los grandes proyectos están paralizados y estos son los motivos
El hidrógeno verde aún está verde. Demasiado verde. La tecnología que hace apenas unos años era ensalzada como el futuro de la energía y la industria occidental para descarbonizar el planeta no acaba de arrancar. Ni en Estados Unidos, ni en Alemania ni en Asturias, donde los principales proyectos –a cargo de la energética EDP y la siderúrgica ArcelorMittal– están paralizados por falta de demanda, complejidad técnica y una más que dudosa rentabilidad económica, según aducen las empresas. En total, las iniciativas canceladas en los principales países occidentales suponen más de 10.000 millones de dólares (unos 8.600 millones de euros) en inversiones paralizadas, según informes de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) y análisis sectoriales.
[–>[–>[–>En lo que se refiere a Asturias, la última confirmación del «impasse» que vive este vector energético vino de boca del consejero delegado de EDP, Miguel Stilwell, que el pasado jueves aseguró, durante la presentación de resultados de la compañía, que los planes sobre el gas renovable aún están en el aire: «No hemos tomado todavía ninguna decisión sobre las inversiones en hidrógeno verde en Aboño y Soto de Ribera». La razón esgrimida por Stilwell es sencilla: EDP necesita primero encontrar clientes industriales interesados en adquirir el hidrógeno.
[–> [–>[–>EDP trabaja desde hace años en dos grandes proyectos de hidrógeno verde en la región. El principal es el llamado «Asturias H2Valley» en la antigua central térmica del valle de Aboño (Carreño), donde la empresa prevé una inversión de 169 millones de euros, de los que 78 millones procederán de fondos europeos. Además, la compañía aspira a desembolsar 22 millones en la construcción de una planta de electrólisis en la central de Soto de Ribera (Ribera de Arriba).
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Según los planes originales de la compañía, al menos las primeras fases de ambos proyectos deberían entrar en funcionamiento a finales de este año o comienzos de 2026. Si bien continúan sus respectivas tramitaciones administrativa, las palabras de Stilwell revelan que la empresa los mantiene en suspenso. El propio directivo afirmó en abril que este 2025 sería «clave para tomar una decisión respecto al hidrógeno». A menos de dos meses de que termine el año, esa decisión no ha llegado.
[–>[–>[–>Un jarro de agua fría
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El «impasse» de EDP se produce cuando está a punto de cumplirse el primer aniversario de una de las decisiones más inquietantes que ha vivido la industria asturiana en los últimos años: la suspensión, por parte de ArcelorMittal, de la construcción de una planta de reducción directa de mineral de hierro (sistema DRI) en sustitución del horno alto B de la factoría de Veriña (Gijón), por falta de viabilidad económica y claridad regulatoria.
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La noticia, que la compañía anunció el 26 de noviembre del año pasado, causó un hondo impacto en la región que aún colea hoy, dado el temor en círculos políticos y sindicales a que sea la primera de una serie de desinversiones. No obstante, el CEO de la multinacional, Aditya Mittal, afirmó el pasado jueves que ve «con optimismo» las perspectivas para la siderurgia en 2026, y señaló que la propuesta de la Comisión Europea para subir los aranceles del acero permitirá «invertir con confianza en el futuro», aunque no hizo mayor concreción.
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[–>Tampoco en este 2025 se ha sabido mucho más del proyecto «HyDeal», que contempla el suministro de hidrógeno verde desde Castilla y León a la gran industria asturiana, con clientes como la propia Arcelor o la fábrica de Fertiberia en Corvera.
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Desde fuera de España tampoco llega información alentadora. En Alemania ha encallado el principal plan de hidrógeno del país, el «Hamburg Green Hydrogen Hub», para el que estaba prevista una inversión de 200 millones. Asimismo, el Tribunal Federal de Cuentas germano advirtió la semana pasada de que el Gobierno no ha logrado hasta ahora los objetivos establecidos en su estrategia del hidrógeno para 2030.
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Mejora la situación del horno «B» de Arcelor, pero aún no está estabilizado
Prosiguen los trabajos para reactivar el horno alto «B» de la factoría de ArcelorMittal en Veriña (Gijón). La instalación está «en proceso de arranque, pero aún no estabilizada», según informaron fuentes sindicales, que añadieron que, «aunque se haya dicho que falte una semana para recuperar la normalidad, la realidad es bien distinta».
Las labores se centraron ayer en poner en servicio la piquera central –uno de los agujeros del crisol del horno por donde sale el arrabio–, en la que los operarios trataron de abrirla introduciendo varilla. No obstante, fuentes de la plantilla indicaron que el hierro fundido ya sale por la piquera norte («sangrar», en la jerga del sector), que «la escoria ya sale mucho mejor y el arrabio fluye poco a poco y mejorando las coladas, aunque le queda por mejorar». Además, señalaron que la nave de colada está desarmada, «las rutas reventadas y hay mucha maquinaria pesada para realizar los trabajos».
«En conclusión, la situación está mejorando poco a poco con muchas precauciones en las decisiones, y, queda mucho aún hasta recuperar la nave de colada», aseguraron fuentes sindicales.
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