China abre sus puertas al turismo y amplía a 75 la lista de países exentos de visado
Una pareja australiana con el mapa desplegado en la Torre del Tambor, corazón histórico de Pekín, pregunta por el camino más corto hacia el lago Houhai, etapa final de su jornada. Un grupo de jóvenes latinoamericanos descifran con el traductor de sus móviles el menú de un cercano restaurante con la inclemente comida picante sichuanesa. Han regresado al fin los turistas a China tras el paréntesis pandémico y su resaca.
De cerrar las puertas y lanzar la llave al mar a abrirlas de par en par. A principios de 2023 dio China la bienvenida al turismo extranjero y en diciembre eximió a los ciudadanos de seis países del visado para entrar y permanecer hasta 30 días. Esta semana, tras los últimos añadidos, el listado alcanza ya 75 países. Estados Unidos, por comparación, permite la entrada sin visado para turismo o negocios a los ciudadanos de 42 países, según el programa Visa Waiver.
Visitantes en la ciudad prohibida de Beijing. / JESSICA LEE / EFE
La política china cubre buena parte de Europa, Asia, Latinoamérica y Oriente Próximo. Sorprenden las ausencias africanas a pesar de los emocionantes comunicados conjuntos de las frecuentes cumbres. La medida estará vigente durante un año, a la espera de los resultados, pero nada apunta a su cancelación. El turismo engorda las arcas cuando el consumo interno flojea y abrillanta la imagen nacional. También ha relajado China el tránsito en estancias cortas: los viajeros de 55 países pueden entrar sin visado si salen en 10 días hacia un país diferente del que llegaron. La medida beneficia a una decena de naciones no incluidas en la anterior política como el Reino Unido, Rusia o Estados Unidos.
Cerca de las mejores cifras
Las cifras corroboran el estímulo. En 2023, primer ejercicio postpandémico, llegaron 13,8 millones turistas, apenas un tercio de los 31,9 millones de 2019, el último prepandémico. Más de 20 millones turistas sin visado contó el pasado año la Administración Nacional de Inmigración y este año el sector apunta a que pronto recuperará la lozanía que disfrutaba antes de que llegaran rumores de una extraña neumonía en Wuhan. Shanghái, el pulmón financiero, registró 2,6 millones de visitas extranjeras en el primer semestre en comparación con el del pasado año, lo que supone un repunte del 44,8%. Un millón y medio llegaron sin visado, una cifra que triplica la del 2024.
La agencia turística Trip.com, una de las principales del sector, señala que las reservas de vuelos y hoteles se doblaron en el primer trimestre con respecto al mismo periodo del pasado año y que el 75% llega de países eximidos del visado. «El turismo del exterior ha recuperado ya el 70% u 80% de los niveles antes del covid. Podría recuperarse del todo este año. Persisten algunos cuellos de botella, pero si son resueltos, China podría alcanzar la cúspide del turismo mundial en 10 o 20 años«, ha afirmado James Liang, su director, al medio local ‘The Paper’.
Un grupo de turistas realiza una actividad en la isla de Shenyu, en Hainan. / DAN SANDOVAL / AP
La política de cero covid fue una dolorosa excepción a más de cuatro décadas de apertura china al mundo. El renovado flujo de turistas subsana la anomalía. Siempre los atrajo China por un cóctel imbatible con una historia milenaria que convive en armonía con la tecnología más epatante, algunas de las construcciones humanas y paisajes más deslumbrantes del mundo, una gastronomía inabarcable y la plena seguridad ciudadana que permite despreocupados paseos nocturnos.
Libre comercio
Los réditos económicos son evidentes por más que el turismo exterior sea una fracción minúscula del interior en un país con 1.400 millones de habitantes. Es también una cuestión reputacional cuando está en juego la primacía global. China defiende el libre comercio e invita a todos los ciudadanos del mundo mientras Estados Unidos levanta muros arancelarios, expulsa inmigrantes sin tiento y limitas los visados a extranjeros en sus universidades. Desde Tiktok y YouTube ensalzan los viajeros, muchos de ellos exitosos influencers, una China amable, excitante y opuesta a sus imágenes preconcebidas. Algunas encuestas certifican que cambia la marea. El Índice de Percepción Democrática, un estudio anual de un instituto alemán, señalaba que la imagen de China ya era más positiva que la de Estados Unidos en 76 de los 96 países consultados.
El Ministerio de Exteriores chino avanzó el mes pasado que el listado de exentos de visado seguirá creciendo. «Daremos la bienvenida a más amigos extranjeros para que disfruten de excelentes experiencias en sus compras, escenarios diversos de consumo y otros servicios. China está comprometida a ampliar su apertura y cooperación para una prosperidad compartida con el resto del mundo», dijo su portavoz.
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