miles de violaciones del alto el fuego y cientos de muertos
Tan solo unos días después de su entrada en vigor, Francesca Albanese, la relatora especial de las Naciones Unidas sobre los territorios palestinos, tuiteó una breve, pero oportuna descripción de la tregua en la Franja de Gaza. «De nuevo, un alto el fuego según Israel es «tú te detienes, yo disparo»», escribió en X, haciendo un juego de palabras con la palabra en inglés ‘ceasefire’ que significa literalmente detener el fuego. Ese día Israel había matado a cinco palestinos, pese a la tregua en vigor. Hasta ahora, ya van más de 200 víctimas mortales en el primer mes de supuesto cese de hostilidades. En el Líbano, conocen bien de cerca esta realidad. A las puertas de conmemorar el primer aniversario de la entrada en vigor del alto el fuego el pasado 27 de noviembre, han muerto más de 320 personas.
[–>[–>[–>«En realidad no es un alto el fuego, es un alto el fuego unilateral, por lo que no es un alto el fuego propiamente dicho», puntualiza Michael Young, editor senior del Centro Carnegie para Oriente Medio Malcolm H. Kerr en Beirut. Cuando se oficializó la tregua hace casi un año, Washington permitió a Israel atacar a cualquier amenaza de Hizbulá. Bajo ese argumento, el Ejército israelí bombardea prácticamente a diario el país de los cedros. «En esencia, fue un alto el fuego impuesto al bando más débil, porque en ese momento Hizbulá estaba dispuesto a aceptar cualquier cosa con tal de detener el bombardeo israelí», cuenta Young a este diario. La brutal campaña israelí del otoño pasado mató a 4.000 personas y provocó el desplazamiento de al menos un millón.
[–> [–>[–>Grandes ataques contra el sur
[–>[–>[–>
La mayoría de estos ataques se han concentrado en el sur del Líbano y al este del país, zonas con comunidad chií, los principales partidarios de la milicia y partido político. Mientras el Ejército libanés consigue reforzar sus posiciones en ciertas aldeas fronterizas, las tropas israelíes continúan ocupando cinco puntos estratégicos en el límite entre ambos países. En paralelo a una ofensiva diplomática que lleva dos semanas escalando con visitas constantes de representantes estadounidenses al Líbano, Israel ha ampliado sus objetivos. Varios equipos de construcción valorados en decenas de millones de dólares han sido destruidos, posponiendo aún más la reconstrucción de estas zonas completamente devastadas. Aún hay decenas de miles de personas desplazadas desde el 8 de octubre de 2023, cuando empezaron los enfrentamientos transfronterizos entre Hizbulá y el Líbano.
[–>[–>[–>
Durante los últimos días, la tensión ha crecido, especialmente desde que la semana pasada un grupo de soldados israelíes realizaron una redada de madrugada en el municipio fronterizo de Blida y asesinaron a un empleado municipal. Además, este jueves, el Ejército israelí ha llevado a cabo un gran ataque en el sur del Líbano. «En un futuro próximo, atacará la infraestructura terrorista de Hizbulá en todo el sur para contrarrestar sus intentos prohibidos de reconstruir sus actividades en la zona», ha dicho el portavoz militar, Avichay Adraee, en un comunicado. Fuentes militares libanesas afirman que Hizbulá habría cumplido casi al pie de la letra los términos del acuerdo de alto el fuego, retirando una gran parte de su arsenal del sur y sólo han violado el alto el fuego en una ocasión.
[–>[–>[–>4.500 violaciones israelíes
[–>[–>[–>
Sin embargo, Israel habría cometido más de 4.500 hasta la fecha, según el recuento de varios medios de comunicación libaneses. Naciones Unidas ha denunciado que al menos 103 civiles han muerto en ataques israelíes en el último año. Todas estas violaciones no han tenido ningún castigo. «Hay un bando que ganó la guerra el año pasado y está intentando imponer todas las condiciones posibles, y cuenta con el apoyo de los estadounidenses«, explica Young. «¿Qué podemos hacer?», se pregunta. «Francamente, poco; los libaneses son muy conscientes de su debilidad, y, por eso intentan, por todos los medios, preservar un poco de su soberanía, pero sin mucho éxito», constata. El acuerdo de tregua exigía el desarme de Hizbulá, la única milicia libanesa que después de la guerra civil (1975-1990) logró conservar sus armas.
[–>[–>[–>
A lo largo del año, las tropas libanesas han desmantelado casi por completo el arsenal del partido en la región fronteriza con su cooperación. Pero, al expandir el proceso hacia el norte, se han topado con una negativa de Hizbulá a entregar sus armas. Israel insiste en continuar atacando hasta que se logren avances concretos para restringir el armamento del partido e, incluso, han empezado a utilizar a los medios de comunicación para construir la narrativa que justifique la intensificación de sus ataques. Un artículo del periódico israelí Haaretz informaba esta semana que «la inteligencia del Ejército ha alertado de que la organización está trabajando intensamente para restaurar sus capacidades militares, y los funcionarios de seguridad creen que Hezbolá pretende mantener su estatus como la fuerza militar más poderosa del Líbano».
[–>[–>
[–>Beirut bajo presión
[–>[–>[–>
«Hagamos las preguntas directas. ¿Representa Hizbulá hoy, incluso si introduce misiles de corto alcance a través de canales en Siria, una amenaza fundamental para Israel? ¿Sugiere esto que Hizbulá puede imponer una disuasión a Israel, como intentó hacer en el pasado? No, no la supone, porque la cantidad de armas que introducen es relativamente limitada», señala Young. «Los israelíes están intentando justificar esta actitud más agresiva, y, junto con los estadounidenses, están presionando al Gobierno libanés para que haga concesiones políticas», añade. Beirut está bajo una elevada presión por parte de los dos aliados. Pese a una negativa inicial, tanto el Gobierno como Hizbulá han accedido a aprobar el plan estadounidense que incluye a civiles libaneses como parte de las negociaciones en curso con Israel.
[–>[–>[–>
«Tarde o temprano, se nos presentan dos caminos: o bien los libaneses aceptan algún tipo de compromiso que satisfaga a israelíes y estadounidenses, o bien volveremos a la guerra, es decir, una situación bélica donde los israelíes nos obligarán a aceptar sus condiciones porque no estamos en condiciones de resistir»
[–>[–>[–>
Pese a que el Líbano cuenta con una mayor soberanía que la Franja de Gaza, el destino de su ciudadanía no está en sus manos. «Los libaneses, bajo mucha presión, están cediendo ante las condiciones estadounidenses e israelíes, intentan hacerlo de forma limitada, pero están cediendo», añade Young. «Los estadounidenses ya no están entusiasmados con la idea de la guerra, así que, como ven que los libaneses se están doblegando, están dispuestos a seguir por esta vía», analiza. «Tarde o temprano, se nos presentan dos caminos: o bien los libaneses aceptan algún tipo de compromiso que satisfaga a israelíes y estadounidenses, o bien volveremos a la guerra, es decir, una situación bélica donde los israelíes nos obligarán a aceptar sus condiciones porque no estamos en condiciones de resistir», concluye el analista.
[–>[–>[–>
Suscríbete para seguir leyendo
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí