La Fiscalía del TPI dice que las atrocidades de las RSF en El Fasher podrían suponer crímenes de guerra
MADRID, 3 de noviembre (EUROPA PRESS)-
La Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) ha afirmado este lunes que las atrocidades cometidas por las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) en la capital de la región sudanesa de Darfur Norte, El Fasher, tras tomar la ciudad la semana pasada podrían constituir crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
Así, ha mostrado su «profunda alarma» y «gran preocupación» por las informaciones de «asesinatos en masa, violaciones y otros crímenes» atribuidos a RSF en la ciudad, que forma parte de «un patrón más amplio de violencia que aflige a toda la región de Darfur desde abril de 2023», cuando estalló la guerra entre los paramilitares y las Fuerzas Armadas sudanesas.
«Estos actos, de ser fundamentados, podrían constituir crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad según el Estatuto de Roma», afirmó en su comunicado, en respuesta a denuncias sobre ejecuciones, violencia sexual y saqueos en la ciudad, actos que en ocasiones han sido publicados por los propios responsables a través de Internet y diversas redes sociales.
En este sentido, ha recordado que tiene competencia sobre los crímenes cometidos en el marco del conflicto de Darfur a la luz de una resolución aprobada en 2005 por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y ha apuntado que «está investigando los crímenes presuntamente perpetrados en Darfur desde el estallido de las hostilidades en abril de 2023».
La Fiscalía de la CPI ha subrayado que está «trabajando intensamente» para abordar la situación, «incluidos repetidos despliegues sobre el terreno, profundizando las interacciones con los grupos de víctimas y la sociedad civil, y aumentando la cooperación con las autoridades nacionales y las organizaciones internacionales».
De este modo, ha afirmado que está tomando «medidas inmediatas» sobre los presuntos crímenes de El Fasher con el objetivo de «preservar y recoger pruebas relevantes para su uso en futuros procedimientos», antes de afirmar que la reciente acusación de un alto responsable de las milicias ‘janjawid’ -de las que surgió RSF- por «crímenes similares» en 2004 representa «una advertencia a todas las partes en el conflicto de Darfur de que habrá rendición de cuentas por estos crímenes atroces».
Naciones Unidas denunció el viernes que entre las «atrocidades» cometidas por RSF tras tomar el control de El Fasher se incluyen «ejecuciones sumarias, asesinatos en masa, violaciones, ataques contra trabajadores humanitarios, saqueos, secuestros y desplazamientos forzados», antes de resaltar que las telecomunicaciones «están cortadas» y que la situación «es caótica sobre el terreno».
«Calculamos que el número de muertos entre civiles y otras personas no implicadas en combate durante el ataque de las FAR a la ciudad y sus rutas de salida, así como en los días posteriores a la toma (de El Fasher), podría ascender a centenares», afirmó el portavoz de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Seif Magango.
Las RSF -un grupo acusado de numerosas atrocidades pasadas, seguidas de promesas de rendición de cuentas- ha anunciado el arresto de varios de sus miembros, incluido un comandante que apareció recientemente en vídeos de la ejecución sumaria de personas en El Fasher, después de que el líder del grupo, Mohamed Hamdan Dagalo, alias ‘Hemedti’, reconociera abusos y prometiera una investigación.
La guerra civil en Sudán estalló por fuertes desacuerdos en torno al proceso de integración del grupo paramilitar dentro de las Fuerzas Armadas, situación que provocó el descarrilamiento de la transición abierta tras el derrocamiento en 2019 del régimen de Omar Hasan al Bashir, ya dañado tras el golpe de Estado que derrocó al entonces primer ministro, Abdullah Hamdok, en 2021.
El conflicto, marcado por la intervención de varios países en apoyo a los beligerantes, ha sumido al país en una de las mayores crisis humanitarias del mundo, con millones de desplazados y refugiados y ante la alarma internacional por la propagación de enfermedades y los daños sufridos por infraestructuras críticas, que impiden atender a cientos de miles de víctimas.
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