Privatizar hospitales públicos, el negocio que el PP lleva en su ADN y que sigue causando problemas en toda España
este domingo Sevilla Volvió a temblar de indignación. Miles de personas Llenaron las calles para protestar contra el escándalo de las mamografías Casos dudosos que han afectado a más de 2.000 mujeres. Muchos todavía no tienen respuestas claras sobre lo que salió mal.y la frustración se mezcla con la ira.
De acuerdo a ‘El País’Los técnicos recibieron órdenes de no informar a los pacientes: Un nuevo sistema informático tenía que encargarse de todo. Confiaron en que funcionaría… y fracasó. Mientras tanto, se desactivaron las comisiones de seguimiento con expertos que podrían haber dado la alarma.
Ángela Claverol, presidenta de AMAMA, asociación de mujeres afectadas, resumió el sentir general: «Nos han llamado de todo, que somos alarmistas, que difundimos mentiras. A él no le importamos una mierda«Y tiene razón. Este episodio no es un fracaso aislado: es otra consecuencia de un modelo que es en el ADN del Partido Popular desde hace décadas: la privatización de la salud pública.
Desde los tiempos de José María Aznarla entrada de la gestión privada a los hospitales públicos ha sido una constante. La Ley 15/97 abrió la puerta a la empresa privada, con la única oposición de Izquierda Unida y el BNG. Dos años después nació Modelo Alciraque se expandió rápidamente por toda España. El hospital de La Ribera, pionero en esta fórmula, acabó siendo rescatado por la administración tras generar unas pérdidas de más de 69 millones de euros.
Durante años, comunidades como Madrid y Cataluña han visto cómo los asuntos públicos se convertían en negocios. Esperanza Aguirre Inauguró día tras día hospitales «públicos» gestionados por empresas privadas. Hoy, bajo Isabel Díaz Ayusohasta 12 hospitales públicos madrileños funcionan en manos privadasque se benefician de servicios que deberían ser de todos. Extremadura, La Rioja, Baleares, Canarias… todas muestran un aumento de la participación privada en sus sistemas sanitarios.
Los datos más recientes confirman la expansión del modelo. El Comunidad de Madrid ha estado al mando durante más de una década, acompañado por Cataluña, Baleares y Canarias. Andalucía registra este año un crecimiento sin precedentes: desde 2019, la derivación de servicios al sector privado ha aumentado un 32%, seguida de cerca por la Comunidad Valenciana.
En Andalucía, la Junta de Juanma Moreno no oculta su estrategia: reducir las listas de espera pasando por la privatización. Hace apenas dos meses se abrió un contrato por valor de 533 millones de euros con 38 empresas y 50 clínicas privadas para realizar intervenciones a partir de septiembre.
Este escándalo de las mamografías Es sólo la punta del iceberg. La privatización no es un accidente del sistema: es una política deliberada que ha crecido durante casi 30 años. Mientras tanto, los pacientes pagan el precio: falta de información, sistemas que fallan, comisiones desactivadas y hospitales lograron generar ganancias, no garantizar la salud de los ciudadanos.
Como resume Claverol, lo que ocurre en Sevilla no es un fracaso menor: «Nos importa un carajo». Y esa frase resume décadas de privatización: el público debilitado; ciudadanos desprotegidos; y los beneficios, siempre para unos pocos.
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