El Supremo argentino confirma la condena a seis años de prisión de Cristina Kirchner y debe ser encarcelada
El Tribunal Supremo de Argentina ratificó la condena a seis años de prisión y la prohibición para ejercer de por vida cargos electivos de Cristina Fernández de Kirchner. La expresidenta entre 2007 y 2015 y exvicepresidenta (2019-2023) había sido sentenciada en dos instancias judiciales en el marco de una causa relacionada con hechos de corrupción en la obra pública durante su Gobierno. Fernández de Kirchner y buena parte del peronismo, el principal partido de oposición en la actualidad, han denunciado un acto de persecución política. La justicia, sostienen, emitió un dictamen sin pruebas. El kirchnerismo asegura que su líder enfrenta una encerrona que llevó a la cárcel a Luiz Inacio Lula da Silva en Brasil. Por ser mayor de 70 años se espera que Fernández de Kirchner cumpla en su domicilio la pena impuesta.
Los tres ministros del Supremo, Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti votaron en la misma y previsible dirección. Los medios de prensa daban por hecho la sentencia que reabre una profunda grieta en la sociedad argentina. Un sector festeja y otro ve la reedición de un historial de persecuciones al peronismo que tiene en 1955 y 1976 dos de sus capítulos más luctuosos.
«Soy una fusilada que vive», dijo la expresidenta y relacionó la situación judicial con el intento de magnicidio del 1 de setiembre de 2022. Fernández de Kirchner se anticipó a los hechos en la misma noche del lunes. «Algunos creen que pueden derrotarnos o humillarnos con esto. Mientras caminen por la calle libres de polvo y paja los que endeudaron dos veces al país con el FMI (Fondo Monetario Internacional), los (negociados) de las carreteras y el Correo sigan en libertad, créanme que estar presa es un certificado de dignidad«.
La expresidenta dijo que «el partido judicial» decide dar a conocer el dictamen justo pocos días después de que comunicara su decisión de presentarse como candidata a diputada provincial en las elecciones del 7 de setiembre. «Bastó para que lo anunciáramos para que se desataran los demonios. Porque este modelo (económico) tiene fecha de vencimiento». En virtud del pronunciamiento judicial, Fernández de Kirchner no podrá competir en la contienda.
El Supremo, añadió ella, «es la guardia pretoriana del poder económico» que «tienen miedo y descreen de que puedan organizar algo enfrente nuestro». Predijo que el Gobierno del ultraderechista Javier Milei «va a fracasar porque históricamente siempre fracasan estos proyectos, y cuando fracasen quieren que no haya nada organizado que lo sustituya que ponga en riesgo las ingentes ganancias».
Impacto en el país
El presidente Javier Milei celebró la novedad. «La República funciona», dijo el anarco capitalista, quien acaba de ser absuelto de toda responsabilidad en la estafa con activos digitales conocida como «criptogate» por la Oficina Anticorrupción.
La jugada del Supremo le ha dado una causa unificadora al peronismo, que desde la asunción de Milei se encontraba a la deriva e inmerso en sus querellas internas. La condena provocó caos en el tránsito y cortes de los principales accesos a la capital. La Confederación General del Trabajo (CGT), la principal central obrera, discute la posibilidad de llamar a una huelga general. «La democracia está en peligro». El dirigente social Juan Grabois, amigo del extinto papa Francisco, aseguró que se ha puesto en marcha «la ruptura definitiva del orden constitucional». La detención de Fernández de Kirchner es un «estado de sitio encubierto».
Punto de inflexión
La condena supone para los analistas un punto de corte en la historia argentina desde que a fines de 1983 recuperó sus instituciones democráticas. El episodio divide con intensidad las opiniones. Una encuesta de la consultora Casa Tres da cuenta de que el 97% de los que respaldan a la ultraderecha considera que Fernández de Kirchner es culpable. En una proporción similar, los que reconocen el liderazgo de la expresidenta la consideran inocente.
«¿Es gratis que la Justicia saque a un candidato de la competencia por razones penales bien fundadas? Esto pasó y está pasando en Brasil. Pasó con Lula, motivo por el cual tuvo que revisarse toda la causa producto de manipulaciones por parte del juez (Sergio) Moro, que es el que lo condenó. Hay que recordar para este caso particular que el mismo Moro termina siendo, en una torpeza inimaginable, designado Ministro de Justicia de (Jair) Bolsonaro, quien se había beneficiado de que Lula no estuviera en la competencia. Después se descubrió que había manipulado la causa, y los jueces de la Corte que lo habían condenado a Lula tuvieron que pedirle perdón», recordó Carlos Pagni, columnista del diario ´La Nación`, y un analista frecuentemente crítico de Fernández de Kirchner. «Cristina le está dando, como era de esperar y como viene sucediendo con toda la judicialización de su actuación pública, una épica a la condena. Está dando una explicación comprensible para que haya una justificación de su conducta por parte de aquellos que la siguen. No es un mensaje dirigido a quienes la quieren ver condenada, que consideran que sus argumentos son delirantes. No, le está hablando a quienes creen que hay una proscripción y militan en su causa».
Pero el actual acontecimiento tiene para Pagni otras dimensiones. «Una es la señal que da la Corte no solo hacia el peronismo, sino a toda la política. Es muy probable que se esté decidiendo la prisión de alguien con un poder enorme, que fue presidenta de la Nación, vicepresidenta, senadora durante muchísimos años, presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado. Entonces, es un mensaje para cualquier persona con poder. Y también es un mensaje para Milei: cuidado, que acá no hay presidente que se salve».
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