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la segunda carrera de Ricky Rubio que guía a un Joventut que vuelve a soñar

la segunda carrera de Ricky Rubio que guía a un Joventut que vuelve a soñar
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  • Publishednoviembre 3, 2025



Ricky Rubio ha vuelto a encontrar la sonrisa después de unos años complicados por sus problemas de salud mental. Sus declaraciones sentaron un precedente a la hora de hablar de este tema en el deporte y se convirtió un ejemplo de superación para quienes viven esta “tinieblas” en silencio.

Todo lleva un proceso: el proceso del dirigente catalán se inició en 2016 tras la muerte de su madre, Tona Vives, y finalizó el 22 de julio de 2025 cuando se oficializó su fichaje por el Joventut.

Durante todo este período, Ricky Rubio no estuvo sumido en la depresión, pero con el paso de los años su cansancio mental fue aumentando hasta que en junio de 2024 decidió tomar una decisión que sería un punto de inflexión: anunció su retiro.

Un año después, el baloncesto español encuentra a una de sus figuras más apreciadas y emblemáticas. El dirigente de El Masnou anunció su regreso a la Liga Endesa, fichando por el equipo que le vio nacer como jugador y que ahora le abre las puertas a cerrar un círculo vital y deportivo.

El fichaje de Ricky Rubio por La Penya no fue una simple jugada de mercado, fue un gesto de amor, identidad y madurez. “He ganado mucho en mi carrera, pero ahora vuelvo con ilusión”admitió, felizmente, en su presentación.

Cuando la idea de regresar empezó a gestarse no hubo dudas. El Joventut no era una opción entre otras: era la opción. Allí debutó con apenas 14 años, allí deslumbró a España, allí entendió por primera vez lo que significaba jugar con el corazón.

Volver a Badalona fue, para él, una reconexión con el origen y sentido del juego. Además, el club le recibió como lo que es: un símbolo. No sólo un jugador de élite, sino un hijo pródigo que había regresado al lugar donde había empezado a soñar.

Un comienzo de ensueño

Cuando regresó a la cancha, su rendimiento siguió siendo un misterio incluso para él, quien admitió no saber qué nivel podía ofrecer después de haber estado un año inactivo.

Sin embargo, entre la pretemporada y los primeros partidos de la fase regular, está más que claro que Ricky puede aportar mucho a un Joventut que es un avión. Siete victorias en ocho partidos (tres de Champions).

El regreso oficial a la competición se produjo el 5 de octubre de 2025, quince meses después de su último partido en ACB con el Barcelona.

El escenario no puede ser más simbólico: el Palacio Municipal de Deportes de Granada, el mismo lugar en el que debutó el 15 de octubre de 2005, con sólo 14 años, convirtiéndose en el jugador más joven en pisar un césped de la Liga Endesa.

Su actuación fue sencillamente espectacular. Sin ser titular, Rubio completó un partido de 30 con 18 puntos, 4 asistencias, 7 faltas recibidas y un impecable 9/9 en tiros libres, además de 3/4 en tiros de dos puntos y 1/3 en triples.

En la segunda jornada, el 12 de octubre, Rubio disputó su primer partido oficial en el Olímpic de Badalona contra el Casademont Zaragoza, contribuyendo con 12 puntos y 7 asistencias a la victoria por 89-86.

Una semana después, el 19 de octubre frente al Surne Bilbao Basket, firmó su mejor actuación en términos de distribución del juego con 11 puntos, 6 rebotes y 9 asistencias, rozando el doble-doble.

La primera derrota llegó el 26 de octubre ante Valencia Basket (102-90), donde el equipo sufrió ante el aumento de intensidad defensiva del rival. Rubio finalizó con 10 puntos, 3 rebotes y 7 asistencias en un partido que, pese a la derrota, evidenció su importancia en el sistema de juego.​

El último compromiso liguero antes del 2 de noviembre fue precisamente ese día ante el Hiopos Lleida, en el derbi catalán que el Joventut ganó por 82-68. Aunque Rubio tuvo un papel más discreto con 5 puntos.

Un cambio de mentalidad

Hasta el momento, Ricky Rubio ha disputado cinco jornadas en la Liga Endesa con un promedio de 11,8 puntos y 5,8 asistencias por partido con una valoración de 16,6.

Previo al partido contra el Hiopos Lleida, sus números promediaban 13,5 puntos y 6,8 asistencias por partido, unos registros estratosféricos y, para su mayor felicidad, justo cuando no los busca.

Las estadísticas, sin embargo, son lo que menos le importan al jugador ahora: «Es algo que me ha obsesionado, que me llegó a perjudicar, el pensar tanto en números, y se está perdiendo un poco que el baloncesto es un deporte de equipo y que las sensaciones son diferentes a las cifras», confesó el pasado jueves en ‘El Larguero’ de la Cadena SER.

En este sentido, el jugador del Badalona desveló que hubo un momento en el que ni siquiera disfrutaba jugar.

«Antes iba a los partidos incluso con miedo. Es verdad que se tiene que tener una tensión, eso aún lo tengo, pero era como una presión que no se la recomiendo a nadie. Si jugaba bien, ‘uf, por fin, pero mañana tengo otro partido’, y es otro examen, y no disfrutaba», explicó.

«Ahora mismo, estoy viendo los partidos con otra perspectiva. Los números incluso están siendo mejores que cualquier otra temporada. Pero no es cuestión de números, es cuestión de actitud, de ir a la pista y disfrutar, de estar presente en el momento», terminó Ricky Rubio.

El dirigente catalán sigue trabajando para dejar un legado que empezó a construir cuando tenía 14 años. Y para Ricky, lo importante no es sólo actuar, sino dejar su propia huella en la historia.

Eso es precisamente lo que está haciendo en este inicio de temporada con la Penya, un equipo que ha tenido un inicio histórico -el mejor de los últimos 16 años- y es tercero en la clasificación de la Liga Endesa.





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