Hace justo un año, el 29 de octubre de 2024, una tormenta de agua y barro destruyó todo a su paso. Una inundación imparable inundó pueblos enteros, destruyó viviendas y negocios y se llevó vidas, sueños e ilusiones que quedaron sepultadas bajo el barro.

La provincia de Valencia fue la más afectada: 229 personas murieron por la DANA más devastadora de la historia reciente de España. También hubo víctimas en Castilla-La Mancha -siete muertos- y uno en Andalucía.

Mientras el agua se hacía incontrolable y los valencianos luchaban por sobrevivir, Carlos Mazón, presidente de la Generalitat, estuvo casi cuatro horas comiendo con Maribel Vilaplana en «El Ventorro»«Un año de mentiras, de indecencia, de actitud miserable por parte del presidente de la Comunidad Valenciana», Antonio García Ferreras recordó en la inauguración de Al Rojo Vivo.

Pese a su ausencia ese día, Mazón aún no asume responsabilidades. «Cada día que permanece en esa posición es un insulto a los valencianos, y sobre todo a las víctimas de esta tragedia: a quienes perdieron a sus hijos, a sus padres, a sus madres, a sus sobrinos, a sus nietos», denunció Ferreras.

Un año después, las heridas siguen abiertas: las físicas, las emocionales, las del alma… aquellas que nunca sanarán. Y, como se lamenta el periodista, «Mazón sigue echando sal en esas heridas.»

Hoy, en el funeral de estado, El presidente estará presente pese a que muchas víctimas le pidieron que no asistieraporque su mera presencia «les causa dolor». Ferreras ha sido tajante: «Su empatía es la de un psicópata político».