En Europa tenemos capacidad industrial para Defensa, pero necesitamos sobre todo tecnología

La compañía madrileña GMV, fundada en 1984 en el seno de la Universidad Politécnica de Madrid por el catedrático Juan José Martínez García, es hoy la primera compañía española independiente del sector espacial y la sexta de Europa. Con 3.500 empleados en 12 países —el 92% ingenieros—, es líder mundial en centros de control de satélites y más de 900 misiones espaciales usan su tecnología. GMV juega un papel clave en el programa europeo Galileo y es referente también en defensa, ciberseguridad y sistemas inteligentes de transporte. Su presencia se extiende globalmente desde su sede en Tres Cantos (Madrid), con un fuerte peso en EE.UU. y Europa.
-¿Cómo se están preparando como compañía ante el rearme que prepara la OTAN y la UE de cara a los próximos años?
-Estamos preparados. GMV ya ocupa una posición de liderazgo en varias áreas clave. Somos un proveedor consolidado en el ámbito de defensa, y vemos en esta evolución —aunque desafortunada desde el punto de vista geopolítico— una oportunidad clara de crecimiento. Se ha demostrado que Europa necesita reforzar su capacidad defensiva. El entorno internacional se ha vuelto más complejo, y los europeos nos estamos dando cuenta de que ya no podemos depender exclusivamente de alianzas tradicionales que están dejando de funcionar como antes.
Europa debe aspirar a la autosuficiencia en defensa. En GMV trabajamos desde hace tiempo con los ejércitos españoles y también con la OTAN. Comenzamos en etapas muy tempranas con algunos proyectos en el ámbito de defensa, y hemos ido evolucionando junto con el sector. Hoy ocupamos una posición de referencia en mando y control, inteligencia, vigilancia y reconocimiento. Además, estamos muy centrados en ciberseguridad, donde también tenemos mucho que aportar.
-El plan de la Comisión Europea habla de 800.000 millones de euros en inversiones en defensa. ¿Cuánto calculan que se destinará a tecnologías en las que está especializada GMV, como la aeronáutica, el espacio o la ciberseguridad?
-Es cierto que una parte importante de ese presupuesto irá destinada a munición y vehículos blindados, pero también hay un espacio clave para las tecnologías en las que GMV está especializada. No disponemos de una cifra concreta, pero probablemente el porcentaje destinado a estas áreas no sea mayoritario. Sin embargo, cuanto más se invierta en tecnología, mejor para Europa, porque ahí es donde está el verdadero valor estratégico. No solo necesitamos capacidad industrial, sino también capacidades tecnológicas propias.
-Y centrándonos más en España… El presidente Pedro Sánchez anunció inversiones de 10.471 millones para alcanzar 2% del PIB en gasto en defensa, ¿qué impacto podría tener eso para GMV en términos de ingresos o beneficios?
-A corto plazo, pasar del gasto actual al 2% del PIB es complicado. Requiere una estrategia clara y, sobre todo, voluntad política para invertir en capacidades industriales y tecnológicas propias, tanto en España como en Europa. La alternativa más sencilla, pero menos beneficiosa a largo plazo, sería adquirir sistemas directamente de Estados Unidos. Ojalá surjan muchas oportunidades, aunque luego habrá que competir para ganarlas. Este aumento en el presupuesto es algo que el sector de la defensa —y también el sector espacial— lleva tiempo reclamando. Siempre hemos considerado necesario que una mayor parte del PIB se destine a estas áreas. En ese sentido, si esta inversión sirve realmente para desarrollar tecnología útil y capacidades industriales propias, será muy positivo para empresas como GMV y para el conjunto del sector.
Martínez muestra su oficina durante la entrevista. / Xavier Amado
-GMV es reconocida como la primera compañía española independiente del sector espacial por número de empleados. ¿Cómo ve el sector de defensa en España? ¿Cree que Indra, por su tamaño, es el «tractor» que España necesita?
-Creo que Europa necesita ser competitiva a nivel global, y para lograrlo es esencial una demanda coordinada entre los países. Hasta ahora ha sido muy diversa y dispersa. Es fundamental repartir esa demanda de forma que cada país pueda desarrollar industria propia, pero todos trabajen en una estrategia común. Para eso hacen falta empresas competitivas, punteras en lo que hacen, y una estructura empresarial diversificada que permita crecer de forma eficiente.
-En 2016 entraron en el accionariado de PLD Space, salieron en 2023. Luego compraron Alén Space y en 2024 adquirieron Autek. ¿Les gustaría repetir este tipo de operaciones? ¿Qué tipo de compañías les interesan? ¿Descarta una fusión con alguna gran competidora?
