La presencia militar de Estados Unidos en Europa, lejos de disminuir, se mantiene en niveles muy elevados. El Pentágono confirma que actualmente hay más de 100.000 soldados Estadounidenses desplegados por todo el continente, un contingente que supera con creces al que existía antes de la escalada de tensiones en 2022. Esta demostración de fuerza sirve de marco para entender los últimos movimientos de la Administración Trump en el flanco oriental de la OTAN.

Sin embargo, este compromiso global no impide que Washington adopte medidas tácticas. El último de ellos afecta directamente a Rumanía, donde el presidente Donald Trump ha ordenado un ajuste a su despliegue militaruna medida que responde a una reorganización de los recursos de las fuerzas armadas norteamericanas en el exterior. Este tipo de movimientos son parte de una reestructuración más amplia, ya que bajo el mandato de Donald Trump la Armada de Estados Unidos se prepara para ser más grande con una inversión de miles de millones.

Esta decisión responde, según confirman fuentes rumanas, a un cambio de prioridades estratégicas de la Casa Blanca, que ahora pone mayor atención en la región del Indo-Pacífico. En la práctica, el contingente en la nación balcánica se reducirá de los actuales 1.700 soldados a una cifra que oscilará entre 900 y 1.000 efectivos, una vez que una de las brigadas desplegadas termine su misión y no sea relevada. Esta priorización estratégica se traduce en el despliegue de tecnología avanzada, como demuestra el hecho de que un caza F-22 haya puesto en jaque a China al lograr el disparo de misiles aire-aire más largo de su historia precisamente en esa región.

Una retirada selectiva que no afecta a todos los socios

De hecho, la medida parece, por ahora, muy localizada. Desde Polonia, otro socio clave en la frontera oriental de la Alianza Atlántica, el Gobierno ha asegurado no tener evidencia de planes similares en su territorio, información que, según la BBC, sugiere que no se trata de una retirada generalizada, sino de una reasignación puntual de activos.

Asimismo, la reorganización en Rumanía no afectará a todas las instalaciones. El Pentágono ha confirmado que la presencia estadounidense permanecerá intacta en las bases de Deveselu y Campia Turzii, consideradas puntos estratégicos para la Alianza en la región del Mar Negro, garantizando así la continuidad de operaciones clave para la defensa colectiva europea.