El candidato ultra se impone en la primera vuelta de las elecciones en Rumanía, según los sondeos

George Simion, el candidato eurófobo, ultraderechista y prorruso, lograría imponerse en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Rumanía, según los sondeos. Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR) se haría con un 30% de los votos, tras la suspensión del proceso electoral en diciembre pasado por supuestas injerencias rusas, pero necesitaría medirse en una segunda ronda al no alcanzar el 50% de los apoyos.
Su contrincante en la ronda definitiva, prevista para el 18 de mayo, aún no está claro. Los sondeos dan prácticamente un empate entre el actual alcalde de Bucarest, el independiente Nicusor Dan, y el candidato oficialista Crin Antonescu.
El proceso electoral en Rumanía fue anulado por el Tribunal Constitucional 48 horas antes de la segunda ronda, que estaba prevista para el 8 de diciembre. Los magistrados argumentaron que durante la primera ronda, celebrada el 24 de noviembre, se produjeron injerencias rusas a través de las redes sociales.
Todo empezó cuando alrededor de un centenar de influencers rumanos fueron contratados por una oscura plataforma denominada FameUp. Su labor era difundir vídeos, a través de Tik Tok, en los que tenían que describir las cualidades que desearían ver en el nuevo jefe del Estado: «estabilidad», «progreso» y «patriotismo».
Los mensajes no incluían el nombre de Georgescu, pero estos vídeos eran posteriormente republicados por un enjambre de usuarios que sí mencionaban al polémico aspirante. Se llegaron a detectar 25.000 cuentas creadas dos semanas antes de la primera vuelta y que luego demostraron ser falsas. Esto incrementó la visibilidad del candidato y le permitió la inesperada victoria, en un país en el que Tik Tok tiene nueve millones de usuarios, casi la mitad de la población.
Tras este episodio, Georgescu fue detenido en febrero, entre protestas de sus simpatizantes, y acusado de seis delitos. Además, acabó siendo vetado como candidato en la repetición de los comicios. Este episodio sumió el país en una importante crisis constitucional y provocó la dimisión del presidente anterior, Klaus Iohannis.
La situación ha provocado una polarización en la sociedad rumana, cada vez más desilusionada con la clase política y avanzando hacia posiciones cada vez más populistas y prorrusas. Además, llega en medio de importantes retos económicos. La tasa de inflación fue el año pasado de las más altas de la Unión Europea, por encima del 5%. Y también el déficit presupuestario, con un 9,2% del Producto Interior Bruto (PIB), fue el más elevado de la UE.
En esta repetición, el país balcánico se juega su credibilidad frente a sus propios ciudadanos, pero también con el exterior. Romanía había sido hasta ahora un baluarte euroatlántico en el sureste de Europa y un importante punto geoestratégico. Rumanía comparte frontera con Ucrania y alberga una de las instalaciones de mayores dimensiones de la OTAN, a base militar Mihail Cogalniceanu, cerca de la ciudad de Constanza.
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