Por qué Yolanda Díaz quiere prohibir las juventudes de los partidos – Domingo Soriano
No ha sido una gran semana para la ministra de Trabajo. entre el bolso de lujo/mercado de pulgas de la hija y el supuesto pulseras de vigilancia a los trabajadores, a Yolanda Díaz Le han preguntado de todo menos lo que quería destacar: ese Estatuto de Becas que presentó tras el Consejo de Ministros del pasado martes y con el que quiere poner manos a la obra a las empresas para acabar con «los trabajadores bajo costo y cafe gratis«.
El ataque a Amazon tiene gracia porque ya no se sabe si el Gobierno quiere o no que estas grandes empresas operen en España. Cuando abren, se ponen contentos, porque dicen que es una demostración de su confianza en la economía española; mientras están aquí, los satanizan, por salarios, beneficios, condiciones o cualquier otro motivo (desde la contaminación hasta la destrucción que causan a los pequeños negocios); y cuando se van, total o parcialmente, los atacan, de modo que uno se pregunta qué tiene de negativo cerrar lo que supuestamente era tan malo.
Lo de la bolsa es una anécdota, pero muy sintomática: Díaz prefiere reconocer una ilegalidad (y contra la que su Gobierno ha luchado ferozmente) porque su base electoral cree que se ha vuelto un poco pijo (quién lo hubiera pensado). La vida de la izquierda. cuqui Es muy complejo.
Pero lo que más me ha llamado la atención son los pasantes. Y esa idea de en qué trabajar gratis al comienzo de la vida laboral es inaceptable, una especie de esclavitud moderna.
Lo primero, nadie trabaja gratis. Los pasantes que aceptan un puesto no remunerado no lo hacen porque estén dispuestos a ceder su tiempo. Pensemos, por ejemplo, en el típico recién graduado de poco más de veinte años que aspira a incorporarse a una consultora de primer nivel o a un despacho de abogados de primer nivel: ofrecerle a ese joven un trabajo de verano, sirviendo bebidas en el bar de su pueblo y sin cobrar. Se escucharán risas en la sede del Ministerio. ¿Por qué en Azca sí y en Bar Loli no? Fácil, porque
- (1) el primero de estos puestos que espera sirva como promoción en la empresa y como forma de darte a conocer ante tus clientes, proveedores, competidores del sector…;
- (2) sabes que te enseñarán cosas muy valiosas (desde el manejo de programas-equipamiento específicos de tu profesión, hasta cómo trabajar en equipo o conocimiento interno del sector al que quieres dedicarte) que de otro modo no aprenderías en tu vida o que te costaría una fortuna aprender en un máster o similar;
- (y 3) intuye que durante los primeros meses su aportación a la empresa será bastante cuestionable, si no directamente negativa. Por ejemplo, con el coste de la formación-control-tutoría que suele ir acompañado de una beca[Mepuseenprimerapersona:enmiprimertrabajocomopasante-porciertopagado-laempresamediountutorasociado;nuncamedijeronperosientoquesuprimeratareafuevigilarmeparaquenocometieraningúnerrorasíesecolegadedicópartedesutiempoquedeotramanerapodríahabersidogastadoencosasmásproductivasparaintentarevitarquecometieramuchoserroresycapacitarme)[Mepongoenprimerapersona:enmiprimertrabajodebecario-porciertosíremunerado-laempresamepusountutorasociado;nuncamelodijeronperointuyoquesuprimeratareaeravigilarmeparaquenocometieraningúnestropicioAsíaquelcompañerodedicópartedesutiempoquedeotraformapodríahaberdestinadoacosasmásproductivasaintentarevitarquecometieramuchastropelíasyaformarme)[Iputmyselfinthefirstperson:inmyfirstjobasanintern-bythewaypaid-thecompanygavemeanassociatetutor;TheynevertoldmebutIsensethattheirfirsttaskwastowatchmesothatIdidn’tmakeanymistakeThusthatcolleaguededicatedpartofhistimewhichotherwisecouldhavebeenspentonmoreproductivethingstotryingtopreventmefromcommittingmanymistakesandtotrainme)[Mepongoenprimerapersona:enmiprimertrabajodebecario-porciertosíremunerado-laempresamepusountutorasociado;nuncamelodijeronperointuyoquesuprimeratareaeravigilarmeparaquenocometieraningúnestropicioAsíaquelcompañerodedicópartedesutiempoquedeotraformapodríahaberdestinadoacosasmásproductivasaintentarevitarquecometieramuchastropelíasyaformarme)
Por eso esa becaria que tanto preocupa a Díaz trabaja gratis o por unos cientos de euros… porque NO es gratis.
La juventud, en el punto de mira
Pero casi me preocupaba más la segunda derivada. Porque si Díaz quiere acabar con las organizaciones que necesitan el trabajo gratuito de su personal para su supervivencia, no tiene por qué acudir a un rascacielos en Castellana y a un polígono industrial. Es mucho más sencillo: déjalo acercarse. a cualquier sede del PSOE, PP, Vox, Sumar, Podemos, BNG, ERC, Junts… Te sorprenderá lo que encontrarás allí. Decenas de personas, especialmente jóvenes, realizan tareas de forma gratuita por las que cualquier otro cobraría: desde repartir folletos hasta ayudar con nuevos miembros, desde montar una tienda de campaña hasta controlar la entrada a mítines, desde enviar buzones de correo hasta acompañar a funcionarios del partido de otras ciudades. No puedo pensar en ninguna otra organización que dependa más del trabajo gratuito de sus voluntarios que un partido político.
¿Y por qué esos jóvenes de Sumar hacen esas tareas ingratas de forma gratuita? Porque, además, buena parte de estos empleos son de muy baja cualificación. Es decir, se parecen más al ejemplo que señalábamos antes del Bar Loli, en el que nadie hacía favores sin cobrar. Bueno, más allá de la afinidad ideológica (que también ayudará en algo) La respuesta es exactamente la misma que la del interno del cuatro grandes: hacer méritos. Quieren ser conocidos, saber que se puede confiar en ellos, conocer a sus jefes, demostrar que son buenos. trabajar… En definitiva, ¿están haciendo carrera, en política o en campos afines (desde la academia hasta el periodismo) y están dispuestos a dedicar unas horas a cambio de nada? No, claro, lo hacen porque saben que en realidad hay algo: que el partido confía en ti.
A mi me pasó lo mismo con reducción de jornada laboral. Lo primero que pensé cuando Díaz inició su cruzada por la reducción de jornada y empezó a hablar de cómo disfrutar la vida frente a la esclavitud del trabajo… fue que, si hay un lugar donde la presión del tiempo es brutal, ese lugar es la política. Es decir, ¿cuántas horas trabaja a la semana el jefe de gabinete del Ministro de Trabajo? ¿Y quiere prohibirnos al resto de nosotros trabajar más?
Cada vez que Díaz tiene uno de estos sucesos, las empresas empiezan (con razón) a temblar. En mi caso, sin embargo, genera una pequeña que produce picor de esperanza. Si realmente se aplicaran a todas las organizaciones, de todas esas siglas que señalé antes quedarían muy pocas en pie. ¿Te imaginas un futuro sin jóvenes de los partidos políticos? Bueno, escucho a la ministra y lo primero que pienso es que quiere prohibirlos.
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