así han empezado las macrooposiciones del Sespa en Gijón
Con nervios (algunos más que otros) y, sobre todo, ganas de realizar un buen examen para lograr una plaza que repercuta en una mejora de sus «condiciones laborales». Así arrancaron la mañana de sábado los miles de aspirantes a celador, categoría con la que se dio inicio a las macrooposiciones del Servicio de Salud (Sespa), que busca cubrir 1.068 plazas de la sanidad pública. Los inscritos totales ascienden a 43.243. El recinto ferial Luis Adaro de Gijón, con rigurosas medidas de seguridad para el correcto desarrollo de los acontecimientos, era un hervidero de gente desde horas antes del comienzo de la prueba. En dicha categoría, son 138 plazas para 11.323 aspirantes. «Hay mucha competencia», coincidían los opositores.
[–>[–>[–>«Es la primera vez que me presento, no sé cómo va esto», bromeaba Vanesa Pérez, de Pola de Laviana. De allí también venían Isabel Fernández y Noelia Martínez, todas con bagaje en el sector sanitario. «Me apunté por tener más oportunidades laborales y no cerrar puertas», subrayó Martínez, cocinera en la red de Establecimientos Residenciales para Ancianos de Asturias (ERA). «No toqué un libro, vengo con lo estudiado de otros exámenes y muy tranquila», indicó Cristina Penedo, de Piedras Blancas. Con altas expectativas arribó a Gijón Jessica Peña, vecina de Oviedo pero natural de Ribadesella. Y celadora en el HUCA. «Estudié bastante, ya me va tocando que me llegue la plaza», sostuvo.
[–> [–>[–>Largas colas se formaron en la entrada del recinto ferial durante los accesos. El tráfico estaba cortado, las Fuerzas de Seguridad lo tenían todo bajo control. Alrededor de un 20 % de los aspirantes inscritos en el proceso, que proseguirá esta tarde y culminará mañana domingo con los últimos exámenes, vienen de fuera de Asturias. Por 198 personas está integrado el equipo que supervisa el desarrollo de las pruebas. Casi nada. En los minutos previos, había opositores que repasaban apuntes. Otros se relajaban tomando un café o charlando con los amigos, como Patricia Pires, de Llanera. «Los nervios se llevan por dentro», comentó Pires, celadora en el HUCA y que se presentaba por cuarta vez. «Hay que seguir intentándolo», declaró. «Hay muchísima gente, son horribles las colas que hay», añadió a su lado Emma Rúa, que también trabaja en el HUCA.
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La consejera de Salud, Concepción Saavedra, y la directora de profesionales del Servicio de Salud, Rut Fernández, acudieron al inicio de los exámenes. De maestro de ceremonias, como quien dice, ejerció Álvaro Alonso, secretario general de la Cámara de Comercio de Gijón. Desde el Sespa remarcaban ayer viernes que ha respetado «todas las medidas de confidencialidad en la impresión de las pruebas, el almacenaje y el transporte para garantizar la imparcialidad».
[–>[–>[–>En la ciudad tendrá un fin de semana completo Ismael Rivas, inscrito en las categorías de celador, trabajador social y auxiliar administrativo. «Al de celador voy con calma, no pasó mucho tiempo desde el último y lo tengo reciente», aseveró Rivas. Por una sencilla razón decidió apuntarse al proceso Isabel González, de La Felguera. «Veo más seguridad, mejores horarios y sueldo y, en general, mejores condiciones», destacó González, trabajadora en el ámbito del telemarketing. Ahora bien, la preparación no fue la más exhaustiva. «He hecho dos test», confesó. Su pareja, Iván Muñoz, sí le dedicó más tiempo. «Lo preparé por mi cuenta unos meses; siempre que hay un examen hay nervios, hay mucha competencia», reconoció el aspirante. Las indicaciones resonaban por megafonía para informar a los opositores la proximidad del comienzo del examen. El momento de la verdad estaba al caer. Alea jacta est.
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