Día internacional de la psoriasis: características de esta enfermedad autoinmune
EL la psoriasis es una enfermedad autoinmune que provoca inflamación de la piel y que se manifiesta de diferentes formas. Un problema complejo que requiere el apoyo de los profesionales de la dermatología y que tiene un fuerte impacto emocional y social. Una enfermedad en la que cada paciente tiene una historia y para la que no existe un tratamiento específico para cada una de sus variantes. Por estos motivos, es fundamental una valoración personalizada, acompañada de un seguimiento por parte de un dermatólogo y una rutina de cuidados específica.
El estrés, la dieta y otros hábitos pueden desencadenar molestos brotes, asociados con picazón, descamación y aparición de pústulas. Síntomas que afectan la autoestima debido al aspecto de la piel y que hacen que muchas personas la oculten. Conocemos en profundidad esta enfermedad gracias a la dermatóloga Elena Martínez Lorenzo y a la dermatóloga Anna López Ferrer, dermatóloga y coordinadora del Grupo Español de Psoriasis de la AEDV.
Una enfermedad de muchos tipos.
“La psoriasis es una enfermedad inflamatoria de la piel que puede manifestarse de diferentes formas en los pacientes, dando lugar a diferentes formas clínicas”, explica el Dr. López Ferrer. «EL La psoriasis en placas es la más común. o vulgar, que es responsable del 90% de los casos de psoriasis y se reconoce por la aparición de placas rojas cubiertas de escamas blanquecinas en zonas como los codos, las rodillas o incluso la zona lumbar y los glúteos.
Dentro de los tipos de psoriasis encontramos otras variantes menos comunes, pero igualmente importantes, como la gutta, «con pequeñas manchas rojas y escamosas», la invertida que «afecta a los pliegues (axilas, ingles, debajo del pecho) y la zona genital» o pustolosal que presenta «pústulas o ampollas llenas de pus estéril» y que puede «localizarse en la zona palmoplantar o generalizarse». Por otro lado, el dermatólogo menciona una enfermedad eritrodérmica que “puede afectar a casi toda la piel y requiere hospitalización” o una enfermedad ungueal que “produce una alteración en el aspecto de las uñas, que puede ser muy variable” y una enfermedad del cuero cabelludo en la que “aparecen placas en el cuero cabelludo, predominando la descamación sobre otros aspectos clínicos”.
Elena Martínez Lorenzo destaca que “hay tantos tipos de psoriasis como pacientes diferentes”, una afirmación que refleja la realidad y las caras de esta enfermedad. Si nos centramos en su acción sobre la piel, el doctor López Ferrer considera que la enfermedad “es el resultado de una inflamación crónica en la que participan células inmunes y moléculas proinflamatorias que producen una alteración de la renovación celular en la piel”.
El médico añade que “la renovación celular acelerada provoca una acumulación de células en la superficie de la piel, causando engrosamiento, inflamación y descamación«. La inflamación “puede activar las moléculas responsables del picor, que es uno de los síntomas que pueden acompañar a las lesiones cutáneas, y también activar la inflamación en otros órganos distantes como las articulaciones».
Causas de las epidemias.
Aunque la genética juega un papel clave, ciertos factores pueden desencadenar brotes. «Soriasis afecta al 2% de la población en nuestro entorno y se da en individuos que tienen una predisposición genética y que están expuestos a factores desencadenantes que actúan activando el sistema inmunológico”, explica el doctor López Ferrer. Entre ellos “el estrés emocional, las infecciones, especialmente las estreptocócicas de las vías respiratorias superiores, determinados medicamentos, los cambios climáticos y el consumo de alcohol o tabaco”.
El Dr. Martínez Lorenzo comparte esta visión y agrega que “se trata de personas genéticamente predispuestas, que en relación a la exposición a diversos agentes externos, aparecen lesiones, por ejemplo, estrés, alcohol, tomar medicamentoscomo el litio o los betabloqueantes e infecciones como la faringoamigdalitis aguda.
El efecto mental de la psoriasis.
