ELECCIONES BOLIVIA | Jorge ‘Tuto’ Quiroga, el expresidente que vuelve a pelear por su retorno al poder
«Hoy Bolivia ha dicho: no más división, no más polarización», dijo Jorge ‘Tuto’ Quiroga al conocer los resultados que lo llevaron a la segunda vuelta del 19 de octubre. Formado como ingeniero industrial en Texas, con un pasado en IBM, la industria minera y las finanzas, pero, sobre todo, enarbolando la condición de haber sido el presidente más joven de la historia contemporánea de ese país andino, el candidato de la derecha cree tener una oportunidad inmejorable para volver a habitar el Palacio Quemado.
No deja de ser una doble curiosidad el hecho de que Tuto se inició en la política durante los años 90 como asesor en el Ministerio de Exteriores del Gobierno de Jaime Paz Zamora, el padre de su rival el 19 de octubre. En 2014 peleó por la presidencia ante Evo Morales en representación del Partido Demócrata Cristiano que ahora tiene como candidato a Rodrigo Paz Pereira.
La verdadera carrera política de Tuto, como lo llaman incluso sus adversarios, entre ellos Evo Morales, comenzó como ministro del general Hugo Bánzer, quien en 1997 había llegado a la presidencia por la fuerza de los votos y no ya de las armas como había ocurrido en 1971, cuando encabezó un golpe de Estado. Heredó el cargo del exdictador antes de su deceso y completó su mandato. Tenía 37 años al momento de asumir esas responsabilidades, en 2001.
La historia de Morales está asociada a una de las medidas tomada bajo su breve interinato presidencial. El líder cocalero había sido electo diputado en 1997 y se enfrentó al Gobierno de Quiroga en el Chapare, la región central del país. Morales atribuyó al mandatario la protección que tuvieron los uniformados responsables del deceso de 18 campesinos en medio de una protesta. «¿Dónde está la justicia para castigar a los responsables de estas y otras anteriores muertes?», se quejó. Evo ganó un curul en el Congreso, pero fue expulsado por la denuncia presentada por familiares de un militar y un policía secuestrados por cocaleros. Aquella marginación le dio a Evo estatura nacional. En 2005, Morales se convirtió en presidente al derrotar a Quiroga, quien obtuvo el 29% de las adhesiones. Volvió a vencerlo en 2014. Tuto no ha sido ajeno a los hechos que en noviembre de 2019 derivaron en la caída de Morales tras unas controvertidas elecciones con las que buscaba extender su mandato. Se le atribuyen una sigilosa participación en la conjura y a la vez la gestión que le permitió al presidente derrocado abandonar el país con rumbo a México.
Sintonía con Aznar y Rajoy
Quiroga expresa los valores de la derecha tradicional boliviana que cree tener en esta coyuntura una oportunidad inmejorable de recuperar el control de un poder que le fue esquivo por dos décadas de Movimiento al Socialismo (MAS). Al igual que otros conservadores latinoamericanos como el chileno Sebastián Piñera y el colombiano Andrés Pastrana, ha tenido una sintonía especial con José María Aznar y Mariano Rajoy. Junto con ellos ha estampado su firma en numerosos pronunciamientos sobre la realidad regional.
En el marco de su campaña electoral se ha presentado como garante de una tradición que excede a ese país andino así como la llave que abrirá nuevos préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI) que, dijo, permitirán sacar a Bolivia de la crisis. Promueve desde siempre la reducción del peso estatal. En su primer discurso tras la contienda aseguró que solo el sector privado puede acelerar el paso de la Bolivia analógica a la digital. Quiere ser también el nombre de la reconciliación. «Hemos sufrido demasiadas divisiones, demasiados muros invisibles, nos han querido separar por toda clase de elementos, por acento, por vestimenta, por historia, por geografía».
Su gran desafío de cara al segundo turno será captar los votos de Samuel Doria Medina, quien tras quedar tercero anunció su apoyo a Paz Pereira. Su relación con Quiroga se deterioró tras semanas de una «guerra sucia» entre los candidatos que buscaban capturar los votos de los desencantados con el Gobierno, así como los históricos opositores a la izquierda. Los analistas dicen que Tuto lo tiene otra vez difícil.
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