Comicios en Países Bajos: Frans Timmermans, el soldado leal del progresismo neerlandés y europeo
Frans Timmermans es, para muchos neerlandeses, sinónimo de experiencia y serenidad en tiempos convulsos. Pero también se le identifica como un político castigado a ejercer de segundo de otro líder. Esta condición, que parece no estorbar al exvicepresidente de la Comisión Europea (CE) y ahora líder del bloque reformista en las elecciones parlamentarias de Países Bajos, podría ayudarle a recuperar para los socialistas el liderazgo de un gobierno en La Haya, por primera vez en más de 20 años. De confirmarse que el puesto de fuerza más votada es para el ultraderechista Geert Wilders, como apuntan los sondeos, y corresponderle al segundo lugar a Timmermans, sería su gran oportunidad de convertirse en el próximo primer ministro.
[–>[–>[–>Nada es fácil de predecir en el volátil panorama neerlandés, un país que ha experimentado con todo tipo de alianzas políticas. Casi nada es del todo descartable en Países Bajos. Ni siquiera que, en contra de lo que se ha sostenido en campaña, el PVV de Wilders quede realmente vetado para una hipotética nueva coalición de imponerse las derechas, pese a haber hecho saltar por los aires el pasado junio la alianza de la que formó parte.
[–> [–>[–>A Timmermans (Maastricht, 1961) le ha surgido en la recta final de la campaña otro rival surgido del propio progresismo: Rob Jetten, el líder de Demócratas 66, de 38 años y al que los sondeos colocan entre los aspirante a ocupar el anhelado segundo puesto en los comicios. Demócratas 66, o D66, fue el partido originario de Timmermans, hasta que en 1990 ingresó en el laborismo neerlandés.
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Timmermans ha demostrado ya en muchas ocasiones su capacidad de adaptación. Fue ministro de Asuntos Exteriores entre 2012 y 2014, en el gobierno de gran coalición con el liberal Mark Rutte como jefe del Ejecutivo. Desde esa posición pasó a eurocomisario para convertirse en la mano derecha de Jean-Claude Juncker en la CE.
[–>[–>[–>En 2019 fue designado candidato del Partido de los Socialistas y Socialdemócratas Europeos (PSE) para la presidencia de la CE. El puesto fue finalmente para la conservadora Ursula von der Leyen. Se quedó, de nuevo, con un premio de consolación, la vicepresidencia. La nueva presidenta le confió la defensa del Pacto Verde, lo que en esos tiempos parecía iba a ser el sello de identidad del mandato de Von der Leyen.
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Voto joven y urbano
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Renunció Timmermans a seguir en Bruselas en 2023 para tomar las riendas de la lista conjunta entre socialistas y verdes, GroenLinks-PvdA. Su propósito era conquistar la jefatura de un gobierno que el progresismo neerlandés no ha ocupado desde tiempos de Wim Kok, en el poder entre 1994 y 2002. Quedó de nuevo segundo en esos comicios, por detrás de Wilders. Tuvo que ver cómo el representante del trumpismo islamófobo lograba «convencer» a los socios centristas que precisaba para hacer del PVV la fuerza dominante del nuevo Gobierno.
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[–>La campaña electoral de Timmermans se ha orientado hacia el voto joven y urbano. Ha planteado soluciones a la crisis de la vivienda que atenaza a jóvenes y a familias de bajos ingresos. Y buscado líneas convincentes para conciliar la necesidad de construir rápido con compromisos medioambientales irrenunciables, tras haber integrado en su bloque a los verdes.
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Timmermans es enemigo declarado del populismo derechista. Desde su puesto de eurocomisario bajo Juncker impulsó sucesivos expedientes contra Hungría y Polonia por sus respectivas derivas autoritarias. El ultranacionalista húngaro Viktor Orbán no se lo ha perdonado. Si hay algo que sí parece descartable en Países Bajos es una cooperación entre Timmermans y Wilders, miembro de los Patriotas para Europa, el grupo de Orbán, la francesa Marine Le Pen y el español Santiago Abascal, entre otros.
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