consejos y rutina fácil de estiramientos





Cuando la fatiga aparece temprano en la mañana, Es común atribuir esto a una mala noche. Pero hay otras causas, en las que quizás no habías pensado, que también pueden explicarlo.
Esto podría deberse a la inercia del sueño. Cuando esto sucede, nos despertamos muy mareados. Esto se debe a varios factores: que el despertar es brusco es uno de ellos, pero también que la hora de levantarnos nos sorprende en la fase de sueño profundo (cuando la actividad cerebral es más lenta) porque nos acostamos muy tarde. Lo habitual es que esta sensación dure un máximo de 60 minutos, aunque puede durar un poco más si desayunamos mal.
También influye que seas más una persona de “tarde”
“Cuando las actividades diarias no se corresponden con el cronotipo de una persona se puede experimentar un mayor cansancio y, por la tarde, esto suele ocurrir por la mañana”, explica la doctora Ana Isabel Farfán, especialista en medicina interna de la Clínica Universidad de Navarra (CUN).
Teniendo en cuenta esto El cronotipo de la mayoría de la población es intermedio. (su cuerpo les pide dormir desde medianoche hasta las ocho de la mañana) y que, a nivel social, se sigue más este horario, quienes se sienten más activos por la tarde tienen más probabilidades de encontrarse desincronizados: para ellos, lo natural sería acostarse a las 3 de la madrugada y levantarse a las 11, algo poco probable en el día a día.
Cómo ganar vitalidad
Los siguientes consejos pueden ayudarle a dejar atrás la fatiga matutina.
1. Elige con cuidado la alarma que te despierta
Si su cuerpo se sacude, es probable que se produzca inercia del sueño. Pon una alarma suave.
- La opción de repetir tampoco es práctica. Si la alarma suena, por ejemplo, cada 5 minutos, acaba fragmentando el sueño, lo que también favorece la inercia.
- Intenta despertarte al amanecer. Se iluminan progresivamente imitando el amanecer y la alarma se puede programar con sonidos naturales (olas del mar, pájaros, etc.). Lo ideal es no utilizar el móvil como despertador, pero si lo haces, existen aplicaciones que imitan este despertar natural.
2. Después de cepillarte los dientes, bebe agua.
Beber un buen vaso de agua a primera hora de la mañana es una forma sencilla de rehidratarnos y reponer los líquidos perdidos durante el sueño. De lo contrario, eso un cierto grado de deshidratación puede provocar fatiga Mañana.
- Por supuesto, haz esto después de cepillarte los dientes. De esta forma evitarás lavar con agua las bacterias dañinas que se han acumulado en tu boca durante la noche. Si ingresan al torrente sanguíneo, pueden dañar la salud del corazón y del cerebro.


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3. Si es de día, sal al balcón tres minutos
Cuando nos exponemos a los primeros rayos del sol generamos más serotoninala hormona del bienestar. Y es que, además de regular el estado de ánimo, tiene el don de aumentar nuestro nivel de energía y mejorar nuestra concentración.
La ciencia ha demostrado que ese primer baño de sol Esto puede ayudarnos a recuperarnos ante el aturdimiento de la inercia del sueño. Además, exponerse a la luz por la mañana ayuda a las personas nocturnas a adelantar un poco su reloj interno y adaptarlo a los horarios sociales.
4. Intenta dormir “de golpe”
Que nos despertemos aturdidos o no por la mañana también depende de nuestras elecciones nocturnas.
Crear un ambiente que facilite el descanso
Dormir a oscuras y con una temperatura entre 18º y 21º nos incita a hacer todo al mismo tiempo. Considera que cada vez que nos despertamos, el ciclo del sueño comienza nuevamente y es mucho más probable que cuando suene la alarma, estemos en una fase de sueño profundo.
5. Estírate bien y recupera energías
Los expertos de Harvard lo dicen claramente: El estiramiento aumenta el flujo sanguíneo, alivia el estrés y mejora el rendimiento físico.Tres factores que contribuyen a hacernos sentir con más energía. Intenta hacerlos todas las mañanas para que sea una rutina más.
RUTINA DE ESTIRAMIENTO
1. Relaja el cuerpo


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- Párate con la espalda recta y abre las piernas.
- Gira el pie derecho hacia afuera y dobla la rodilla hacia ese lado, mientras mantienes la otra pierna estirada.
- Respira y deja los brazos cruzados.
- Exhala, inhala de nuevo y cambia de lado.
2. Alarga el tronco


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- Acuéstate boca abajo sobre una colchoneta.
- Coloque las manos sobre ellos, separadas a la altura de los hombros.
- Inhala y levanta los brazos y el tronco.
- Estira también el cuello y suelta el aire poco a poco.
- Repita una o dos veces más.
3. Activa las piernas


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- Siéntate y deja las piernas estiradas.
- Inhala con el tronco recto y, a medida que lo sueltas, bájalo poco a poco acercando las manos a las puntas de los pies.
- Si no puedes alcanzarlos, colócalos debajo de las rodillas o en los tobillos.
4. Liberar tensión


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- De rodillas y con la espalda recta, inhala y exhala mientras mueves los brazos y el tronco hacia adelante.
- Termina con la frente y los antebrazos apoyados en la colchoneta: cierra los ojos y respira consciente y lentamente dos o tres veces.
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