La psoriasis no sólo afecta a la piel. “Las enfermedades de la piel como la psoriasis se caracterizan por ser visibles para los pacientes que las padecen, pero también lo son para quienes les rodean”, explica el Dr. López Ferrer. “El hecho de sentirse observado por otros en situaciones cotidianas como el trabajo, ir al gimnasio o la playa, los pacientes se sienten estigmatizados y esto afecta su autoestima. Además, añade, «el carácter crónico e impredecible de la enfermedad puede generar frustración, ansiedad o depresión, por lo que es fundamental abordar la psoriasis desde una perspectiva holística que incluya el bienestar emocional».
En la misma línea, el Dr. Martínez Lorenzo destaca que “los pacientes con psoriasis tienen una Impacto intenso en su calidad de vida.. El principal problema es que se trata de lesiones que suelen aparecer en la adolescencia y persisten durante toda la vida. Con el paso de los años, “pueden aparecer en zonas visibles como el cuero cabelludo -donde se pueden confundir con caspa- o en la zona genital, generando malestar o dificultades en las relaciones íntimas”. Un impacto acumulativo que, según el especialista, “reduce la calidad de vida de los pacientes y afecta a su día a día”.
Tratamientos y avances en torno a la psoriasis
La psoriasis ha evolucionado y existen diferentes opciones de tratamiento para controlar los brotes que van de la mano de las recomendaciones de los profesionales de la dermatología. “Tratamiento de la psoriasis Se adapta a cada paciente en función de la gravedad, extensión y localización de las lesiones. y respuesta a tratamientos anteriores», explica el doctor López Ferrer. Entre ellos se incluyen «tratamientos tópicos, fototerapia, tratamientos sistémicos clásicos y otros más novedosos como terapias biológicas y de pequeñas moléculas». Estas últimas «actúan bloqueando moléculas específicas de la inflamación (como la IL-17, la IL-23 o el TNF), con resultados muy eficaces y seguros».
En el caso de la doctora Martínez Lorenzo, considera que «la psoriasis es una enfermedad inflamatoria mediada por el sistema inmunológico. Por eso, los principales tratamientos son los corticoides y otros antiinflamatorios para reducir la inflamación. Si estos no son suficientes, «utilizamos fármacos que modulan el sistema inmunológico, por vía oral o inyectados, y cuando no es suficiente, utilizamos fármacos biológicos». Además, destaca que «La base de cualquier tratamiento será tener una piel previamente sana. y una barrera cutánea lo más mantenida posible. Para ello será fundamental el uso diario de cremas hidratantes y emolientes.
Atención domiciliaria, otro pilar
Ambos especialistas coinciden en la importancia de los hábitos diarios. “El cuidado diario de la piel es fundamental para mantener una piel sana y prevenir brotes”, subraya la Dra. Anna López Ferrer. Recomienda “la aplicación diaria de cremas humectantes o emolientes, preferiblemente sin perfume ni alcohol, use jabones suaves y báñese con agua tibia«. También es importante «evitar traumatismos en la piel o quemaduras solares, ya que pueden provocar brotes».
Por su parte, Elena Martínez Lorenzo añade que “es importante hidratarse diariamente con productos que ayuden a mantener la piel hidratada y una barrera cutánea saludable”. En casos más graves, «puede ser necesario utilizar Cremas que crean un efecto de película o barrera. en las grietas para ayudar a reducir el dolor.
evitar mejorar
La prevención también implica saber qué empeora la enfermedad. “En la psoriasis es importante tener en cuenta que existe lo que se llama fenómeno de Koebner”, explica el dermatólogo Martínez Lorenzo. «No es más que Pueden aparecer placas de psoriasis en el lugar de lesiones cutáneas o traumatismos.. Por ello debemos intentar tener la barrera cutánea lo más saludable posible para protegernos de estos factores externos además de evitar traumatismos cutáneos como por ejemplo los tatuajes.
El doctor López Ferrer concluye que «hay determinados hábitos y situaciones que pueden empeorar la psoriasis o promover brotes más allá de los factores desencadenantes habituales». La exposición a hábitos tóxicos como el tabaquismo o el consumo de alcohol se han descrito como factores que empeoran la gravedad de la enfermedad.rascarse o frotarse lesiones, perforaciones o tatuajesexponiéndose al sol sin protección o abandonando el tratamiento.
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