-Sí, han sido tres operaciones distintas. La inversión en PLD Space fue minoritaria y respondía a una estrategia tecnológica. Buscábamos dos cosas: por un lado, desarrollar una tecnología propia —la biónica que creamos para el cohete— y, por otro, apoyar una startup prometedora. Al cumplirse ambos objetivos, salimos.
Con Alén Space y Autek fue diferente: fueron adquisiciones completas con el objetivo de integrar tecnologías disruptivas en nuestro portfolio. Nos permiten desarrollar capacidades de forma más ágil, siempre apostando por propiedad intelectual propia.
En cuanto a fusiones, no descarto nada. Hasta ahora hemos funcionado muy bien como empresa familiar, lo que nos ha dado mucha agilidad y coherencia estratégica. Pero si apareciera una oportunidad que supusiera un verdadero impulso para la compañía, se valoraría. No es el objetivo, pero tampoco está fuera de la mesa.
Sobre futuras compras: sí, seguiremos haciéndolas. Nos interesan especialmente las compañías cuya tecnología y cultura empresarial encajen con la nuestra.
-Este año han ganado un contrato de más de 200 millones de euros para el sistema Galileo. ¿Tienen capacidad industrial para abordar este nivel de carga de trabajo?
-Sí, estamos preparados. Llevamos años batiendo récords de cartera y cumpliendo con los contratos. Aun así, seguimos invirtiendo para reforzar nuestras capacidades, tanto tecnológicas como humanas. Es un esfuerzo constante, sobre todo en la atracción de talento.
-¿Cuál diría que ha sido el hito de 2024 hasta ahora? ¿Y qué espera de 2025?
-El hito más simbólico de 2024 ha sido nuestro 40 aniversario. Además, destacan dos proyectos muy potentes: el hub de Gobsacom y el LEO PNT, ambos en fase de desarrollo. En cuanto a 2025, hay grandes expectativas, pero preferimos comunicar cuando los contratos estén firmados. Como se suele decir, no hay que vender la piel del oso antes de cazarlo.
-Del primer trimestre de 2025, ¿que destacaría?
-Un proyecto con el Consorcio de Transportes de Madrid para implantar un sistema de pago con tarjeta en operadores públicos. Es un buen ejemplo de cómo nuestras tecnologías espaciales se aplican en sectores más cercanos al ciudadano, como el transporte. Nuestra experiencia en sistemas inteligentes de transporte se ha consolidado y tiene potencial de replicarse en otras ciudades, tanto dentro como fuera de España.
-Sus últimas cuentas publicadas son las de 2023 en las que aumentaron la facturación un 24% hasta los 384 millones y el beneficio neto alcanzó los 12,9 millones, lo que supuso un crecimiento del 95,5%. ¿Puede adelantar ya alguna cifra de 2024?
-Nuestra cuentas de 2024 aún son provisionales que alcanzamos una facturación de 444 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 19,1%. La previsión para 2025 es superar los 500 millones. Estamos en un momento de gran solidez financiera.
-¿Qué otros proyectos destacaría actualmente?
-Estamos involucrados en una gran cantidad proyectos. Aparte de en Galileo, el sistema global de navegación por satélite Europeo, y LEO-PNT, iniciativa de la Agencia Espacial Europea (ESA) que busca demostrar las ventajas de utilizar satélites en órbita terrestre baja (LEO) para servicios de posicionamiento, navegación y sincronización de tiempo (PNT) estamos trabajando por ejemplo en SouthPAN, que mejora del posicionamiento satelital en Australia y Nueva Zelanda; en el Hub de GOVSATCOM cuyo objetivo desarrollar una infraestructura crítica que garantice comunicaciones satelitales seguras y eficientes para usuarios gubernamentales de los Estados miembro de la UE; en el proyecto Hera para observar un asteroide tras un impacto, con fines de defensa planetaria; en el caza europeo FCAS, donde participamos en el pilar tecnológico de operadores remotos; SISCAP, que es el ordenador táctico para soldados, con comunicaciones y sensores integrados; la plataforma de inteligencia de datos para la gestión de crisis del Gobierno de España; tecnología de posicionamiento para vehículos autónomos de BMW o en sistemas inteligentes de transporte en EE.UU., por ejemplo en el norte de Nueva York.
-¿Cómo afecta a GMV la situación de los aranceles en EE.UU.?
-Nos afecta en menor medida porque la mayor parte de nuestro negocio es software, que no suele estar gravado. Sin embargo, cuando hay hardware de por medio o dependencias en las cadenas de suministro, sí puede haber impactos.
-La empresa fue fundada en 1984 por su padre, Juan José Martínez García. ¿Piensa ya en el relevo generacional?
-Sí, lo tengo muy presente. Es parte natural de la evolución de una compañía. Aún me queda camino por recorrer, pero evidentemente, en algún momento llegará. Lo importante es que el proceso esté bien preparado y pensado.
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