¿Jaque o farol? Qué pretende Junts con su nuevo ‘no’ a Sánchez y cómo cambia la partida política
Junts ha vuelto a mover ficha. Y esta vez con fuerza. El partido de Carles Puigdemont ha decidido instalarse en el «no» permanente: no a la ley de familia, no a la universalidad de la asistencia sanitaria, no a la nueva ley de secretos oficiales y no a la llamada ley bolaños. Y no sólo eso: va a sumar sus votos a los del PP y Vox para tumbar leyes clave como la autonomía estratégicael de protección de la libertad de expresión o el que tu quieras hacer obligatorios los debates electorales.
Vamos, Junts se ha convertido en el nuevo muro parlamentario del Gobierno. Pero… ¿Es esto realmente un cambio o simplemente están haciendo más ruido?
La respuesta está a medio camino. Porque aunque ahora se jactan de rebelión, Junts ha votado a favor del Govern ocho de cada diez veces desde que comenzó la legislatura. En realidad, su estrategia ha sido apretar, pero sin asfixiar: votó en contra la ley de inmigraciónla regulación de los alquileres de temporada o reducción de jornada laboral. Incluso amenazaron con una cuestión de confianza que nunca vio la luz. En total sólo han derribado cinco votos del Ejecutivo y otros siete del PSOE o Sumar.
Cheque Junts (pero no mate)
Lo que busca Junts ahora es presione al máximo. Saben que el Gobierno está en una situación frágil en el Congreso y que cada voto cuenta. Por lo tanto, este movimiento lleva al límite la estabilidad de Sánchezque ya estaba agobiado por el bloqueo legislativo.
En Moncloa intentan reducir el drama. Dicen que Junts no podrá oponerse a medidas que beneficien a Cataluña y que, además, quedan muchos compromisos pendientes No dependen sólo del Ejecutivo. Pero la verdad es que esto es El segundo golpe de un socio en dos años.tras la ruptura con Podemos.
Y hay más. En el Congreso, Junts también busca marcar distancias con ERC. Quiere vender que sus exigencias consiguen resultados y que los republicanos son, en comparación, la «muleta» del PSOE al que apoya sin recibir nada a cambio. Pero ese pulso tiene otra cara: Cada vez que Junts da la cara, PP y Vox ganan pesoporque les basta con votar juntos para que una norma se hunda.
Cataluña, el tablero real
La jugada, sin embargo, no se entiende sólo mirando al Madrid. De hecho, Junts piensa en Cataluña. Después de dos años centrando su influencia en el Congreso, ahora quieren remarcar territorio en el independentismo. El objetivo: desgastar a ERC y Reposicionarse antes de que la Aliança Catalana se apodere de su terrenoespecialmente a nivel municipal, donde ya se habla de una posible sorpresa.
Y ahí está el dilema: mientras Junts siga apoyando al PSOE en el Congreso, No se puede hacer una oposición real al PSC de Salvador Illa ni criticar demasiado a ERC por sus vínculos con los socialistas. Por tanto, esta «no constante» es también una forma de romper lazos y recuperar visibilidad política. No quieren que las próximas elecciones, cuando lleguen, los pillen con el pie izquierdo.
¿Y los Presupuestos?
Aquí surge la gran pregunta: ¿está en peligro la legislatura? Junts dice que no habrá moción de censura (al menos por ahora), pero deja claro que Los presupuestos se complican. Serían los primeros en la legislatura, y sin el apoyo de Junts al Gobierno le resultará casi imposible.
¿Qué puede hacer Sánchez? Resistir. Apuesta por la prórroga —sería el tercero consecutivo— y tirar del fondos europeos como salvavidas político. De momento, nadie parece dispuesto a romper del todo: ni Junts quiere perder su cuota de poder en las empresas estatales, ni Moncloa quiere provocar un avance.
Entonces el juego continúa. Junts se mueve, Sánchez aguanta. Un control constante… pero, por ahora, no hay compañero a la vista.
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