El SMI acecha ya al salario medio de los españoles
El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) ha aumentado significativamente en los últimos años. Este, acompañado de la desaceleración del salario medio, ha provocado que los salarios de los profesionales en España sean cada vez más parecidos, pero estando en las cifras más bajas de la escala. Así lo revela el Instituto Juan de Mariana en su última publicación “Igualdad salarial y empobrecimiento económico”.
En el periodo que comprende los años 2018 y 2023, El SMI ha subido un 26%, hasta alcanzar los 13.370 euros anuales para esa fecha. Durante esos cinco años, el salario más común entre los trabajadores españoles descendió hasta alcanzar los 13.800. Lo que se convirtió en una diferencia de más de 8.000 euros acabó siendo sólo 400 euros, pasando del 40% al 3%. La diferencia más destacable se produjo entre 2021 y 2022, pasando de un desfase de 3.685 a un desplome hasta los 544 euros.
Cuando Pedro Sánchez llegó a Moncloa, el salario mínimo rondaba los 10.000 euros al año. mientras que el salario medio de los trabajadores superó los 18.000 euros.
Desde 2008, los salarios en España se han mantenido estancados, sin apenas aumentos e incluso recortes que han provocado la caída paulatina del salario modal. Esto es lo que ha permitido el SMI, gracias a las progresivas subidas del actual Gobiernoreducir la brecha con el promedio de lo que gana un trabajador.
Los datos reflejan que, cuanto más crece el salario mínimo, menos crecen los beneficios del resto de trabajadores, debido al aumento de la recaudación que aporta la Seguridad Social.
El incremento del SMI ha impactado, sobre todo, en sectores con un elevado número de asalariados, como la hostelería, el comercio, la limpieza o los servicios auxiliares, concretamente en las zonas con menores niveles de renta del país.
Además, también ha dejado su huella en varias regiones de la Península, ya que el salario mínimo constituye una cifra superior al 60% del salario medio en 42 de las 50 provincias, e incluso el 75% en 34 de ellos. Las más destacadas son Ávila, con el 78,7%; Zamora, con el 77,3%; Badajoz, con el 75,8% y Murcia, con el 75,7%.
Cuando se habla de pequeñas y medianas empresas, Ávila vuelve a tener los datos más altos de todo el territorio español, con un 90,8%, de nuevo acompañada de Zamora, con un 89,1%; Badajoz, el 87,3%; y Murcia, el 86,7%.
Por regiones, Extremadura es la más afectada, donde el SMI Representa el 72,8% del salario medio regional. En la lista también están Canarias, donde representa el 68,5% y Murcia, donde alcanza el 67,45%.
Los datos denuncian también la reducción del empleo provocada por las subidas del salario mínimo. El Banco de España sitúa el número de empleos destruidos en el umbral de los 270.000 desde el inicio de las medidas hasta 2024. Por distintos sectores de ocupación, unos 14.000 agricultores acabaron en paro, mientras que el empleo doméstico se redujo en 20.000 personas.
En la misma línea, Cepyme, la asociación de pequeñas y medianas empresas, afirma que estas empresas han dejado de crear 350.000 puestos de trabajo. En concreto, entre 2019 y 2023, en el ámbito de las tareas más básicas, de cada 7 empleos generados en toda la economía, esta rama aportó solo uno nuevo.
El gobierno presume de una caída del paro de 600.000 personas, aunque otros datos apuntan a que esta caída sería de sólo 70.000porque la reclasificación de empleados fijos discontinuos inactivos como ocupados representa casi el 90% de la mejora recogida por el Ejecutivo. En paralelo, más de 7 millones de personas reciben ya el ingreso mínimo vital, multiplicando el gasto anual de esta ayuda hasta alcanzar más de 28.500 millones.
España es así el cuarto país de la OCDE con la peor evolución de los salarios de los últimos 30 años. La situación actual, en la que el salario mínimo es prácticamente igual a la media, ha provocado un «estancamiento que reduce los incentivos a la formación, incrementa la economía sumergida y promueve el empleo precario».
En el otro extremo de la mesa, naciones como Letonia, Lituania o Estonia Han podido vivir porque sus salarios han ido aumentando desde 1994.
En la misma línea, hay otros estados en la misma situación que España, como Italia, único país europeo, Japón o México. Así, el mercado laboral tiene cada vez más con más asalariados que ganan cada mes una cifra muy cercana al SMIlo que, según el informe, «no logra la igualdad en la prosperidad, sino que consolida el igualitarismo de la precariedad».
Cuando el salario mínimo se aproxima al salario más frecuente, los incentivos a la superación, formación y promoción profesional prácticamente desaparecen porque la recompensa salarial es casi igual a la más baja que se puede ofrecer según la legislación vigente. Esto genera dificultades para crear empleo estable, especialmente para los más jóvenes.
También se debilitan los sectores intensivos en mano de obra, se fomenta la economía informal y se dificulta la creación de empleo estable, especialmente para los más jóvenes y para puestos que requieren menos cualificación. El estudio llega incluso a calificar al SMI como un elemento que constituye un «techo empobrecedor».
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