cuándo es normal y cuándo hay que ir al oftalmólogo
Después de los 40 años, de repente las letras de tu móvil o del menú de un restaurante empiezan a desdibujarse y, casi sin pensar, alejas los objetos en busca de claridad. Es un gesto que muchos repiten sin darse cuenta, a veces con resignación.
A menudo surgen preguntas: ¿es … ¿Es simplemente una consecuencia inevitable del paso del tiempo o podría esconder un problema grave? Saber diferenciarlo es fundamental para evitar sustos y, por supuesto, mantener en buen estado la salud ocular durante varios años. Curiosamente, la mayoría ignora este fenómeno inicial, pensando que se debe al cansancio o a un mal día. Sin embargo, lo cierto es que la presbicia afecta a casi todas las personas a esta edad.
¿Por qué tengo problemas para ver de cerca después de los 40?
Resulta que este esfuerzo extra a la hora de leer casi siempre se debe a la presbicia, también conocida como fatiga visual. No se trata de una enfermedad como tal, sino de una transformación natural del ojo que, en cierto modo, lo iguala a casi todos los demás en el mundo adulto. El nombre puede parecer técnico, pero la realidad es sencilla: el ojo, como cualquier máquina con años de uso, pierde parte de su flexibilidad y capacidad de respuesta.
De más está decir que muchos se preguntan si el uso de la pantalla está provocando este cambio. Es fácil creer en esta creencia, especialmente porque los síntomas generalmente empeoran después de varias horas frente a la luz azul. Sin embargo, la verdadera causa no es la tecnología, sino el envejecimiento progresivo del cristalino, el cristalino natural del ojo. Claro, puede parecer que las pantallas empeoran la situación, pero solo se enfocan en un proceso que iba a suceder de todos modos.
Entendiendo la presbicia
La lente pierde ese “resorte interno” que le permitía ajustarse y enfocar con agilidad, como quien estira varias veces una goma elástica hasta aflojarla. Esto dificulta ver correctamente lo que tenemos delante. Alrededor de los 45 o 50 años, casi todo el mundo lo nota y se da cuenta de que la visión de cerca ya no es lo que era. En realidad, la presbicia es una etapa más de la que nadie escapa, aunque cada uno la vive con matices diferentes.
¿El uso de pantallas causa fatiga visual?
Algunos afirman que pasar muchas horas con el móvil o la tablet multiplica el problema, y es cierto que la fatiga visual es más acusada tras una jornada de trabajo digital. No es que la tecnología cause presbicia, pero puede ser la chispa que haga más evidentes los síntomas ya ocultos.
¿Cómo sé si los cambios en mi visión son normales?
No siempre es fácil distinguir los signos normales de los síntomas preocupantes. De hecho, la línea a veces es borrosa. Pero generalmente los efectos de la presbicia aparecen poco a poco y dejan pistas claramente reconocibles. Sentir que ahora tienes que alejar el libro o que tu visión se vuelve borrosa al interactuar con objetos cercanos es uno de los clásicos de esta etapa. Si quieres una guía fiable, es recomendable acudir a un centro especializado donde, por ejemplo, te explicarán en profundidad qué es la cirugía de la presbicia y las diferentes soluciones disponibles.
En este sentido, los avances tecnológicos han transformado considerablemente la cirugía de la presbicia en los últimos años. Hoy en día, la tecnología del láser de femtosegundo se considera el procedimiento más preciso y avanzado, ya que permite un centrado óptimo de la lente intraocular durante el reemplazo de la lente, lo que repercute directamente en una mejor calidad visual. En España, la clínica Oftalvist fue pionera en integrar este tipo de láser en sus procedimientos quirúrgicos en 2012, marcando un antes y un después en cuanto a seguridad y precisión de este tipo de intervenciones.
Síntomas comunes de la presbicia
– Ver borroso de cerca y tener que separar todo para intentar enfocar.
– Sensación de fatiga ocular al leer o utilizar el móvil durante mucho tiempo.
– En ocasiones la necesidad de buscar más luz al leer se hace mayor, especialmente de noche o en lugares oscuros.
Estos síntomas suelen comenzar entre los 40 y 45 años y se intensifican con el tiempo. Nunca está de más ponerse en manos de un profesional para descartar otras cuestiones en juego y recibir el asesoramiento más adecuado a cada caso.
Señales de advertencia: cuándo consultar a un oftalmólogo sin demora
Sin embargo, hay ocasiones en las que los ojos envían mensajes muy claros y deberíamos prestarles mucha más atención. Cuando los cambios visuales son repentinos, o van acompañados de molestias extrañas como dolor, destellos o aparición de manchas, se debe consultar rápidamente. En realidad, pueden ser un signo de problemas oculares más graves que no tienen nada que ver con una presbicia lenta y predecible.
Otras razones para un examen de la vista
Por supuesto, hay otras ocasiones en las que concertar una cita es prudente, incluso tranquilizador, como por ejemplo:
1. Historia familiar de enfermedades oculares relevantes.
2. Cambios en tus anteojos o lentes de contacto que no solucionan el problema o incluso te incomodan.
3. Hazte controles periódicos aunque no notes ningún síntoma, porque la prevención visual te puede salvar de sorpresas posteriores.
Adaptarse a los nuevos retos visuales después de los 40 exige aceptar que nuestros ojos también envejecen. Optar por gafas de proximidad o lentes progresivas es una decisión común, como elegir la herramienta adecuada para cada situación. Lo importante es no subestimar las pequeñas advertencias, porque estar atento al propio cuerpo puede marcar la diferencia. La visión, como un buen faro, debe revisarse a tiempo para evitar que los problemas se vuelvan demasiado grandes y difíciles.
Por último, realizar exámenes periódicos y no posponer nunca la consulta ante un problema inusual es la forma más segura de cuidar tus ojos. Así, un diagnóstico profesional, además de ofrecerte la mejor solución para la fatiga visual, te aporta una enorme tranquilidad y garantiza que cualquier otra patología será tratada antes de que se complique, mejorando así tu calidad de vida.
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