VISITA TRUMP JAPÓNI | EEUU y Japón anuncian el inicio de una «nueva era dorada» en sus relaciones y firman un acuerdo sobre tierras raras
Estados Unidos y Japón han inaugurado este martes con solemnidad una «nueva era dorada» de sus relaciones que se parece mucho a la que han mantenido desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Sanae Takaichi, la nueva primera ministra japonesa, ha masajeado sin mesura el ego de Donald Trump, con muchas lisonjas y ningún reproche a los aranceles que castigan la industria automovilística nacional. No ha dado la cita más que para el inevitable pacto sobre tierras raras, la confirmación de acuerdos comerciales antiguos y otro episodio de sumisión japonesa con su benefactor estadounidense.
[–>[–>[–>Takaichi quiere empujar «la mayor alianza del mundo» a «alturas incluso mayores», ha dicho antes de sentarse con Trump en el Palacio de Akasaka, la casa para dignatarios extranjeros y sede hoy de un concurso de ditirambos. Ella ha aplaudido su contribución a la paz entre Camboya y Tailandia y entre Israel y Palestina. «Estoy muy impresionada y muy inspirada por usted, señor presidente», le ha confesado. Japón propondrá para el Nobel de la Paz a Trump, tan obsesionado en ganarlo como en convencer a todos los países de que se armen hasta los dientes. «Serás una gran primera ministra», ha vaticinado Trump. También la ha felicitado por ser la primera mujer en ocupar el cargo. «Un gran logro», ha concedido. Es paradójico que Japón, a la cola de la igualdad de géneros, tenga una presidenta antes que Estados Unidos.
[–> [–>[–>La «nueva edad de oro» está plasmada en un documento de apenas una hoja que sienta lo ya acordado en verano. Es el recorte de los aranceles estadounidenses del 25% al 15% a cambio de inversiones japonesas de 550.000 millones de dólares. No ha rebajado Takaichi ni un yen a una suma que muchos en Japón entendieron como una extorsión. Tokio invertirá en astilleros estadounidenses y aumentará las compras de soja y energía. La guerra en Ucrania ha acelerado el relevo del gas natural licuado ruso por el estadounidense. El mayor comprador nacional, JERA, acordó en junio el suministro de 5,5 millones de toneladas anuales estadounidenses durante dos décadas. Ese es aproximadamente el volumen que hoy recibe del proyecto ruso Sakhalin-2. Japón, de esta forma, recibirá gas más caro desde la lejana Alaska.
[–>[–>[–>
Monopolio chino
[–>[–>[–>
Estados Unidos y Japón han firmado un acuerdo de cooperación en minerales críticos y tierras raras. Ambos son damnificados del monopolio chino. Japón vio sus importaciones reducidas en 2010 tras uno de sus cíclicos roces por las islas Senkaku/Diaoyu y Estados Unidos sufre las estrecheces durante la guerra comercial. Los dos gobiernos colaborarán para identificar proyectos de interés y brindar la financiación necesaria que asegure el suministro.
[–>[–>[–>Takaichi tenía asegurado el afecto de Trump por ser la delfina de Shinzo Abe, el primer ministro asesinado, con el que el presidente estadounidense siempre conectó. Takaichi se inspira en Margaret Thatcher como Trump admira a Ronald Reagan, nostálgicos ambos del viejo orden de Occidente y sus satélites asiáticos, cuando el auge chino era aún lejano. Cuesta encontrar a dos líderes más parejos. Takaichi ha adoptado el lema de «Japón lo primero», desconfía de la inmigración y defiende el militarismo. Ha acelerado el objetivo de destinar el 2% del PIB a Defensa y le seguirá comprando misiles Tomahawk y otro armamento a Estados Unidos.
[–>[–>[–>
Trump y Takaichi han visitado a las tropas estadounidenses en Japón y el primero ha pronosticado que, si hubiera guerra, la ganarían. Esas tropas sintetizan las servidumbres japonesas. Son decenas de miles, casi todas acuarteladas en la isla meridional de Okinawa, por más que la población local haya pedido su salida en manifestaciones por el ruido, la ruina medioambiental o los delitos de los soldados. Los políticos japoneses que han intentado negociar el fin de su presencia han recibido la negativa rotunda de Washington.
[–>[–>
[–>Corea del Norte
[–>[–>[–>
También ha visitado Trump a los familiares de los secuestrados por Corea del Norte. El asunto es una herida abierta en Japón. Una veintena de civiles fueron capturados medio siglo atrás, casi siempre en las playas, sin que Pionyang haya dado una respuesta convincente aún. El probable diálogo de Trump con Kim Jong-un permite una diminuta esperanza. El presidente no ha confirmado los rumores de que podrían verse esta semana en la frontera de la península coreana.
[–>[–>[–>
Los esfuerzos de la anfitriona por satisfacer al invitado han incluido el regalo de un palo de golf de Abe, una bola dorada y una bolsa firmada por Hideki Matsuyama, la leyenda deportiva nacional. También ha servido arroz estadounidense en el almuerzo de honor para subrayar su compromiso con el agro estadounidense. Meses atrás, con el precio del arroz disparado en Japón, Trump lamentó que tampoco con escaseces confiaran en el estadounidense. El arroz es una religión en Japón.
[–>[–>[–>
Suscríbete para seguir leyendo
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí