Aunque su entrega a la Armada surcoreana no está prevista hasta finales de 2027, Corea del Sur ya ha puesto en el agua el arma con la que pretende redefinir el equilibrio naval en Asia. Se trata del Jang Yeong Sil (SS-087), un nuevo submarino de ataque de 3.600 toneladas que, una vez superado su periodo de pruebas, se convertirá en una pieza clave de la estrategia militar de Seúl en una de las regiones más tensas del planeta.

De hecho, esta medida de Seúl responde directamente a la necesidad de contrarrestar la influencia militar china en el Indo-Pacífico. La botadura del sumergible no es una simple modernización de la flota, sino una declaración de intenciones encaminada a consolidar su soberanía marítima y proyectar una capacidad de disuasión creíble frente a la expansión de Pekín. Esta estrategia se vuelve aún más crucial dado el crecimiento continuo de la flota china, que incluye el desarrollo de nuevos portaaviones diseñados para consolidar su dominio marítimo.

Por si fuera poco, el proyecto supone un hito para la industria militar del país asiático, tal y como se publica en Interesting Engineering. Él Jang Yeong Sil ha sido desarrollado con tecnología propia en su conjunto, un logro que subraya la ambición de Corea del Sur de lograr una mayor autonomía estratégica y posicionarse como un actor relevante en el competitivo mercado de defensa de alta tecnología. Este esfuerzo por la soberanía tecnológica es una respuesta directa a la carrera armamentista en la región, donde potencias como China ya están desarrollando poderosas armas láser con capacidades antisatélite.

Un arsenal flotante diseñado para el sigilo.

Bajo esta premisa, los astilleros Hanwha Ocean han construido una formidable plataforma de combate. Él Jang Yeong Sil es el barco principal de su claseEl Changbogo-III Batch-II, y con sus casi 89 metros de eslora, está diseñado para operar con un altísimo nivel de discreción gracias a su sistema de propulsión diésel-eléctrico.

Asimismo, sus capacidades ofensivas le otorgan una considerable proyección de fuerza. El submarino no sólo está equipado con sensores de última generación y una «invisibilidad» acústica mejorada, sino que su principal ventaja es su Misiles de crucero con capacidad de ataque terrestre.. Este armamento le permite amenazar objetivos a cientos de kilómetros de distancia, ampliando drásticamente su radio de acción. Esta capacidad es esencial para la disuasión en la península, especialmente ante las constantes provocaciones del régimen de Kim Jong-un y la presentación de nuevos misiles balísticos cada vez más sofisticados.

Sin embargo, el camino hasta su entrada en servicio aún es largo. La botadura es sólo el primer paso, ya que ahora el buque debe someterse a un período de prueba riguroso en el mar. Durante los próximos años, todos sus sistemas serán verificados operativamente para certificar que cumplen con las exigentes especificaciones de diseño antes de su entrega formal a la Marina.