Pagué una deuda con Hacienda de 2,5 millones porque soy un inútil
Joaquín SabinaEterno trovador de la noche y de la palabra certera, sigue ocupando protagonismo también cuando hablamos de dinero, patrimonio y cuentas pendientes.
Si algo ha definido su carrera, además de la Voz rasgada y letras nítidas.es la capacidad de convertir la vida en versos… y en millones.
sabina, de 76 añosNunca se ha jactado de ser un hombre hecho para las finanzas. De hecho, él mismo confesó ante el juez que «Siempre he sido muy inútil en cuestiones administrativas, incluso en cuestiones de dinero.«.
Pero los números hablan por sí solos: su patrimonio empresarial supera 6,7 millones de eurossegún estimaciones basadas en las empresas Relatores SL. y Ultramarinos Finos SL., creada precisamente para gestionar los derechos de autor y sus ingresos musicales.
Con propiedades distribuidas entre Madrid y Rota y una cartera de inversiones bien organizada, Sabina representa el retrato improbable del cantautor convertido en hombre de negocios.
Pero ni el éxito ni los millones han borrado su ironía: «Era tan pobre que no tenía más que dinero.«, dice en entrevistas, recordando esa mirada desencantada hacia el materialismo.
Quizás su letra más amarga llegó con la noticia de su deuda con Hacienda. Él Corte Suprema Condenó en 2023 a que debía pagar 2,5 millones de euros por irregularidades fiscales detectadas entre 2008 y 2010 en sus ingresos y admitió públicamente la cifra.
«Estos sistemas no estaban destinados a ingeniería fiscal sino para facilitar la gestión de mi música y mis ingresos por derechos de autor», afirmó.
La sanción lo colocó en el centro del huracán mediático. Pero su reacción fue tan realista como su música: Sabina asumió la obligación y siguió adelante priorizando la creación y disfrute de su retiro, preparando la última gira para celebrar más de cinco décadas en el escenario.
A pesar de los millones, Sabina mantiene una vida sencilla. Casa modesta en el barrio de La Latinarutinas callejeras y de reunión social y la costumbre de invertir más en experiencias que en lujos ostentosos.
«No quiero que me recuerden por lo que tuve, sino por lo que dije.«, ha repetido en sus entrevistas, consciente de que el verdadero legado está en sus canciones y no en la cuenta bancaria.
El legado de sabina
El dinero, admite, nunca lo cambió. «El dinero no compra el amor.«, reflexionó a mediados de 2022, cuando la polémica con Hacienda le llevó a ser noticia y buscar el consuelo de amigos y seguidores.
Desde entonces, la lección parece clara: Ni la fama ni el capital garantizan la tranquilidad. La historia de Sabina muestra que millones también tienen sombras.
Su caso es el de muchos artistas: altos ingresosactivos generosos pero también responsabilidades fiscales y decisiones administrativas que traen dolores de cabeza.
Aunque es reservado con su obras de caridadSabina apoya actividades culturales y proyectos solidarios aportando recursos y visibilidad.
El artista, más allá de cifras y titulares, afirma que «la mayor riqueza es el idioma«y se entrega a su público en cada regreso al escenario.
El dinero, la amistad y el compromiso cultural son, por ejemplo, Joaquín Sabinalas piezas que son realmente valiosas en una vida llena de historias, desafíos y canciones.
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