Daniel Noboa inicia su segundo mandato con las viejas promesas de prosperidad y un combate eficaz contra el delito
Daniel Noboa inició este sábado su segundo mandato presidencial con un rosario de promesas y un reconocimiento al liderazgo paterno, Álvaro Noboa, el dueño de la mayor fortuna de Ecuador. «Un verdadero comandante en jefe, jamás abandona a su tropa», dijo, y destacó «su capacidad de hacer las cosas bien».
Noboa había derrotado por amplio margen a la correísta Luisa González, a mediados de abril. El partido del expresidente Rafael Correa no ha reconocido su derrota y alegó la existencia de un fraude en las unas que hasta el momento no pudo demostrar. Los asambleístas de Revolución Ciudadana, el principal partido opositor y con la principal bancada parlamentaria, no estuvieron presentes en la toma de posesión que la Asamblea Nacional. «La verdad siempre será verdad, aunque el poder intente silenciarla, aunque muchos callen. La mentira siempre será mentira, aunque se repita hasta el cansancio, aunque se disfrace de triunfo o se imponga por la fuerza de la manipulación«, hizo saber González a través de X.
Ante un parlamento semivacío y frente a los presidentes de Colombia y Perú, Gustavo Petro y Dina Boluarte, respectivamente, Noboa prometió una gestión marcada por la necesidad de resolver la grave crisis energética existente y combatir el crimen que asola a las grandes y pequeñas ciudades y convirtió a Ecuador en el país más peligroso de la región. Entre enero y abril de este año, Ecuador registró 3.094 muertes violentas, un aumento del 58% en comparación a similar periodo de 2024. Para lo primero, anunció su decisión de apostar por la energía nuclear. Sobre la violencia urbana ratificó la política derivada del «Estado de conflicto interno», que tiene como puntal a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. «Han sido el escudo del Ecuador. Sepan que cuentan con un presidente que los respalda en su misión de proteger la vida de los ecuatorianos». Reconoció que «esta no es una lucha contra la delincuencia común». Se trata de «una confrontación directa con estructuras criminales organizadas, con redes que operan dentro y fuera del país». Noboa aseguró que el objetivo principal del delito es «desestabilizar al Estado».
El «Nuevo Ecuador», dijo el joven presidente, será «firme contra el crimen, justo con su gente, visible con sus obras». Noboa dijo que se propone en los próximos cuatro años reforzar la inversión pública para resolver los graves problemas sociales.
El primer Gobierno de Noboa estuvo marcado por las desavenencias con su vicepresidenta, Verónica Abad, a quien quiso cesar con artimañas legales. «Qué alivio tener una patriota a mi lado», dijo, en cambio, sobre su actual vice, María José Pinto.
Según el analista político, Juan Rivadeneira, Noboa marcó una hoja de ruta definida. «La infraestructura pública, el empleo joven y el sector privado serán las fuerzas del desarrollo económico. Incluso llegó a hablar de ciertas obras particulares, ciertas carreteras, ciertos puertos y creo que eso es importante», dijo al diario ´El Universo`, de Guayaquil.
El gran proyecto de Noboa es, sin embargo, una reforma constitucional de amplio alcance que genere condiciones para la inversión en sectores estratégicos, permita modificar, entre otros aspectos medulares, los términos de las relaciones laborales y autorizar el retorno de las bases militares de Estados Unidos. Noboa se presenta como un interlocutor privilegiado de Donald Trump. La Carta Magna vigente exige que los constituyentes sean elegidos por votación popular. El Gobierno quiere evitar unos comicios que podrían ser desfavorables y prefiere que esa tarea la lleve a cabo un grupo de notables.
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