El economista Mario Draghi, el hombre que salvó el euro en 2012 cuando estaba al frente del Banco Central Europeo, premio “Princesa de Asturias” de Cooperación Internacional de 2025
Mario Draghi, “Super Mario”, el economista que salvó el euro en la terrible crisis de 2012 con solo tres palabras (“whatever it takes”/ “lo que haga falta”) cuando estaba al frente del Banco Central Europeo (BCE), exprimer ministro italiano, el sobrio y discreto demócrata cristiano querido por las élites financieras y respetado por sus rivales de la izquierda, acaba de ser nombrado premio “Princesa de Asturias” de Cooperación Internacional de 2025.
Así lo acaba de informar hoy al mediodía el jurado presidido por el exministro Gustavo Suárez-Pertierra, haciendo referencia al fortísimo compromiso europeísta de este italiano formado con los jesuítas del que el Nobel de Economía Paul Krugman afirmó en 2019 que era, “posiblemente el mejor presidente del BCE de los tiempos modernos”. De hecho, esa vinculación con el proyecto de la UE mantiene todavía a Draghi muy activo, como se pudo ver hace solo diez meses con la presentación de su “informe”, en el que define los tres grandes retos del proyecto europeo para los próximos años: mejorar en productividad e innovación tecnológica para romper la brecha con EE UU y China, avanzar en la descarbonización con un aumento de la productividad y avanzar en la autonomía en Defensa y Seguridad.
Mario Draghi (Roma, 77 años) es hijo de un banquero del Véneto y de una farmacéutica. Se quedó huérfano con 15 años y, afirman sus biógrafos, ese hecho imprimió en él un temprano sentido de la responsabilidad. A pesar de sus profundas convicciones europeas, el hombre que después salvaría el euro se doctoró con un trabajo que tiraba por el suelo las tesis del plan Werner de 1970 de una moneda única. Formado después en el MIT, (“el americano” es otro de sus apodos), su entrada en el Tesoro Italiano, como director general (1991-2001) tras su paso por la universidad y el Banco Mundial, le convirtió en el hombre que inauguró las privatizaciones de las grandes empresas públicas italianas: Autostrade, ENI, Enel, Telecom Italia, BNL…. Vicepresidente y director general de Goldman Sachs en Londres, tras su regreso a Italia como gobernador del banco nacional dirigió el Banco Central Europeo entre 2011 y 2019. Fue esta etapa, quizá, una de las más importantes de su carrera y con la que forjó su leyenda. En plena crisis de 2012, con Grecia a punto de caer y Europa contra las cuerdas, su famoso discurso “whatever it takes” pasó a la historia como el inicio del final de la crisis. “El Banco Central Europeo está preparado para hacer todo aquello que haga falta para preservar el euro. Y, créanme, será suficiente”. Ese fue su mensaje, serio, rotundo, y con ese aviso para que los especuladores dejaran de jugar a tumbar los gobiernos de la UE, el euro, dice la historia, sobrevivió a su peor crisis. “Me siento como alguien que intentó cumplir con el mandato de la mejor manera posible. Es parte de nuestro legado: nunca nos tenemos que rendir”, declaró tras abandonar su puesto en el BCE.
A pesar de su capacidad de trabajo, Draghi no ha podido cumplir todos sus propósitos. Si superó la prueba del euro y sacó a la UE de la peor crisis de su historia, no pudo repetir la historia en su propio país. El presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, le encargó en 2021 la formación de un gobierno. Draghi lideró como pudo aquella frágil coalición pero acabó renunciando al cabo de un año. A pesar de todo, tras su retirada como primer ministro italiano, su nombre se mantiene con fuerza como uno de los candidatos a sustituir a Mattarella en la presidencia cuando éste finalice su mandato.
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