buscan en una balsa en Ribadesella los cadáveres de una asturiana y su bebé
El juzgado de instrucción número 4 de Gijón ha ordenado reabrir la investigación de un caso que conmocionó a Asturias a finales de los años 80 del pasado siglo: el de la desaparición de una mujer de Villaviciosa, Trinidad Suardíaz, y de su hija Beatriz, de 13 meses, a las que se había perdido la pista en 1987 en una pequeña localidad de la provincia de León, Matadeón de los Oteros.
[–>[–>[–>Según publica el «Diario de León», la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la Policía Nacional busca los cadáveres de Trinidad y su hija en la balsa de una mina de espatofluor de la localidad de Berbes, en Ribadesella, donde supuestamente el marido y padre de las desaparecidas habría arrojado dos vehículos. Al parecer, muy cerca de esa mina, que permanece cerrada desde los años sesenta, habría una vivienda propiedad del marido, apodado «El Portugués», el último domicilio familiar conocido de la pareja y su hija antes de la desaparición.
[–> [–>[–>Según el relato del diario leonés, los agentes desplazados a Berbes habrían confirmado la existencia de ambos vehículos, dentro de la charca y sobre un lecho de lodos. El portugués las arrojó desde una altura de unos 40 metros que tiene el barranco. Dos boyas amarillas señalarían la ubicación de los coches, «a expensas de que se decida extraerlos con una grúa para comprobar si hay restos humanos dentro». En su día, en una vivienda de la localidad riosellana se encontraron maletas con ropa y una carta en la que Trinidad pedía a su esposo que no volviera «a molestarnos más» y le pedía que acudiera a un especialista porque «no estás bien».
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«Lo que tengamos que arreglar lo arreglamos en el juzgado», añadía la carta. La mujer, que por entonces contaba con 24 años de edad, nunca llegó a presentarse a la vista programada en la Audiencia de León el 15 de julio de 1987 por una denuncia de maltrato.
[–>[–>[–>Agentes de la Policía Nacional ya buscaron en una vivienda de Berbes (Ribadesella) en enero de 2018 los cuerpos de la maliayesa y su hija Beatriz, ambas desaparecidas hace casi cuatro décadas. Los agentes llegaron a abrir una losa de hormigón ante la posibilidad de poder encontrar allí los cadáveres de las dos mujeres. En marzo de 2016 el cadáver ya se había buscado en una finca de la localidad leonesa de Matadeón de los Oteros, en la que había residido durante un tiempo la mujer, aunque sin éxito, tal como publicó LA NUEVA ESPAÑA en esa época.
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Era sabido que en Matadeón Da Silva fue detenido por supuesto maltrato a su mujer, y que ella intentó huir, sin lograr su objetivo. En León era conocida como Teresa, y tras su desaparición se especuló con que pudo regresar a Asturias con sus padrinos, José María Sainz y Trinidad Vecino.
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[–>Cuando se encontraba embarazada de su hija Beatriz pasó unos meses en la casa familiar de Bárzana. Dio a luz en la casa cuna de La Gota de Leche, en Gijón, en junio de 1986, y estuvo unos meses acogida por las Madres Adoratrices, según publicó este periódico,. En septiembre de ese mismo año bautizaron a la niña y un par de días después falleció su madre. Al poco tiempo abandonó a las religiosas para regresar con su marido. De nada sirvió que sus familiares le insistieran que no volviera con él. Según el «Diario de León», Da Silva, en la actualidad septuagenario, está acogido en una residencia de tercera edad en la provincia leonesa.
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El caso se archivó en febrero de 2017, aunque los agentes de la Policía Nacional no llegaron a abandonar la búsqueda, recuperada ahora por decisión judicial para tratar de resolver un caso pendiente que puede finiquitarse si los dos cadáveres aparecen dentro de esos vehículos, bajo los lodos de una balsa minera en el concejo de Ribadesella.
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