La diplomacia vaticana vuelve al terreno de juego en Ucrania con el papa León XIV
No había pasado ni una semana desde su elección como 267° jefe de la Iglesia católica cuando, el pasado 14 de mayo, León XVI lanzó un mensaje. «La Santa Sede está a disposición para que los enemigos se encuentren y se miren a los ojos, para que a los pueblos […] Se restauran la dignidad que merecen, la dignidad de la paz «, dijo el nuevo Papa. Leo XIV colocó al Vaticano antes de un viejo anhelo de FranciscoPara ser escuchado y mediado en las dos regiones en la guerra, aunque esta vez con su propio equipaje e historia.
Y, con Ucrania, ha funcionado. Tan solo pocos días después, esta semana, todos los actores involucrados en la guerra de Moscú contra Kiev lo han certificado; eso, con una cascada de declaraciones aperturistas a la puesta en marcha de una posible negociación, a llevarse a cabo en territorio vaticano, para alcanzar un acuerdo que frene el conflicto bélico.
El lunes, el primero en dar su visto bueno fue precisamente Volodímir Zelenski, el presidente de Ucrania. Tras reunirse con el pontífice estadounidense-peruano y antes de otro encuentro en Roma con el vicepresidente de EEUU, J. D. Vance, el líder ucraniano agradeció a León XIV su disposición a convertir la Santa Sede en «una plataforma» para conversaciones «directas» entre Kiev y Moscú y permitir que se alcance una «paz justa y duradera».
Trump y Rusia
Directamente desde EEUU también llegaron casi de inmediato señales positivas en la misma dirección. Después del fracaso de la semana pasada de un acuerdo entre Rusia y Ucrania en Estambul —donde sólo se logró que los dos países se pusieran de acuerdo para intercambiar unos 1.000 prisioneros cada uno—, el presidente estadounidense, Donald Trump, mantuvo una conversación de dos horas con el mandatario ruso, Vladímir Putin. Y, tras eso y que Zelenski también se hubiera pronunciado a favor de una mediación vaticana, el republicano también lo afirmó públicamente. «El Vaticano, representado por el Papa, ha declarado que estaría muy interesado en acoger las negociaciones. ¡Que comience el proceso!«, sostuvo Trump, antes de argumentar que hay mucha «rabia» entre las partes y que el simbolismo del lugar podría ayudar. «Creo que sería estupendo celebrarlo en el Vaticano. Tal vez tendría algún significado adicional», explicó en un acto en la Casa Blanca.
Rusia, que desde que se activaron los intentos de alcanzar un acuerdo ha enviado todo tipo de señales ambiguas, no se ha cerrado de momento completamente a esta opción mediadora. Este mismo martes, en declaraciones recogidas por la agencia Tass, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó conocer la oferta del Papa. Eso sí, según aclaró, ninguna decisión final aún habría sido tomada.
«Todos conocen esta iniciativa del Papa. También hubo una declaración del Vaticano. La parte rusa está, por supuesto, agradecida con todos aquellos dispuestos a contribuir», ha explicado Peskov. «Pero aún no se ha tomado ninguna decisión específica sobre dónde deberían continuar unas posibles negociaciones futuras», ha añadido.
Diplomacia paralela
El camino, en efecto, es aún cuesta arriba. De hecho, durante años, el difunto Francisco frenó riñas institucionales, logró la liberación de prisioneros políticos y acercó posiciones que parecían irreconciliables en América Latina. Casi siempre con éxito y a menudo por debajo de los radares públicos. Pero ese no ha sido ni el caso de Gaza ni el de Ucrania, un país al que mandó un enviado especial, cardenal y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, Matteo Zuppi, pero sin que se llegara a solución alguna para un alto el fuego.
Hoy, sin embargo, la experimentada diplomacia vaticana posee un elemento más: un Papa originario de la primera potencia de Occidente. El mismo Papa que ahora tiene a su disposición la vastísima red de embajadores que posee el Vaticano y los medios paralelos de los que dispone la Iglesia católica, al ser un actor visto como neutral, que no es parte de ninguna de las principales organizaciones militares internacionales y, por tanto, puede incluso seguir varias estrategias a la vez. Lo que sigue siendo una incógnita es si será suficiente.
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