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China declara la guerra a Nvidia y rechaza sus chips

China declara la guerra a Nvidia y rechaza sus chips
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  • Publishedagosto 24, 2025




Los semiconductores, el núcleo de la revolución digital, son el foco de un Feroz Geopolitics Entre los colossi económicos.

Ahora, Beijing ha intensificado su estrategia para Reducir su dependencia de la tecnología estadounidenseInstar a sus empresas a evitar los procesadores NVIDIA H20, especialmente en proyectos de seguridad gubernamental o nacional.

Esta directriz, aunque no es equivalente a un veto total, plantea un desafío significativo para NVIDIA y Micro Devices (AMD) avanzados, que recientemente obtuvieron el permiso de Washington para reanudar las ventas de chips de baja enve en China, en condiciones que han desatado controversias.

El fondo de esta maniobra es complejo.

La administración Trump, en un giro inesperado, aumentó una restricción previa que impidió que NVIDIA vendiera sus chips H20 en China, una decisión que buscaba recuperar miles de millones de dólares en ingresos perdidos después de años de tensiones comerciales.

Sin embargo, el gigante asiático no parece dispuesto a facilitar esta apertura. En las últimas semanas, las autoridades chinas han enviado cartas a empresas locales, tanto estatales como privadas, Asesorando al uso de estas joyas tecnológicas en aplicaciones sensibles. Las notificaciones no solo cuestionan la confiabilidad de H20, sino que también interrogan a las empresas sobre su preferencia por estas fisuras contra alternativas nacionales, como las desarrolladas por Huawei o SMIC.

El H20, diseñado específicamente para cumplir con las restricciones de exportación de EE. UU., Es menos potente que la insignia de Nvidia, pero su ancho de banda de memoria lo hace adecuado para tareas de inferencia en IA, un proceso crítico para gigantes tecnológicos como Alibaba o Tencent. A pesar de las limitaciones de los fabricantes chinos para satisfacer la creciente demanda de IA, Beijing está decidido a impulsar su industria.

En septiembre pasado, Bloomberg reveló que el régimen de Xi Jinping había establecido estándares de eficiencia energética que el H20 no cumple, una medida vista como un intento de favorecer a los productores locales.

La postura de Beijing no es nueva. En el pasado, restringió el uso de productos extranjeros, desde vehículos Tesla hasta chips de tecnología Micron, reclamando preocupaciones de seguridad.

En el caso de H20, las autoridades han planteado dudas sobre posibles vulnerabilidades, como el seguimiento remoto o las capacidades de desactivación, acusaciones que Nvidia ha negado categóricamente. Jensen Huang, CEO de la Compañía California, ha insistido en que el H20 no está diseñado para aplicaciones militares o gubernamentales, subrayando que China tiene un suministro suficiente de chips locales para esas necesidades.

Desde Washington, la decisión de permitir la ventas de chips ha generado tensiones internas. Trump, en una conferencia reciente, describió a H20 como «obsoleto», pero reconoció su apelación en el mercado chino.

A cambio de autorizar las exportaciones, su administración impuso una condición controvertida: las empresas deben otorgar en el 15% de los ingresos generados en China al gobierno de los Estados Unidos.

Esta medida, que algunos analistas consideran de la legalidad dudosa, refleja el enfoque transaccional de Trump para la política de seguridad nacional.

La tira y la afloja entre ambos poderes continúan. China busca consolidar su autonomía tecnológica, mientras que Estados Unidos trata de mantener su liderazgo sin sacrificar oportunidades. Para Nvidia y AMD, el desafío es adaptarse a un entorno donde las decisiones están intrínsecamente vinculadas a las ambiciones de dos superpotencias. La respuesta solo tendrá el futuro inmediato.



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