento de nutrición de Eurecat, y con su socio, Rafa Hernández, doctorado en Química.
“Se trata de un sector que está creciendo. Muchos alimentos que se encuentran en el supermercado ya incluyen la espirulina. Es un producto muy saludable, solo hace falta darla más a conocer”.
No obstante, el problema es la alta competencia procedente de Asia. “Se vende un producto a un precio muy bajo, pero solo concentra el 20% de proteína y es de muy poca calidad”, asegura Muñoz.
Markets de mercados de laboratorio de microalgas y cápsulas. / Juan Revillas
De 500 a 12.000 kilos
Microalgae Lab produce 500 kilos en una instalación de 300 m². Toda la producción, desde la fabricación hasta el envasado final, se lleva a cabo en la misma planta. Actualmente, la comercialización se realiza a través de su e-commerce, pero el emprendedor tiene planes ambiciosos para expandir su negocio. Muñoz planea desarrollar una nueva planta de 3.000 m² en una primera fase en 2026 y expandirse con otros 3.000 m² en 2028, para obtener hasta 12.000 kilos anuales. Se trata de un crecimiento previsto mediante una colaboración con una empresa del sector agroalimentario de Tarragona, interesada en la explotación de este producto para integrarlo en sus líneas de producción. “Con esta industrialización es posible reducir a la mitad su precio”, destaca.
En este sentido, más allá de la comercialización de su producto, la empresa está abierta a nuevos modelos de negocio, como la de actuar como socio estratégico para ayudar a escalar la tecnología que ha desarrollado, adaptándola y aplicándola en otras instalaciones o proyectos. Asimismo, Muñoz ha solicitado los permisos para la explotación de diez microalgas más. Junto con la espirulina, considera su gran potencial para la alimentación humana, animal, y aplicaciones en cosmética.
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