GREG ABEL|Quién es Greg Abel, el sucesor de Warren Buffett y nuevo CEO de la cuarta empresa más importante de EEUU?

Desde un modesto escenario y frente a un abarrotado pabellón deportivo, Warren Buffett sorprendió a los presentes anunciando a Greg Abel como el nuevo CEO del conglomerado empresarial Berkshire Hathaway. «Creo que las perspectivas de Berkshire serán mejores bajo la dirección de Greg que bajo la mía», afirmó Buffett. Así, el «Oráculo de Omaha», como se le conoce a Buffett por su gran visión inversora, traspasaba al actual vicepresidente ejecutivo la responsabilidad de seguir haciendo del grupo un referente empresarial mundial.
Aunque la sucesión fuera un secreto a voces, las circunstancias y el momento elegidos por Buffett para anunciar su sucesor sorprendieron hasta al propio Abel. Un desliz de Charlie Munger, socio y amigo de toda la vida de Buffett, con los medios de comunicación, confirmó en 2021 que Abel sería el elegido para tomar las riendas de Berkshire en un futuro. El canadiense asume ahora un legado difícil de mantener, pero ¿quién es Greg Abel? Y aún más importante, ¿cómo ha llegado hasta ahí?
Del hockey a San Francisco
Hijo de una familia trabajadora, Abel creció en un barrio de Edmonton, en la gélida región de Alberta, Canadá. Como buen canadiense, su pasión por el hockey sobre hielo ha sido una constante en su vida. Tanto el pasado profesional de su tío, Sid Abel, como el actual puesto de entrenador que Abel desempeña en los equipos de sus hijos, dejan ver que los ‘sticks’ y el hielo han estado siempre presentes en su vida.
Su andadura profesional comenzó con «trabajos menores», principalmente centrados en repartir folletos publicitarios, o limpiar botellas desechadas y canjearlas por depósitos. Fue así como se forjó un espíritu trabajador de quien tras graduarse en Comercio por la Universidad de Alberta en 1984, se incorporó rápidamente a la oficina de PricewaterhouseCoopers (PwC) en Edmonton para trabajar en auditoría y contabilidad. Posteriormente, Abel se trasladaría a San Francisco para seguir trabajando para la ‘Big4’.
Escalando la jerarquía
Desde que CalEnergy, empresa cliente de PwC, le contratara en 1992, la posición de Abel mejoró progresivamente. CalEnergy adquiriría MidAmerican Energy en 1999 (que pasaría a llamarse como esta última), y sería en 2000 cuando Berkshire Hathaway finalmente absorbió la empresa de Abel y este pasó a formar parte del conglomerado liderado por Buffett. Aunque el canadiense ya fuese alto directivo en MidAmerican energy, su trayectoria profesional no dejó progresar. En 2008 sería nombrado consejero delegado, y en 2011 asumió la presidencia del consejo. Finalmente, fue en 2018 cuando Abel asumió el cargo de vicepresidente.
Durante la junta de accionistas del pasado sábado, a una pregunta de una adolescente ilusionada con trabajar algún día en Berkshire Hathaway, Abel respondió que la clave era «trabajar duro». «Nunca restaría importancia a que hay muchas cosas que importan en la vida, pero si empiezas con una gran ética de trabajo y tienes esa actitud, vas a recorrer un largo camino en la vida y a encontrar un gran disfrute», le dijo.
Y ahora, ¿qué?
En su carta a los accionistas del año pasado, Buffett dijo que Abel «está preparado para ser consejero delegado de Berkshire mañana». En la de este año, sugirió que el relevo se produciría pronto. El histórico inversor no ha dudado en ningún momento de las aptitudes del hasta el sábado vicepresidente. El grupo es una de las empresas que mejor ha absorbido los golpes de la guerra comercial impulsada por Trump. Las cantidades ingentes de dinero –tanto «cash» como invertido en letras del tesoro– de las que el conglomerado goza, son un claro garante de la solvencia económica que siempre caracterizó a Warren Buffett.
En la junta de accionistas de Berkshire Hathaway del sábado le preguntaron a Abel por qué querría ser recordado y señaló que le gustaría que pensasen en él como un buen padre (tiene cuatro hijos) y un buen entrenador. Aun así, la responsabilidad de comandar la cuarta empresa más grande del país conlleva mucho más que eso, y Abel lo sabe.
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