Viajar o ir de hotel estas vacaciones será cerca de un 17% más caro que en 2024
A las puertas de las vacaciones de verano, los precios de los paquetes turísticos, de los vuelos nacionales e internacionales y de los hoteles y hostales están este 2025 más caros que nunca. En algunos casos, cuestan cerca de un 17% más que el año pasado. Y eso que, en líneas generales, la inflación lleva unos meses bastante moderada en España, hasta situarse en el 2,2% el pasado abril, gracias, en buena parte, a que los alimentos, los carburantes, la luz y el gas han contenido sus costes respecto a un año atrás.
Así las cosas, ¿qué ha pasado con los precios turísticos? ¿Cómo se explica que siendo la alimentación y los transportes más baratos se hayan encarecido tanto? La clave, apuntan los expertos, responde a una fórmula tan antigua como la ley de la oferta y la demanda: como esta última está disparada, los precios no han tardado en repercutirlo. Es, además, una tendencia que responde a una dinámica propia y muy particular, una inflación oculta que evoluciona en sentido contrario a la general.
Según los últimos datos del Índice de Precios al Consumo (IPC), los correspondientes al mes de abril, publicados el pasado 14 de mayo por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el incremento del 13,7% que registraron los precios de los paquetes turísticos nacionales (esto incluye viajes y excursiones organizadas, con transporte, alojamiento y guía incluidos) es el mayor registrado desde agosto pasado, en pleno apogeo vacacional. La subida de abril se produjo por la coincidencia con la Semana Santa, pero choca, justamente con la bajada que experimentaron ese mismo mes, por ejemplo, los carburantes, que se abarataron un 3,9%, o la electricidad, que descendió un 2,3%.
Así, desde las vacaciones de Pascua de 2024 (el año pasado las fueron en marzo), los billetes para vuelos nacionales y para vuelos internacionales se han encarecido un 16,5% y un 16,4% respectivamente. Las reservas en hoteles u hostales salen ahora un 13,5% más caras respecto a hace un año, mientras que los paquetes turísticos internacionales cuestan un 14,9% más.
El sector, que no deja de ver con preocupación estas subidas de precio porque pueden desincentivar a posibles clientes, atribuye el aumento a factores como la proximidad que hay este año entre Semana Santa y el inicio del verano, lo que va a hacer que la temporada alta sea algo más corta. La parte positiva, destacan, es que una subida generalizada de los precios turísticos juega a favor de los destinos domésticos. Además, para protegerse ante nuevas subidas de precio, los ciudadanos están optando, cada vez más por reservar con antelación, lo que facilita una mejor planificación para los hosteleros.
Seguiremos viajando
«El 72% de los españoles prevé mantener el presupuesto para viajar este verano y esto son datos muy positivos para el turismo en España», explicaba esta semana Eduardo Prieto, director general de Visa España, que anualmente elabora una encuesta sobre las previsiones vacacionales de sus usuarios. Según este estudio, recogido por la Cadena Ser, el presupuesto de los que viajan por España asciende a 900 euros de media, mientras que el gasto de los que han decidido visitar algún país europeo se eleva a 1.475 euros de media. Para viajes extracontinentales, el gasto suma los 2.500 euros.
Eso significa que el presupuesto ha aumentado un 40% desde 2021, según revela el Barómetro de Vacaciones que ha realizado la empresa de estudios de mercado Ipsos para la aseguradora Europ Assitance. Entre quienes viajarán este verano, dos de cada tres españoles lo harán dentro del propio país. Los destinos más populares serán la playa (57%) y, en segundo lugar, las ciudades (42%). Esta última opción es más valorada por los españoles que por la media europea (28%), donde la playa también lidera las preferencias, seguida por las ciudades, el campo y la montaña.
La preferencia por el turismo nacional, constata el informe, solo se repite en países del sur como Francia, Italia o Portugal, donde más allá de los precios, las similitudes culturales y climáticas también juegan a favor del entorno doméstico.
Suscríbete para continuar leyendo
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí